Carlos VII.
Carlos VII.

La Tercera Guerra Carlista fue una guerra civil en España, propiciada por las expectativas de libertad generadas por el sistema democrático de 1868 que se desarrolló de 1872 a 1876, entre los partidarios del infante D. Carlos de Borbón y Austria de Este, nieto de D. Carlos María Isidro e hijo de Juan de Borbón y Braganza quién había renunciado debido a sus ideas liberales y anticlericales, pretendiente carlista al trono de España, como Carlos VII. En frente tendría a los distintos gobiernos de la época, que van desde Amadeo I con sus gobiernos progresistas, hasta el comienzo de la Restauración con los conservadores del primer gobierno de Alfonso XII, pasando por los republicanos (federalistas y unionistas) de la Primera República.

Los orígenes de esta guerra se dan a partir de 1868 tras la abdicación de Juan y la proclamación como su sucesor de Carlos VII, una persona fiel a las ideas tradicionalistas. Este en contra de Ramón Cabrera, jefe político y militar del carlismo conocido como El Tigre del Maestrazgo, vio una nueva oportunidad para llevar al carlismo al trono ya que una buena parte de los conservadores que estaban en contra de la separación de la Iglesia y el Estado, así como de la libertad de culto y la educación laica, viendo amenazados sus intereses económicos por la cuestión de la abolición de la esclavitud en las colonias se pasaron al bando carlista.

En este contexto y durante el efímero reinado de Amadeo I (1871-1873), el infante D. Carlos nombra como nuevo jefe de las fuerzas Carlistas del Norte (Guipúzcoa, Navarra, Aragón y Cataluña) al General Eustaquio Díaz de Rada y unos días después de haber publicado a primeros de abril de 1872 en Suiza un Manifiesto, donde marca claramente sus derechos al trono español, le envía una orden el 14 del mismo mes para comenzar la sublevación armada que dice lo siguiente:

“El momento solemne ha llegado. Los buenos españoles llaman a su legítimo Rey, y el Rey no puede desoír los clamores de la Patria. Ordeno y mando que el día 21 del corriente se haga el alzamiento en toda España al grito de ¡Abajo el Extranjero!¡Viva España! Yo estaré de los primeros en el puesto de peligro. El que cumpla merecerá bien del Rey y de la Patria; el que no cumpla sufrirá todo el rigor de mi justicia. Dios te guarde. –Carlos.”

Esta Orden fue el inicio de la Tercera Guerra Carlista, tan dura e infructuosa como las anteriores por las pérdidas materiales e inmateriales y en la que perdieron sus Fueros las provincias Vascongadas, llegando a su fin el 28 de febrero de 1876, día en el cual D. Carlos abandonó España con destino a Francia donde vivió su destierro indefinido.

Tropas liberales.
Tropas liberales.

Durante esta guerra se originó un número altísimo de bajas tanto en muertes como en heridos, que junto con la también sangrante guerra de Cuba y la Rebelión Cantonal llevó al país a una situación crítica en todos los órdenes. En esta situación el Gobierno surgido tras el Golpe del general Pavía del 3 de enero de 1874 presidido por el General Francisco Serrano y Domínguez que también asumió la Presidencia de la República y compuesto por representantes de los partidos Constitucional, Radical y Republicano Unitario, acude a la generosidad de los españoles que tampoco se encuentran en una situación muy boyante y ordena a los Gobernadores Civiles de las distintas provincias del Estado que publiquen una Circular en la que exhorte a los ciudadanos a participar generosamente con sus donativos.

En la provincia de Segovia tras el Golpe de Pavía se produjeron dimisiones y ceses en distintas administraciones. Durante el mes de febrero dimitió el Gobernador Civil Don Antonio G. Buendía que fue sustituido por Don Ambrosio de Villava. Así mismo fue nombrado como nuevo Gobernador Militar el Coronel de Artillería Luis Bustamante y Campaner que llegó a ser Director de la Academia de Artillería de Segovia. También se produjeron cambios en Ayuntamientos y Diputación Provincial que presidida por el Gobernador Civil se constituyó con partidarios de los distintos partidos liberales.

El día 9 de marzo de 1874 el nuevo Gobernador Civil D. Ambrosio de Villava publica en el Boletín Oficial de la Provincia la siguiente Circular:

“La generosa y noble actitud de todos los pueblos de España en estos momentos críticos para la libertad, acudiendo solícitos a procurar toda clase de recursos para el valiente Ejercito que lucha por la honra de la Nación, me obliga a dirigir mi voz a los habitantes todos de esta provincia excitando su patriotismo y filantrópicos sentimientos para que no sean los últimos en presentar donativos que deben esperarse de su caridad e hidalguía y poner de este modo rápido termino a la guerra civil que nos aflige.

Confió por lo tanto en que todos los señores Alcaldes de esta provincia, inspirándose en estos elevados sentimientos que siempre han caracterizado al pueblo español, sabrán inculcar en el ánimo de sus convecinos la necesidad de acudir con toda clase de recursos y donativos, remitiéndolos con la urgencia posible a este Gobierno civil, con nota expresiva de las personas que los faciliten.

Que nadie tenga el menor reparo en hacer la entrega que su posición le permita, por insignificante que parezca; pues nada hay pequeño, nada es inútil, cuando la caridad es el móvil que alienta a todos los corazones generosos, como así lo espera confiadamente vuestro Gobernador.”

La Batalla.
La Batalla.

Sin pérdida de tiempo comienzan los Alcaldes, no todos con el mismo afán la organización de las donaciones, tanto en metálico como en especie, estas últimas fundamentalmente serán vendas y trapos, así como ropa interior, sabanas, toallas y algunos medicamentos por parte de los farmacéuticos municipales. En algo más de una semana comienzan a recibirse en el Gobierno Civil las primeras cantidades donadas en algunos municipios, el primero de los cuales es Turégano que con fecha de 17 de marzo certifica la entrega de 594 reales y 50 céntimos además de un número indeterminado de vendas y otras ropas personales. Este proceso sigue su curso hasta primeros de junio, cuando encontramos la certificación del ayuntamiento de Cobos de Fuentidueña de fecha 3 de junio y con 25 reales de donativo. La gestión de estos fondos será llevada a cabo por el nuevo gobierno surgido tras la crisis del 10 de mayo que estará integrado básicamente por el partido Constitucional, es decir, por personalidades defensoras de la monarquía y presidido por el militar y político Juan de Zavala que en el primer gobierno de Serrano fue Ministro de Guerra.

Al observar los datos publicados en distintos Boletines Oficiales de la provincia de Segovia, durante todo el año 1874, se ve que de un total de 275 pueblos que tenía la provincia solamente 95 de ellos colaboran en la donación lo que representa aproximadamente un tercio del total. Estos municipios aportaron un montante de 9.958 pesetas, que realizaron unas 23.450 unidades familiares, lo que representa unos 40 céntimos por familia, pero de una forma muy desigual ya que podemos ver como en Segovia capital se aporta una media de 1,50 pesetas por familia, señal del poder adquisitivo de ciertas familias segovianas tales como el industrial Pedro Ochoa, la familia de Vicente Ruiz Velázquez, la familia Rivero de la Torre, etc. Hay que tener en cuenta que dentro de ese tercio de pueblos que participó en la donación, el número de familias donantes en la capital es un 18,5%, muy inferior a la media provincial que se situaría en un 35%.

Respecto a la cantidad donada se aprecia que solamente 15 pueblos se sitúan por encima de la media provincial de 40 céntimos, sobresaliendo entre ellos Santa María la Real de Nieva con 1,03 pesetas de media y Riaza con 70 céntimos, ambos cabezas de Partido Judicial. En la parte inferior de la tabla tenemos unos 50 pueblos con cantidades inferiores a los 20 céntimos, la mayoría de ellos con una población inferior a los 500 habitantes salvo algunas excepciones como son las de Cantalejo, Nava de la Asunción, Carbonero el Mayor y Navalmanzano.

Elaboración propia a partir de Boletines Oficiales de la provincia de Segovia.
Elaboración propia a partir de Boletines Oficiales de la provincia de Segovia.

Si los datos obtenidos los analizamos por Partidos Judiciales podemos observar en el gráfico como el Partido Judicial de Riaza es en el que menor participación se produce puesto que apenas se prestan a colaborar un 10 % de los pueblos, siendo Ayllón donde se produce la menor tasa de participación familiar con apenas un 11 % muy por debajo de la media de estos pocos pueblos que se sitúa en un 31 %. La cuantía recaudada en este Partido asciende a 661,72 pesetas lo que representa cerca de un 6 % del total.

El Partido Judicial de Sepúlveda también tiene una baja participación, en este caso los pueblos donantes se sitúan en un 27 % ocho puntos inferior a la media provincial que como sabemos está en el 35 %. En este caso la menor tasa familiar de participación corresponde a Gallegos y la propia Cabeza de Partido con un 13 % y un 21 % respectivamente y Matabuena el que más con un 75 %, siendo la tasa media de un 39 %. La cuantía recaudada es de 788,09 pesetas, es decir en torno a 8 % del total.

El Partido Judicial de Segovia se encuentra en torno a la media provincial, de un 35 %, en este caso el municipio con menor participación familiar es el de San Ildefonso, que ya fue citado anteriormente, y junto a Zarzuela del Monte y la propia Segovia se encuentran muy por debajo de la media de este Partido que se sitúa en torno al 25 %., siendo Torreiglesias el de mayor participación con un 63 %. Su recaudación fue de 5.556,90 pesetas lo que equivale a un 56 % del total.

En cuanto al Partido Judicial de Cuéllar se puede decir que con un 44 % de pueblos participantes está como nueve puntos por encima de la media provincial y en cuanto a su participación familiar mencionar que los pueblos con más baja tasa de participación son Sacramenia y Ontalvilla con un 14 % siendo la media en este caso de un 37 %, muy similar a la media provincial y teniendo como pueblo más participativo a Fuentesaúco con un 62 %. Aquí se recaudaron 979,27 pesetas es decir un 10 % sobre el total.

Finalmente, el Partido Judicial de Santa María la Real de Nieva es el que tiene una tasa mayor en cuanto a la participación de sus pueblos siendo esta de un 50 % al igual que la tasa de familias donantes, unos 15 puntos por encima de la media provincial en ambos casos. Siendo San Cristóbal de la Vega el pueblo menos participativo con tan solo un 15 % de familias donantes y Ortigosa del Pestaño el mayor con casi un 73 %. En cuanto al Cabeza de Partido decir que se encuentra en la media con un 48 %. Por último, la recaudación en este Partido fue de 1.972 pesetas lo que equivale al 19,82 % del total.

De los datos anteriores se puede deducir que hay tres Partidos Judiciales con poca implicación en la petición gubernamental de donativos. En el caso de Segovia cabe la posibilidad de que, al menos la capital, estuviese influenciada por el antiguo párroco de Santa Eulalia, el segoviano Félix Lázaro García, un cura partidario del ideario carlista ya que durante la Primera Guerra se alistó voluntario y partió hacia el Norte donde permaneció hasta que se produjo la firma del conocido como Abrazo de Bergara, además de aprovechar el pulpito y su periódico católico y de ideal carlista “El Amigo Verdadero del Pueblo” para divulgar dichas ideas. Los otros dos Partidos Judiciales (Riaza y Sepúlveda) se vieron influenciados por su mayor cercanía a la provincia de Burgos por donde las tropas carlistas amenazaban el corazón de Castilla a su paso por Valladolid y Segovia en su intento de llegar a Madrid. Esta también fue una zona donde estuvieron asentadas varias Partidas Carlistas como así se desprende de la Circular del mes de junio difundida por el nuevo Gobernador Civil de la Provincia, José García Cachena, advirtiendo de los peligros que corren los vecinos de los pueblos de estos dos Partidos.

Además de estas donaciones de los pueblos de la provincia se produjeron otras a nivel institucional, tales como:

Los Funcionarios del Estado que aportaron un total de 686,56 pesetas, entre los que se encontraba, evidentemente, el Gobernador Civil con una cantidad de 47,22 pesetas, así como los jefes de Fomento y el de Administración Económica con 23,70 y 23 pesetas respectivamente y así resultan hasta un total de 100 funcionarios.

Los Empleados de Correos que contribuyeron con un total de 123,53 pesetas, donde destaca el Oficial Mayor 10 pesetas; el resto de los empleados hasta 120 se sitúan mayoritariamente entre las 2 pesetas y los 50 céntimos.

Los Trabajadores del servicio de Montes aportaron 92 pesetas, donde los ingenieros y ayudantes colaboraron con cantidades ente 15 y 5 pesetas y el resto de los 27 trabajadores, la mayoría de ellos Guardas, se situaron entre 1 y 3 pesetas.

También se organizaron algunos festejos lúdicos con fines altruistas para allegar recursos a la causa liberal. Así, El Circulo de Recreo de la Unión, fundado en 1835, organizó una Función Dramática que tuvo lugar en sus propios locales. Aquí la Junta Directiva y los socios acordaron que esta cantidad recaudada (264,50 pesetas) fuese repartida entre los soldados de esta provincia que combatieron en el frente del Norte hasta el día de la liberación de Bilbao. La creación de una Sociedad Taurina con objeto de dar una corrida de toros, cuyo beneficio se destine a los heridos de la provincia en el frente del Norte. El beneficio obtenido asciende a 970 pesetas. Finalmente se organizaron sendas Funciones Teatrales, una en el Teatro de Segovia y la otra en Santa María de Nieva, cuyos beneficios fueron de 64,12 y 229,56 pesetas respectivamente.

Por último, mencionamos a la Cruz Roja de Segovia que hizo una gran labor en la obtención de gasas, vendas, mantas, sabanas, toallas, ropas diversas de vestir, así como alimentos no perecederos y fármacos que resulta imposible de cuantificar en términos económicos.

Estas aportaciones institucionales y lúdicas supusieron un total 2.430,27 pesetas que junto con las 9.958 pesetas aportadas por los distintos pueblos de la provincia a través de sus Ayuntamientos dan un montante de 12.388,27 pesetas, cantidad no desdeñable para una población sumida en una gran crisis tanto económica como social. Y si esto no fuera poco el 18 de julio se decreta el Estado de Sitio en todas las provincias de la Península e islas adyacentes y la creación de 80 nuevos Batallones con una Reserva Extraordinaria de 125.000 hombres solteros o viudos sin hijos de entre 22 y 35 años y de los cuales 1.134 deben ser segovianos, con el fin de poder hacer frente a la Guerra del Norte, lo cual supuso otro gran mazazo a las economías familiares de la provincia al llevarse al frente de guerra una mano de obra muy necesaria para el sustento de muchas familias.

Por fin en los últimos días de febrero de 1876, ya durante la Restauración Borbónica instaurada el 29 de diciembre de 1874 tras el golpe de estado del General Martínez Campos, las tropas carlistas fueron derrotadas y el pretendiente Don Carlos huyó a Francia dando así por concluida la Tercera Guerra Carlista. Los factores que contribuyeron a la derrota del Carlismo fueron varios, entre ellos se encuentran las deserciones de figuras relevantes, la menor incidencia de la lucha revolucionaria y el decidido esfuerzo del Gobierno en la aportación de los medios necesarios.