A cierre de 2018 casi la mitad de los parados eran de larga duración. / EFE

El mercado ha absorbido prácticamente la sangría del paro generada durante la crisis, hasta dejar en 3,35 millones el número de desempleados —apenas 97.000 más que diez años antes—, aunque con el doble de paro de larga duración.

España contaba con 3,2 millones de personas desempleadas a finales de 2008, cuando comenzó la crisis económica que elevó su número hasta casi duplicarlo a comienzos de 2013, con 6,3 millones, momento desde el que se ha ido reduciendo hasta situarse ya en cifras similares a las de hace una década.

No obstante, mientras que las personas que llevaban un año o más buscando trabajo representaban en el cuarto trimestre de 2008 al 21,3 % del total de desempleados, a cierre de 2018 eran el 47 %, según los datos que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA).

Es decir, el peso de los parados de larga duración sobre el total de desempleados se ha duplicado en la última década, pese a que el paro está en niveles similares. Sin embargo, la situación ha mejorado respecto a 2014, cuando dos de cada tres parados eran de larga duración.

A juicio de la secretaria de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO, Lola Santillana, durante la crisis ha aumentado el número de parados “y a muchos de ellos no se les ha dado las oportunidades necesarias para su reinserción”.

Por ello, pide poner orden en “el despropósito de las políticas no laborales”, para después incentivar la contratación y potenciar la formación y recualificación.

Políticas activas

En el mismo sentido, la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, Mari Carmen Barrera, ve necesario impulsar las políticas activas de empleo, porque los parados de larga duración “no son capaces de ingresar de nuevo por sí solos en un nuevo empleo”.

De esta forma, terminan convirtiéndose en inactivos e ingresando en un sistema de pensiones con recortes del 40%, añade.
Para la directora de Relaciones Laborales de la CEOE, Rosa Santos, los niveles de desempleo en España son “inaceptables” y más cuando hay demanda en las empresas, algo que achaca a la “falta de alineamiento entre oferta y demanda”.

Por ello, ve necesarios mejores mecanismos de prospección del mercado y coincide con los sindicatos en la urgencia de la reorientación de los parados que no tienen la formación y cualificación para acceder a los nichos que tienen oferta y que proceden de sectores en los que ya no hay demanda.

No obstante, aboga por medidas que faciliten la movilidad de los trabajadores y pide la reforma de los servicios públicos de empleo “que no están logrando la recolocación que se espera”, al tiempo que añade “el sector privado tiene mucho que decir” dado que las empresas privadas de recolocación tienen elevados niveles de empleabilidad.