Tapado con una mascarilla ajedrezada, el rostro de Marcos Pastor Galán no deja ver las huellas de los meses más duros de la aún incipiente crisis sanitaria del Covid-19, pero en sus ojos azules brillan todavía horas y horas de un titánico esfuerzo como enfermero para atender a  los centenares de pacientes de que han pasado desde marzo por el Hospital General.

Como terapia o “desahogo”, según sus propias palabras, este profesional sanitario decidió poner en unos folios algunas de sus impresiones y opiniones sobre el trabajo realizado durante la pandemia que al final han acabado formando parte del libro ‘Un día más, un día menos. Crónica de una pandemia en Segovia', que en apenas dos semanas desde que vio la luz el pasado 10 de agosto ha agotado su tirada.

Animado por su padre, el escritor Jesús Pastor –que ha colaborado en el libro como ilustrador de algunos de sus capítulos- Marcos plantea este trabajo no como una crónica temporal sino como una serie de temas todos ellos relacionados con la vivencia propia y ajena de una crisis de la que no hay referencias anteriores y que ha laminado todas las estructuras organizativas del sistema sanitario.

Para el autor del libro, estos meses de pandemia  han puesto de manifiesto las deficiencias de un sistema sanitario que “no ha aprendido a prevenir”. “Somos un país que nos cuesta pensar a la larga –explica- y aunque esto es algo que no es predecible, puede pasar, y ya tuvimos un susto con el ébola.  El sistema sanitario no tiene un punto de vista a largo plazo, no existen planes estratégicos y eso es algo que nos vuelve a retrasar”.

En poco menos de un mes, Marcos Pastor fue capaz de reunir las notas escritas durante marzo y abril para poner en manos de la editorial segoviana el libro, escrito durante algunos días libres en la desescalada y que ahora cuenta con una larga lista de peticiones, a la espera de conseguir una nueva tirada. Tan es así, que la escasez de ejemplares ha obligado a aplazar hasta el 1 de septiembre la firma de libros prevista para esta semana en la librería Entrelibros

Lo más difícil para el autor ha sido tratar de poner distancia entre el relato de los hechos y sus vivencias, ya que en algunos casos han sido experiencias traumáticas no fáciles de superar. En este sentido, pone como ejemplo el relato del  fallecimiento del padre de una compañera que murió en su unidad, que posteriormente agradeció la referencia en su libro y el cariño de sus compañeros en un difícil trance.

“Hay compañeros que han quedado muy tocados”, asegura  Pastor, que aunque asegura  trabajar bien bajo presión, reconoce veladamente que han sido meses “muy estresantes” que han pasado facturas psicológicas que tardarán meses o años en cobrarse.

El lanzamiento del libro ha coincidido con la que algunos consideran la “segunda ola” de propagación del virus, con un constante y preocupante aumento de rebrotes que vuelven a amenazar la seguridad del sistema sanitario. En este sentido, Pastor señala que los efectos serán “muy similares” a los de los primeros meses de la pandemia, e hizo hincapié en la necesidad de ser muy rigurosos en la aplicación de las medidas sanitarias. “Es cierto que podemos salir entre todos, pero si existe coordinación entre el sistema político, el sanitario y la ciudadanía, porque esto es un problema de todos”.

De igual modo, expresa su preocupación por las teorías y tesis negacionistas que proliferan en redes y medios de comunicación, a cuyos propagadores y mentores acusa de tener otros intereses bien distintos al divulgativo. “Hay muchas personas que están intentando sacar un rédito económico amparados en  ideas y teorías sin base científica –explicó- y eso es algo que no es ético, y que la sociedad debería rechazar”.

En cuanto a la posibilidad de que la vacuna sea la solución definitiva, el enfermero pone en cuestión la eficacia de aquellas que ya están anunciándose, y señala que la carrera por encontrar este remedio tiene más motivación económica que sanitaria. “El país que llegue primero tendrá una gran ventaja en el mercado, pero se corre el riesgo de avanzarla sin los protocolos necesarios, lo cual puede convertir la solución en otro problema”, precisa.