¿De veras este preacuerdo de gobierno nos va a traer el progreso?

Juan Antonio Folgado Pascual

Los resultados electorales del 10N han puesto de manifiesto que la maniobra (plan A) del líder socialista Pedro Sánchez, que pretendía gobernar con los votos del PSOE y apoyos externos a su Gobierno, ha fracasado en toda regla. Aunque, sorprendentemente el PSOE ha ganado las elecciones con 6,7 millones de votos, ha perdido en estos comicios 765.000 votantes, lo que supone un descenso superior al 10%. Tampoco le ha ido muy bien a la extrema izquierda, ya que Podemos ha disminuido casi 1,4 millones de votos con un descenso del 37%, quedándose con un apoyo de tan sólo 2,4 millones de votantes; que no le ha quitado la otra candidatura izquierdista Más País que tan sólo ha conseguido 0,5 millones de votos. En definitiva, las izquierdas han logrado tan sólo 9,7 millones de votos y 159 escaños, perdiendo respecto a las anteriores elecciones más de 1,5 millones de votos y 7 escaños.

En el Centro Derecha ha sido espectacular el hundimiento de Ciudadanos, que ha perdido 2,5 millones de votantes que suponen el 60% de sus votos anteriores, quedándose en apenas 1,6 millones de votos. Por el contrario, el PP se recupera, consiguiendo más de 5 millones de votos, 642.000 más (+15%) y, en mayor medida, VOX alcanzó los 3,6 millones de votos, que suponen 949.000 votos más (+35%). La coalición Navarra Suma aporta unos 100.000 votos, con lo cual el total de votos logrados por el Centro Derecha alcanzó 10,4 millones de votos, superando al bloque de izquierdas en 700.000 votos, si bien, debido a la dispersión del voto obtuvieron 153 escaños, tan sólo 4 más que 28A.

Poco han variado los resultados de los partidos nacionalistas de catalanes y vascos, que han sumado algo menos de 2,3 millones de votos, con los que han conseguido 34 escaños, dos más que en las anteriores, que pueden deberse a la concurrencia en esta ocasión de la formación antisistema CUP que tuvo casi un cuarto de millón de votos, codeándose en apoyos con los Bilduetarras, que obtuvieron 276.500 votos. Los partidos regionalistas, como Coalición Canarias, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe obtuvieron en total 212.000 votos y 4 escaños.

Con semejante mapa electoral y, a pesar de sus promesas anteriores y afirmaciones contrarias al pacto con podemitas y separatistas, Pedro Sánchez ha tenido que activar el plan B, que seguramente tenía preparado con bastante antelación. No es ninguna casualidad que el Gobierno haya enviado al Rey a celebrar el presunto V Centenario de la Fundación de la Ciudad de la Habana y que el Gobierno de España haya concedido un crédito (de esos que no se devuelven) dentro del Acuerdo de Cooperación con Cuba por importe de 57,5 millones, además del blanqueo del Régimen comunista propiciado desde el Gobierno socialista por la visita de la Casa Real Española. Tal ausencia del Rey le ha permitido, sin haber sido elevados por la JEC los resultados electorales provisionales a definitivos y antes de que se publique la Sentencia de los ERES FALSOS de Andalucía, escenificar el Preacuerdo de Gobierno autodenominado “progresista” con el líder de Podemos Pablo Iglesias, saltándose a la torera el artículo 99 de la vigente Constitución, que indica que “después de la renovación del Congreso de los Diputados…el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”. Falta un mes para someter la investidura al Congreso de Diputados y ya se están repartiendo los cargos del Gobierno de coalición. En Democracia las formas y el respeto a la Ley son importantes y parece que en este caso se han forzado mucho importantes decisiones, que no se habían adoptado en seis meses por falta de acuerdo, en un plazo record de escasas horas.

Pero, con ser importantes las formas, lo que interesa es el fondo. ¿Este Preacuerdo de Gobierno nos va a traer el PROGRESO? En primer lugar, interesa determinar lo que significa la manida palabra PROGRESO que tanto exhiben los autodenominados “progresistas”. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra progreso tiene dos acepciones: “1. Acción de ir hacia adelante, 2. Avance, adelante, perfeccionamiento”. Pues bien, tomando como referencia estas dos definiciones comúnmente admitidas por todos, analizaremos si el Preacuerdo del abrazo entre los dos líderes de las izquierdas nos puede llevar a los españoles en esa dirección.

En primer lugar, hay que partir de la base de que para formar un Gobierno sólido con capacidad de aplicar su programa, aprobar sus presupuestos anualmente y no estar expuesto a la inestabilidad, se precisa el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de Diputados, que se cifra en 176 escaños. Los del abrazo suman 155 extensibles hasta 158, si, tal como parece, se suman los 3 escaños de Más País. Desde luego, la base política de la que parte el Preacuerdo sería muy similar a los propósitos de los fallidos presupuestos de 2019, cuya no aprobación precipitó la convocatoria de las elecciones del 28A. En tal proyecto de presupuestos se pretendía un ostensible incremento de impuestos y cotizaciones sociales y una expansión significativa del gasto público, que derivaría en un aumento del déficit cuyo impacto sería el crecimiento de la deuda pública. Los efectos sobre la economía y el empleo ya los hemos podido ver con la debacle económica y récord de parados que dejó la desastrosa gestión del gobierno del PSOE de Zapatero, sólo que ahora en edición corregida y aumentada por la participación de la extrema izquierda comunista y sus cuentos de la lechera. Los programas económicos de esos partidos están llenos de peligros, como la contrarreforma laboral, la introducción de rigideces en los mercados, la eliminación de fuentes de energía nuclear y térmica, la política errática contra el automóvil de gasóleo, la creación de una banca pública y un largo etcétera, (todas en dirección contraria a las reformas estructurales recetadas por la UE), que pueden sumir a nuestro país en la crisis económica más profunda de las últimas décadas, con el consiguiente impacto negativo en el empleo.

Pero, claro está, aún quedarían 17 escaños para alcanzar la mayoría absoluta. Dando por supuesto que, a cambio de las correspondientes mordidas a favor de Canarias, Cantabria y Teruel, las formaciones localistas prestarían sus cuatro escaños al Gobierno de izquierda radical, aún faltarían 13, de los que el PNV podría aportar 6, a cambio de más prebendas y nuevas competencias para la CA Vasca e incluso de medidas de gracia con los presos etarras. Dado que el apoyo del resto de las fuerzas que suman 28 escaños, todas ellas separatistas más o menos radicales, es impensable, se precisaría que, al menos, se abstuvieran los 13 diputados de ERC, con lo cual en segunda votación se llegaría por un voto de diferencia a la mayoría simple en segunda votación.

Las contrapartidas que ERC ya ha manifestado a cambio de esa abstención se refieren a la libertad de los condenados presos, de los sediciosos exiliados, y a la formación de una mesa de diálogo político para un referéndum de autodeterminación inconstitucional pactado con asistencia de un relator internacional, lo que en la práctica significa reconocer un derecho de autodeterminación inexistente en la Constitución española vigente. El impacto de semejantes concesiones podría ser determinante en la desmembración y debilitamiento del Estado Español, lo cual apoya con sospechosa naturalidad el socio del Preacuerdo, cuya marca catalana “En Común” no ha tenido ningún remilgo en apoyar ese derecho en el Parlamento de Cataluña. Es más que previsible que a continuación vayan el País Vasco, tal vez Navarra y alguna región más del antiguo Reino de Aragón, que impropiamente denominan Paisos Catalans.

Por consiguiente, nuestra conclusión no puede ser otra que negar el término PROGRESISTA al Preacuerdo de Gobierno de izquierda radical. ¿Es progresista la fragmentación de España, hundir la economía con políticas irracionales, asfixiar a los españoles a impuestos, volver a generar otro nuevo récord de parados, enfrentar a los españoles con medidas guerracivilistas, apoyar a los separatistas catalanes y vascos y un largo etcétera? Eso no es PROGRESO, en todo caso es un eslogan demagógico y mentiroso.