El Segosala Naturpellet pagó con la derrota la mala primera parte que disputó frente al Básico Rivas en un encuentro con dos partes bien diferenciadas, en la que los postes jugaron un papel determinante a la hora de decidir el ganador final del duelo.
Apelar a las bajas para justificar una derrota suele ser ventajista, así que solamente habrá que dejar constancia de que el Segosala afrontó el encuentro con tres ausencias de peso, las de Sonia, Miri y Mónica. Dicho lo cual, el, conjunto segoviano presentaba sobre la pista argumentos más que suficientes como para haber derrotado a su rival… si le hubiera igualado en intensidad. Porque desde hace un buen número de años, desde que este deporte se convirtió en un juego de entrenadores y no de jugadores, a poco que sepas correr, tengas un poquito de ‘mala leche’ rematando a portería, y te apañes en las bandas y los corners, siempre tendrás opciones de puntuar.
Y el Básico Rivas tiene bastante más que eso, con una portera muy sobria, un conjunto solidario en defensa al que su entrenador no le deja irse del partido en ningún momento, y con un buen trabajo en las acciones a balón parado. Con esas armas el conjunto madrileño se plantó en el Pedro Delgado y desde el primer minuto de partido apostó por imponer un ritmo altísimo en defensa con una presión en toda la pista que el Segosala supo manejar bien en los primeros compases, con unos primeros remates de Eva, Claudia y María que se encontraron con la portera Mercedes en los dos primeros casos, y con el poste en el lanzamiento de la pívot rojinegra.

INFERIORES EN INTENSIDAD

Pero, mediada la primera parte, al Segosala se le fue olvidando que no sólo hay que tener movilidad en las jugadoras para salir de la presión, sino que conviene también saber hacia dónde moverse, y con un juego demasiado previsible y sin excesiva calidad en los pases fue dejando que su oponente dominara el partido desde la defensa y comenzara a enlazar contragolpes que paulatinamente fueron amenazando cada vez más la portería de Lau, hasta que Leti, tras un saque de banda en corto enviado al segundo palo que nadie tocó, anotó el 0-1 en una acción que en la otra portería el equipo local intentó cien veces, con un cero por ciento de acierto. Cosas de la intensidad defensiva.
El 0-1 reafirmó al Básico Rivas en su planteamiento de partido, pero no le movió una pestaña a un Segosala que no era el de anteriores encuentros, llegando con razonable claridad hasta la zona de tres cuartos, pero sin la calidad en el último pase para dejar a la compañera en posición ventajosa para poder encarar el marco contrario.
Y, con el partido estabilizado, en otra acción de banda más alejada de la portería de Lau y sin aparente peligro, al Rivas le salió fenomenal la jugada ensayada, porque ni una de las jugadoras locales salió a tratar de impedir el envío al segundo palo donde Silvia sólo tuvo que empujar el 0-2.

LOS POSTES COMO CASTIGO

Al descanso se llegó con la ventaja madrileña en el marcador, a la espera de que el Segosala compareciera en el segundo tiempo. Y afortunadamente lo hizo, porque el segoviano es un equipo con carácter, al que quizá también ayudó el planteamiento del técnico del Rivas, que echó a sus jugadoras atrás confiando en ‘pescar’ a las rojinegras a la contra.
No sólo no lo logró, sino que estuvo muy cerca de tirar por la borda el gran trabajo de su equipo en los primeros veinte minutos, porque el Segosala dispuso de un buen número de ocasiones más que claras que desbarataron el buen hacer de Mercedes y los postes que hasta en tres ocasiones desviaron los lanzamientos de las segovianas.
Cris anotó el 2-1 cruzando su lanzamiento tras una buena dejada de Sandra, y posteriormente la propia Cris, Claudia y Eva tuvieron el empate en sus botas, pero faltó ‘un pelín’ de calma a la hora de chutar a portería. En los minutos finales tan cerca estuvo el 2-2 como el 1-3 porque el Rivas finalmente encontró los espacios hacia el marco de Lau, pero el marcador ya no se movió ni siquiera cuando Agustín Pérez metió a Sandra como portera-jugadora a cinco minutos para el final. Las virtudes del Segosala del segundo tiempo no pudieron contrarrestar los defectos que el equipo mostró en la primera parte, y acabó cediendo los puntos ante un rival que hizo valer sus armas.