Diez son los días que han transcurrido ya desde que la Gimnástica Segoviana tocase el cielo con un ascenso histórico a la Primera RFEF. Un hito sin precedentes tanto para la entidad gimnástica como para la provincia de Segovia en forma de un sueño lejano e inimaginable que se acabó convirtiendo en realidad y del que todavía no parece haber despertado. El destino, siempre caprichoso, quiso entregar las llaves de la gloria a un Rubén Yubero, capitán, segoviano y autor del gol ya más importante de la historia del club que, ahora y más en frío, se sienta para analizar con este periódico los secretos de una gesta inolvidable.
P. – Más de una semana ya desde esa hazaña con un título de liga insólito. ¿Cómo se siente y cuántas felicitaciones ha recibido?
R.- La verdad es que ha sido una semana de asimilar todo porque creo que estábamos en una nube y no éramos conscientes de lo que habíamos logrado. Ya el hecho de acudir a los actos institucionales y las celebraciones te va abriendo los ojos y te vas dando cuenta de la magnitud de lo que ha pasado. He recibido muchísimos mensajes de los que te llegan al corazón, de familiares, de amigos, de excompañeros, de exentrenadores,… No puedo quedarme sólo con uno, pero han sido muchos y muy especiales y estoy muy feliz y agradecido a todos ellos.
P.- Un ascenso histórico para la Segoviana en el que usted se vistió de héroe. ¿Cuántas veces ha visto repetida la acción del gol?
R.- Lo he visto muchas veces y me sigo preguntando que qué pintaba yo ahí en el área (risas). Es curioso porque la acción iba por la banda derecha, vi que Borre andaba por ahí pero que no iba a llegar nadie desde banda contraria y en ese momento escuché desde la grada a Mariano, el que fue jugador y directivo de club, gritarme como un loco que llegase al área y aparecí por ahí de casualidad.
P. ¿Qué se le pasó por la cabeza en ese momento?
R.- Aparte de toda esa gente que venía al campo cuando éramos 200 o 300 personas y el club estaba mal, me acordé obviamente de mi chica y de mi hijo. Ella siempre me decía durante todo el año que si no iba a meter un gol en casa ya que dio la casualidad que en el día del Malagueño no pudo venir al estadio, por lo que me alegré especialmente por ellos que pudieron vivir un ambiente único.
«Escribí a Manu el mismo domingo y le dije ‘hoy vamos a hacer historia amigo'»
P.- El gol de su vida, ¿no?
R.- Sí, pero al final es resultado ya no sólo mío, sino de muchos compañeros como Manu, Javi o Dani Arribas. Un acto de fe, de haber creído en este club cuando vinieron mal dadas y de ilusión por intentar llevarlo siempre lo más arriba posible. Metí yo, pero es el gol de toda la gente que ha luchado por sacar el club adelante, desde Agustín, Renedo, Ramsés y todos los compañeros.
P.- Al final fue ese chaval que llegó a la Segoviana con 14 años en 2005 el que le diese el mayor logro deportivo en sus 95 años de historia. ¿Pensó que el destino se lo tenía guardado?
R.- No lo sé, pero sí es verdad que cuando me desperté el mismo domingo tenía una sensación distinta al despertar, de que algo bonito podía pasar y de que iba a ser un día feliz. Me acuerdo que salí a pasear por la mañana y escribí a Manu por Whatssap y le puse ‘hoy vamos a hacer historia amigo’. Normalmente no le suelo escribir los días antes de partido porque no habíamos necesitado automotivarnos entre nosotros, pero ese día me desperté con una confianza extrema. Veníamos de un fin de semana complicado en La Palma y un inicio de semana bastante duro. Ahora pensándolo en frío igual no tenía motivos para escribirle ese mensaje, pero tuve esa necesidad de decírselo.
P.- A diferencia de otros compañeros, ha vivido todas las caras del fútbol en la entidad, desde una posible desaparición hasta este hito histórico. ¿La celebración también se vive diferente?
R.- Sí, prácticamente cuando llegué con 14 años era el momento más convulso del club, de impagos, de incluso plantarse a no disputar los partidos y la inestabilidad era extrema. Ahora, lo veo todo distinto, sobre todo en la cuestión de la edad. Ha habido jugadores que se han tirado toda la semana celebrándolo, pero el domingo mi mayor celebración fue ver a los compañeros en el campo con sus familias, felices y festejando. Hemos pasado malos momentos, especialmente tuvimos dos golpes en forma de pérdidas personales con el míster y Sergio que a mí me tocaron bastante, entonces mi mayor objetivo este año era que ellos pudieran disfrutar de lo que estábamos haciendo. Por suerte, el final no ha podido ser más feliz, ellos se lo merecen más que nadie y me alegro principalmente por ellos.
“Escuchaba a la gente en el campo y hubo un momento en el que no sabía ni que celebraban”
P.- Y a nivel individual, ¿Qué supone para usted, segoviano, llevar el nombre del club y de la ciudad hasta este lugar inconcebible?
R.- Afortunadamente jugadores como Manu o yo hemos podido disfrutar de una carrera continua aquí en Segovia y estoy muy agradecido por todo el cariño que hemos recibido de la gente. Jugamos por y para ellos, porque al final no dejan de ser vecinos, que te encuentras en el día a día por la calle y que se alegran cuando te va bien y sufren contigo cuando no van tan bien las cosas. De hecho, todavía salgo de casa y hay personas que no pudieron venir el domingo o que no había coincidido todavía con ellas que me siguen felicitando. Es un orgullo y un privilegio poder llevar el nombre de Segovia por toda España.
P.- Y ahora Primera RFEF. ¿Seguirá Rubén?
R.- Sinceramente, no lo sé todavía. Ahora es momento de descansar a nivel físico y sobre todo emocional porque ha sido un año de muchísimo desgaste y ya veremos lo que sucede.
P.- En todo caso, la Segoviana está ante meses previos de mucho trabajo antes de que arranque la competición. ¿Ve a la entidad y a la ciudad preparada para un salto tan importante?
R.- A nivel motivacional y de capacidad, la directiva está perfectamente capacitada y el respaldo de toda la provincia y aficionados tiene que ir de la mano sino es imposible. Las exigencias que te exige a nivel logística esta competición no tiene nada que ver con lo que teníamos hasta ahora, entonces se vienen semanas de mucho trabajo ante las que estoy convencido que la directiva va a hacer las cosas bien, pero se necesita también tanto el apoyo institucional como de la gente”.