El jugador del Real Madrid Sergio Llull pelea un balón con Lorenzo Brown, del Estrella Roja. / EFE

El Real Madrid se estrenó a domicilio ayer en Belgrado y ante el Estrella Roja, con su primera victoria fuera de casa (60-75) en la jornada 7 de la fase regular de la Euroliga, no sin suspense pero con un autoritario último cuarto, cuando tocó espantar los fantasmas y poner el 4-3 positivo en la tabla.

El cuadro blanco encontró aire lejos de la capital española en el escenario donde conquistó la décima Copa de Europa en 2018. Del toma y daca en el Stark Arena emergió un Tavares (11 puntos, 9 rebotes y 5 tapones) necesitado de días así esta temporada, además del acierto de Llull (16) y Rudy (12). De hacer tres triples en tres cuartos, el Madrid hizo siete en el último, un parcial de 8-26 que enjuagó las tres derrotas fuera del Palacio, con zancada por el ‘Top 8’.

El Madrid supo regatear otro inicio irregular por Europa, con juego interior y fases de buena defensa. Ya desde el principio el acierto no fue el deseado, aunque eso fue cosa de los dos equipos. Laso mantuvo en pista hasta el segundo cuarto a Facu y Tavares, y el gigante de Cabo Verde recuperó parte de la confianza que le falta.

Los robos en defensa y esa intimidación dio la primera renta al Madrid, que Gist se encargó de limpiar para los serbios. Un par de gorros destaparon a Tavares de nuevo, mientras Mickey y Garuba ocupaban bien su sitio en el segundo cuarto. Ante un 1 de 13 en triples, el juego blanco apareció en la pintura rival con éxito.

El Estrella Roja reaccionó otra vez a la escapada blanca y, tras la bronca de Laso, el Madrid terminó mejor el primer tiempo, con los triples de Laprovittola y Rudy para contestar a los de Baron, y la transición de Llull, para un corto pero favorable 27-33 al descanso, premonitorio de la victoria final.