El falso escaparate de López Saura

En su última intervención, en la Calle Real, el artista ‘engaña’ al público creando dos vitrinas donde en realidad solo existen muros

Desde que se instaló en Segovia, sin apenas hacer ruido, el pintor madrileño José Luis López Saura ha ido dejando su impronta en la ciudad, y con tal profusión de obras de que él mismo está ahora valorando la posibilidad de crear un recorrido turístico por sus intervenciones, que suman ya unas cuantas decenas. La última, en la tienda ‘Tierra de Sabor – Club Selección Segovia', situada en la Plaza del Corpus Christi.

Ante la falta de un escaparate visible desde la calle, el propietario del negocio, Luis Matarranz, pidió el sabio consejo de López Saura. Éste no dudó a la hora de buscar una solución. “Había que hacer un trampantojo”, señala el pintor. Se trataba, por tanto, de crear una ilusión óptica, de forma que el viandante que pasara por delante del establecimiento viera algo que, en realidad, no existe. López Saura se comprometió a pintar, con su técnica realista, dos ‘falsos escaparates', a ambos lados de la entrada de la tienda, en los muros. Y así lo ha acabado haciendo, con su maestría habitual.

“He utilizado lo que en pintura se denomina ‘ángulo mágico', de forma que el espectador debe situarse en un punto concreto para ver correctamente la imagen, no deformada”, explicaba ayer el artista. En las dos vitrinas simuladas del establecimiento, López Saura ha pintado algunos de los principales productos que allí se despachan, como embutidos, judión de La Granja, vinos o miel. Todos ellos con la garantía de la marca ‘Tierra de Sabor'.

Además, a modo de juego, López Saura ha escondido 13 pequeños vencejos, que el espectador puede ir buscando. “Están en las etiquetas de los productos, pero ya aviso que no resulta sencillo”, advierte el pintor.

Las dos nuevas obras de López Saura únicamente se podrán contemplar en horario comercial, pues se han realizado en chapa de acero y colgadas de unas sencillas escarpias, de modo que los dependientes de la tienda pueden quitarlas al acabar la jornada.

En definitiva, otra muestra de la enorme creatividad de López Saura, a la vista de quien pase andando por la calle Real.