Para vestir bien con el traje de la tierra

La exposición “El mundo por montera” acoge dos fines de semana a artesanos que elaboran indumentaria tradicional

Segovia es una de las provincias de España con mayor número de adeptos a vestirse con el traje típico de la tierra. Quien así lo afirma es un experto en la materia, el etnógrafo Carlos Porro. Esta afición empuja a un buen número de segovianos a intentar adquirir la indumentaria tradicional. Y ahí llega el problema, pues no resulta sencillo encontrar paños elaborados a la antigua usanza o abalorios idénticos a los utilizados por las generaciones precedentes.

En cualquier caso, el hecho de que esas artesanías sean hoy poco conocidas en Segovia no significa que no existan. Con objeto de promocionar a esos artesanos, repartidos por toda España, la exposición “El mundo por montera” [Torreón de Lozoya, hasta el 5 de abril] ha organizado, de forma complementaria, una pequeña feria en la que siete empresas enseñan sus productos, a los que se suele recurrir a la hora de confeccionar un traje típico. “Hemos querido acercar los productores cuyos géneros estimábamos que eran de la mejor calidad a las personas que quieran tener un traje de segoviano”, explicaba Porro, comisario de la mencionada exposición.

Esta feria, inaugurada ayer en la Sala de las Caballerizas del Torreón de Lozoya, tendrá continuidad hoy y el próximo fin de semana.

“Apenas quedan ya telas artesanales”, lamentaba ayer el burgalés Santiago Hernando, propietario de ‘Artelán’. “Ahora se venden fieltros industriales, pero el paño de lana auténtico resulta muy difícil de encontrar”, añadía. Su pequeña empresa, ubicada en Pradoluengo, está especializada en género para trajes regionales y, según dice, sus principales clientes se sitúan en las comunidades del norte de España. “El negocio —reconocía— ha bajado en los últimos años; la crisis ha reducido las ventas”.

En la Sala de las Caballerizas se encuentra estos días Charo Fernández Luengo, de Val de San Lorenzo (León). Ella ofrece ligas para atar en las piernas, cintas, faltriqueras, botones… “Todo echo a mano por mí”, recalca. Y lo vende a un precio “muy barato”. “No cobro ni la cuarta parte de lo que debía. Si me pongo a pensar, por cada hora de trabajo recibo 20 céntimos…”, declara.

Laurentino de Cabo Cordero, también de Val de San Lorenzo, se promociona como un “artesano de mantas”, y dice ofrecer “artículos de lana 100%”.

Desde Salamanca ha venido a Segovia la empresa familiar ‘Caireles’. Sus integrantes lo mismo venden tejidos para la elaboración de la indumentaria tradicional charra que confeccionan trajes regionales a medida, tanto de hombre como de mujer. Incluso bordan zapatos.

‘Sastrería Rodríguez’, de Béjar (Salamanca), ha traído una colección de capas españolas. “La verdad es que ya solo quedamos un par de empresas en toda España que nos dedicamos a esto”, lamenta su representante.

El taller Méndez Vieira, de La Alberta (Salamanca) expone un innumerable número de piezas, imitación de la joyería popular de los siglos XVII, XVIII y XIX. En las vitrinas del Salón de las Caballerizas, Chema Méndez lo mismo ha colocado un relicario, al estilo segoviano, en el que aparece tallada la Virgen de la Soterraña, que un ‘corazón de novia’, idéntico a aquellos que regalaba a la contrayente su padre el día del enlace. Pero hay mucho más. También se muestran los más variados amuletos, como una zarpa de tejón o higas (en ambos casos, contra el mal de ojo), castañas de Indias (para restañar la sangre de las parturientas) o ‘piedras de leche’, de las que se decía que procuraban leche a las madres. Y la empresa también hace hebillas segovianas para zapatos o botones para jubones.

Para cerrar la nómina de participantes, figura el valenciano Arturo Torremocha (L´atelier de la seda), cuya especialidad es la estampación textil artesana. Según cuenta, algunas viejas técnicas, como la del terciopelo labrado, se perdieron hace ya muchas décadas, y él está ahora volviendo a rescatarla. “Se puede aplicar al traje de segoviano, así que espero hacer buenas ventas”, acaba.