El CSN abre la puerta a Garoña para prorrogar un año su cierre

El Consejo de Seguridad Nuclear da luz verde por tres votos a favor y dos en contra a que el Ministerio autorice la petición realizada por Nuclenor

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha informado favorablemente la solicitud de Nuclenor, propietaria de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), para que el Gobierno le conceda un año de plazo más en el que pueda pedir una renovación de su licencia de operación. No obstante, la decisión deja claro que deberá hacerlo sin combustible en el reactor, por lo que no podrá producir energía.

Concretamente, según han informado fuentes del organismo, han votado a favor los consejeros del PP, Fernando Castelló y Fernando Martí (presidente del CSN), y de CiU, Antonio Gurguí, mientras que se han opuesto las consejeras del PSOE, Rosario Velasco y Cristina Narbona.

El CSN ha adoptado esta decisión tras analizar y deliberar durante los últimos días la solicitud del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que el pasado 16 de mayo le pidió un informe para conocer su valoración ante la petición de Nuclenor.

De este modo, Nuclenor podrá solicitar al Ministerio una renovación de la autorización de explotación por un período de un año, en el que la central burgalesa se mantenga «sin operar a potencia». Es decir, la planta atómica deberá permanecer en situación de parada segura y sin combustible en el reactor.

Asimismo y con el objetivo de reforzar la seguridad de la planta atómica, el Consejo de Seguridad Nuclear ha impuesto la condición de que el titular no pueda introducir combustible en el reactor, sin la autorización previa del CSN, en el caso de que se modificase la citada Orden Ministerial.

Los informes que emite el Consejo de Seguridad Nuclear son preceptivos, en el caso de ser positivos, por lo que ahora está en manos del Gobierno acceder o no a la petición. En cambi, si el Pleno hubiera emitido un informe desfavorable, la decisión, además de preceptiva, tendría un carácter vinculante, por lo que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo tendría que haber denegado la solicitud de Nuclenor.

Además, para poder realizar una hipotética carga del combustible, el CSN exigiría que se realicen las modificaciones de diseño requeridas y establecidas en anteriores informes del CSN e instrucciones técnicas complementarias, relacionados con los programas de mejora de la seguridad que figuran la vigente Orden Ministerial por la que se autoriza la explotación. Estas modificaciones son relativas al diseño, instalación y puesta en servicio de un nuevo sistema de tratamiento de gases de reserva, al tiempo que se especifican las modificaciones sobre el aislamiento de la contención y sus pruebas de fugas, así como sobre la independencia de los sistemas eléctricos y contra incendios.

Ahora, la decisión está en manos del departamento de dirige José Manuel Soria, quien reiteró el pasado lunes en el Senado, antes y durante su comparecencia en la Comisión de Industria, Energía y Turismo, que el Gobierno es «partidario» de que la planta siga operando siempre y cuando cumpla los requerimientos de seguridad que dicta el regulador. Además, ha manifestado que el Ejecutivo no desprecia ninguna tecnología y ninguna fuente de energía en mix y que, por ello, el Gobierno sería favorable a la solicitud si el CSN le daba luz verde.

Los ‘deberes’ incluyen varias revisiones y nuevas inversiones

El informe del CSN impone «deberes» a la empresa propietaria de la central nuclear. Entre ellos, Garoña deberá mantener el programa de inversiones y modificaciones de diseño asociadas a las mejoras derivadas de las lecciones aprendidas del accidente de la central Fukushima Dai-ichi.

Por otro lado, se condiciona a una inspección de la vasija, para descartar la aplicabilidad del suceso, que se produjo en junio de 2012, cuando se detectaron defectos en la vasija de la central belga de Döel 3 (similar a Garoña).

Aún más, se deberá llevar a cabo un programa de inspección de los manguitos de las penetraciones de los mecanismos de accionamiento de las barras de control, de las soldaduras de la vasija, y en general de todos los componentes internos.

La decisión del CSN se apoya en los informes y evaluaciones realizadas a principio de 2013 a consecuencia de la decisión de Nuclenor de parar la central.