Resina, donde acaba la crisis

El sector ofrece cerca de 400 empleos en la provincia, que lidera la producción nacional.

Crisis es la palabra de moda. Aparece en casi todas las conversaciones. En casa, en el trabajo, en los ratos de ocio… Se habla de sus causas, de sus consecuencias, se hacen previsiones sobre su finalización… Ningún sector económico se libra de ella. ¿Ninguno?. Bueno, hay algunas excepciones que confirman la regla. Y una está en la provincia de Segovia. La resina. Mientras la producción baja en la mayoría de los sectores, en el de la resina sube. Además, a buen ritmo.

“Va a ser un buen año para la resina”, auguraba ayer Antonio Romero, director general de ‘Luresa Resinas’ (antigua ‘Unión Resinera’). La primavera está siendo muy lluviosa, y en los pinares “hay frescura”, la situación idónea. Si en junio, julio y agosto hace calor, como se espera, todo hace indicar que el rendimiento por pie superará el de 2012, que rondó los 3,20 kilos / pino.

Pero, más allá de esa previsión, lo que Romero tenía claro es que en 2013 se registrará un notable incremento de la producción nacional. Si en 2012 rondó los seis millones de kilos, él espera que al final del ejercicio se pueda hablar de cerca de 7,5 millones de kilos. Un hecho ha influido sobremanera en este aumento: los pinares, casi abandonados durante varias décadas, han vuelto a poblarse de resineros. En esta campaña, en los pinares segovianos habrá cerca de cuatro centenares.

¿Y por qué hay ahora más resineros?. La respuesta es sencilla. En el último lustro, y a excepción de este año, en que se ha producido un descenso del precio del kilo, la tendencia ha sido ascendente. Hoy en día, con leves oscilaciones, un resinero cobra 0,95 euros por un kilo de miera.

Romero se mostraba convencido de que la resina “tiene mucho futuro” en España. Los países de los que importaba Europa (principalmente China y América Latina) ya no están dispuestos a exportar, y menos a un precio bajo, pues prefieren utilizar esa materia prima para elaborar sus propios productos. En esa tesitura, Europa está volviendo la mirada a su propia resina, un producto del que es claramente deficitaria. Un dato lo confirma: Europa se ve obligada a importar el 70% de la resina que utiliza.

Según todos los expertos consultados por esta Redacción, Segovia se encuentra “en una inmejorable posición” de cara al futuro, ya que alrededor del 80% de la producción nacional sale de los pinares de la provincia.

Francisco Revilla, director de ‘Resinas Naturales’ también es de los que cree que la resina tiene porvenir en Segovia. Tras su todavía reciente implantación en Cuéllar, la empresa no hay hecho sino crecer. “Este año —aseguró ayer— duplicaremos la producción”. Aunque prefiere no dar números exactos, sí revela que, en esta campaña, cerca de 350 resineros llevarán la miera que recojan en los pinares a la planta de Cuéllar. Con respecto al año pasado, el número de recolectores se ha incrementado en casi un 40%. A medio plazo, ‘Resinas Naturales’ contempla emprender un plan de expansión, aunque la empresa todavía no quiere revelar los detalles del mismo.

“¿Quién nos iba a decir hace cuatro años que se iba a producir un cambio tan importante?”, pregunta, a modo de exclamación, el presidente de la cooperativa ‘Rincón de la Vega’, Alejandro Rogero. “Hace cuatro años —añade— estábamos dando las últimas, y ahora asistimos a un momento de auge”. El incremento del precio del kilo de miera ha provocado que, a fecha de hoy, resulte “dificilísimo” encontrar en la provincia de Segovia pinos para resinar. “Casi todos están ya en explotación”, sostiene el presidente de esta cooperativa, que reúne a cerca de 40 socios. En cualquier caso, Rogero no quiere presentar un panorama idílico para quienes se inician en el mundo de la resina. Uno de los principales problemas —tal vez el más importante— es el de la afiliación a la Seguridad Social. Si antaño los resineros cotizaban por el régimen agrario, ahora lo hacen por el general. “Hemos perdido con el cambio”, señala, al tiempo que pide a las autoridades que reconsideren su decisión.

Aunque hay quien piensa que el auge de la resina es efímero, y que un elevado porcentaje de los ‘nuevos resineros’ volverán a la construcción cuando termine la crisis, Rogero cree que “si los precios no bajan, habrá muchos que permanecerán en este oficio”.

¿Hasta cuándo seguirá incrementando la producción de resina?. Es una incógnita, pero todos los consultados coinciden en que “el potencial es muy grande”. “En los años 60 del pasado siglo se llegaron a producir cerca de 60 millones de kilos, y ahora estamos por seis, así que margen de mejora hay mucho”, insiste Romero.

Desde Coca, su alcalde, Juan Carlos Álvarez, entiende que, después de que el sector haya ido creciendo paulatinamente en los últimos años, ha llegado la hora de que la Unión Europea dé el empujón definitivo. A ese respecto, se encuentra “muy molesto” por la falta de asistencia de algún representante de la Unión Europea en el reciente simposio celebrado en Coca. “¿Para qué hablan de reducir las emisiones de CO2 si luego no son capaces de venir a Coca?, ¿por qué dicen que hay que reducir la dependencia del petróleo, que viene de fuera de Europa, y no se preocupan de las materias primas que tenemos aquí?”, pregunta, disgustado, Álvarez, al tiempo que reclama a la Unión Europea que impulse el consumo de materias primas autóctonas, una política que, por derivación, generaría miles y miles de puestos de trabajo en España.