El piloto español de MotoGP Marc Márquez celebra la victoria en el Gran Premio de Japón. / Efe

El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) cumplió con lo que señaló tras la victoria en la carrera de Tailandia, cuando dijo que para él no había acabado el mundial con la consecución del título, y se adjudicó una clara victoria, la décima de la temporada, en el Gran Premio de Japón de MotoGP que se disputó ayer en el circuito Twin Ring de Motegi. Márquez no dejó lugar a la duda y se adjudicó con autoridad la octogésima victoria de su carrera deportiva y la quincuagésima cuarta en la categoría reina, un dígito con el que iguala en la tercera posición nada menos que al australiano Mick Doohan.

A Doohan ya lo superó en número de títulos mundiales con la consecución del sexto, además de darle a Honda matemáticamente el título de fabricantes, algo que los responsables del gigante nipón tienen en muy alta estima y no dudaron en celebrar en Motegi. Y, para conseguir todos esos números el piloto de Repsol Honda ganó como le gusta hacerlo, con autoridad, pues se vio fuerte ya en los entrenamientos matinales de la jornada dominical y decidió arriesgar desde el mismo momento en que se apagó el semáforo.

Primera vuelta

Quizás por eso, cuando le superó el francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) en la primera vuelta, decidió devolverle el “golpe” de manera contundente y, desde ese momento, cambió el ritmo y comenzó a poner tierra de por medio incluso con quien demostró ser el único que podía aguantar su ritmo.

Quartararo lo intentó pero Márquez fue mucho Márquez en el Twin Ring de Motegi y la victoria número diez de la temporada se fraguó prácticamente desde la primera vuelta y a un ritmo frenético, tan frenético que el consumo de combustible de su moto se disparó.

Y se disparó de tal manera que, tras ganar la carrera, no pudo llegar a su taller y, quizás por eso, en las últimas vueltas su ritmo bajo notablemente y permitió al francés acercarse —sin peligrar su victoria—, más de lo previsto, pues lo que muchos consideraron que era “controlar la situación” en realidad pudo tratarse, más bien, de controlar el consumo.

Clara victoria de Marc Márquez, con un Fabio Quartararo que además de proclamarse ya matemáticamente como el mejor debutante de la categoría, que en su equipo celebraron como si de un título se tratara, dejó claro que será el rival más a tener en cuenta en las próxima temporadas.

La tercera plaza para otro clásico, el italiano Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP19), que supo deshacerse de todos sus rivales en su camino ascendente, hasta que ya no pudo hacer más, tras Quartararo, al que se acercó peligrosamente pero sin poderle inquietar en ningún momento, si bien dio buena cuenta de pilotos como el español Maverick Viñales (Yamaha YZR M 1), su compatriota Franco Morbidelli (Yamaha YZR M 1), o el australiano Jack Miller (Ducati Desmosedici GP19).

Nueva decepción para el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), que no estuvo demasiado acertado en entrenamientos —décimo— y en carrera tampoco pudo hacer mucho hasta que se cayó.