A.M. / RIAZA
La villa de Riaza fue todo un ejemplo en la organización de eventos deportivos, adaptados a las circunstancias del coronavirus. La novena edición del triatlón riazano, que se celebró esta mañana, cumplió los protocolos de seguridad para dotar a esta cita normalidad. Como es lógico, había preocupación y respeto, pero el sentido común de los corredores y de la organización, encabezada por Dutri Cup y el Ayuntamiento de la localidad, hizo que la vuelta de las competiciones deportivas a la provincia tras el confinamiento pasara a ser referencia para futuros acontecimientos.
La reducción del número de participantes a más de la mitad respecto a pasadas ediciones, la colocación de dispensadores de hidrogel en diversos puntos del recorrido, la entrega de mascarillas a los deportistas o el avituallamiento individualizado fueron algunas de las medidas que tomó la organización para hacer segura la prueba.
Al final tomaron parte cerca de 300 triatletas en dos salidas, a las 10.00 horas y a las 12.00, y con el fin de evitar contacto fueron saliendo de uno en uno de forma intermitente cada siete segundos desde Riofrío. El recorrido se compuso de 800 metros de natación, 16 kilómetros de ciclismo hasta la estación de esquí de La Pinilla y 4,8 finales de carrera a pie.
Los ganadores de la general fueron Francisco Fernández-Cortés, del Bull Project Triatlón, y Alba Álvarez, de la AD Naútico Narón. El vencedor de la prueba masculina paró el cronómetro final en 52.57 minutos, tras completar el segmento de nado en 10.04, el de bici en 27.13 y el de correr en 15.39. Segundo fue Pello Osoro, a apenas 24 segundos del cómputo global; y tercero fue Julen Díez, a 1.33 minutos.
En la disciplina femenina Álvarez, que todavía está en categoría junior, se adjudicó la victoria con un tiempo de 1:01.24 horas (10.56, 32.50 y 17.38 en cada transición). Completaron los puestos de honor de la general Marta García como segunda, a 52 segundos; y la también junior Raquel Alzaga como tercera, a 1.15 minutos.
