El Barcelona no fue capaz ayer de sacar los tres puntos de su visita a El Sadar en un duelo en el que el conjunto azulgrana tardó en poner en funcionamiento su máquina ofensiva y que supuso el primer punto negro de los de Gerardo ‘Tata’ Martino en la Liga, cuando se disponían a firmar un récord histórico de victorias.
Después del parón por selecciones, el cuadro ‘culé’ evidenció falta de ritmo y finura en sus jugadas. El conjunto local, por su parte, renunciando al ataque y acumulando gente atrás, frenó a un Barça que se quedó a un triunfo de lograr el mejor registro histórico en Primera, con el capitán Puyol de vuelta al once y Leo Messi saltando al césped los últimos minutos, tras recuperarse de su lesión de hace dos jornadas.
Sobre el césped de El Sadar, una aparente pasividad o parsimonia de la defensa local dejó entrever el peligro arriba de los ‘culés’. Pero, en vez de eso, la primera mitad se convirtió en un juego previsible por ambas partes. La lesión de Sisi en los compases iniciales, que, finalmente, se tuvo que retirar con la rodilla izquierda ‘tocada’, enfrió el juego.
Así, los de Martino, que apenas intentaban profundizar, parecían pagar las consecuencias de los duelos internacionales, sin chispa ni velocidad. Triangulaba el Barça pero sin generar peligro y, poco a poco, Osasuna, más cómodo, adelantó líneas y trasladó el juego al centro del campo. Hasta los últimos minutos de la primera parte no llegaron las primeras acciones de peligro. Lo más destacable fue un remate de cabeza de Bartra.
Tras el descanso, el cuadro navarro dio un paso al frente en intensidad y, aunque tardó unos minutos, la escuadra del ‘Tata’ se percató de la necesidad de hacer lo propio, teniendo en cuenta, además, que en defensa no había trabajo. Como superando fases, el problema pasó a ser entonces la definición. Y es que Neymar, y sobre todo, Fábregas, tuvieron el gol en sus botas.
Pese a la entrada de Messi, la tarea de abrir la lata se complicó con un Osasuna acumulando jugadores atrás, renunciando a salir y complicando la fabricación de huecos al rival. El argentino perdonó en un desmarque que vio bien Busquets, ya en el minuto 82. Con las prisas y con la complicidad algo olvidada después de dos semanas, el conjunto local evitó el gol en los últimos minutos de un Barça que deberá recuperar su ritmo en la semana del ‘clásico’.
