El Centro Social Corpus de la Fundación Torreón de Lozoya abrirá el próximo jueves 2 de marzo una interesante exposición de pintura sobre cristal, una técnica surgida en Senegal de la que son expertos los hermanos Bassine y Amadou Sali, que mostrarán hasta el 14 de marzo algunas de sus obras más recientes.
La técnica de la pintura sobre cristal se ha utilizado a lo largo de la Historia desde tiempos remotos en diversas culturas. ‘suwer' es una expresión wolof (legua nacional de Senegal) que proviene del francés ‘sous verre', es decir, sobre cristal.
Las autoridades coloniales francesas llegaron a prohibir la pintura sobre papel a los senegaleses, por lo que la inventiva popular se volcó en esta técnica, con la que se reproducían los más diversos temas, desde la imaginería coránica que venía de Oriente a los sencillos aspectos de la vida cotidiana. Esto originó un importante auge de la pintura sobre cristal en Senegal a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La tradición se mantuvo con fuerza como una técnica con la que los artistas podían reconocerse frente al colonizador.
Fue difundido por los vendedores ambulantes en las ciudades, y en un inicio sus temas se reducían a caligrafías y pictogramas con versículos coránicos, imágenes del repertorio chií y escenas de cofradías locales. Pronto, los pintores más jóvenes, como es el caso de Ibrahima Sall, introdujeron escenas de la vida cotidiana, hechos históricos o las memorias de los héroes de la resistencia anticolonial
Hacia los años 70 diversos movimientos culturales trasladan el arte contemporáneo a esta técnica pictórica, si bien ya la mayoría de artistas trabaja con otras, más corrientes, de la pintura: papel, lienzo, etc. En esta época, el señor Ibrahima Sall empezó como aprendiz a trabajar los marcos de las obras de grandes artistas del país, y fue mejorando y aprendiendo la técnica hasta convertirse, no sólo en el mayor exponente de esta tradición durante los años noventa, sino en el único, hasta su muerte, en 2009, de una tradición que ya comenzaba a perderse.
Sus dos hijos, Bassine y Amadou Sall, han aprendido la técnica de su padre y han deseado continuar con la tradición para que ésta no muera en Senegal. Ahora, los dos hermanos exponen -y venden- una selección de sus deliciosas obras en Segovia, para conocimiento y disfrute de todos los segovianos.
