En la navidad de 1218 Domingo de Guzmán, acompañado de fray Domingo de Segovia, ponía por primera vez sus pies en Segovia, dos años después de que el papa Honorio III aprobara la orden de predicadores que fundó y con la que recorrió España y gran parte de Europa para establecer nuevas fundaciones que fueron el germen de esta importante orden religiosa.

Ocho siglos después, la diócesis que alberga la cueva en la que Santo Domingo se retiraba a orar cuando estaba en Segovia y el convento de las Hijas de Santo Domingo evoca esta importante efeméride con una serie de actos organizados por la familia dominicana a lo largo del próximo año, que comenzaron ayer con una misa solemne en la iglesia de las MM. Dominicas presidida por el obispo de Segovia César Franco Martínez.

El templo se llenó de fieles que compartieron con las religiosas que viven en el convento la Eucaristía, en la que también participó como concelebrante el padre Provincial de la Orden Dominicana Jesús Díaz Sarniego, así como otros religiosos de la orden y sacerdotes diocesanos.

En su homilía, el obispo de Segovia alabó la coincidencia del inicio del octavo centenario con la del comienzo del tiempo litúrgico de Adviento, estableciendo una serie de paralelismos entre el mensaje que la Iglesia lanza en este tiempo y la vida de Santo Domingo de Guzmán.

Así, monseñor Franco aseguró que el santo fue una “venida de Dios en un hombre al que fue moldeando y cuidando a lo largo de su vida para hacer suyo el mensaje del Evangelio y difondirlo con su palabra y su ejemplo”. En este sentido, subrayó la dificultad de la obra de Santo Domingo en un mundo el suyo marcado entonces por una iglesia “rodeada de herejías, en la que los obispos habían abdicado de su gobierno y los sacerdotes vivian en una completa ignorancia”.

el obispo señaló que el santo “fue consciente de que estaba enriquecido  al vivir al comunión con Cristo

Para superar estas dificultades, el obispo señaló que el santo “fue consciente de que estaba enriquecido  al vivir al comunión con Cristo y por ello se dedicó a orar y a amar al pueblo con la pasión de Dios, y fortalecido en la piedad y en la caridad”.

Por otra parte, señaló que el mensaje que transmite la vida de Santo Domingo en el mundo actual es el de vivir la fe “con coherencia, porque él demostró que el Evangelio se podía vivir de forma auténtica, sin extravagancias misticoides”.

La celebración de la Eucaristía dará paso a una serie de  actividades religiosas y culturales en torno a la presencia de Santo Domingo en Segovia que se irán desarrollando a lo largo del próximo año.