Hacía mucho tiempo que en el campo de La Albuera no se vivía un escándalo como el que ayer se vivió en los últimos minutos del encuentro que enfrentó a la Gimnástica Segoviana con el Leganés B. Pasar de un plácido 2-0 en el minuto 89 ante un rival con diez jugadores, a un histérico 2-2 en el tercer minuto del descuento requiere de un buen número de actores protagonistas en una película de terror en la que solo hubo malos.
De primeras, y para no cargar las tintas sobre la actuación de un árbitro que tuvo un criterio muy particular a la hora de medir las acciones sobre el campo, la gestión de los últimos cinco minutos de partido por parte de la Segoviana empañó todo lo bueno que el equipo azulgrana había hecho en los ochenta y nueve primeros.
Dicen que la confianza es la peor consejera del equipo que va ganando, y los de casa vieron tan claro que la victoria no se iba a escapar que se confiaron en exceso. Sirva como ejemplo que el 2-1 del Leganés B llegó en una contra tras un error en la salida del balón azulgrana (recuerden, el rival jugaba con uno menos…) y el segundo tanto visitante se produjo por un penalti (o eso vio el árbitro) fruto de otro contragolpe del filial pepinero. Y sí, habrá quien diga y con razón que el penalti que dio origen al 2-2 solo lo vio una persona de las mil que había en el campo, pero la realidad es que a esa situación se llegó porque a la Segoviana se le olvidó hacer lo que hasta ese momento venía haciendo perfectamente, dormir el partido y agotar a un rival que estaba cerca de arrojar la toalla.
OTRO PARTIDO BIEN PLANTEADO
Porque el equipo azulgrana volvió a hacer un buen partido en líneas generales ante un oponente que venía en una dinámica positiva, pero que en La Albuera se vio impelido a correr detrás de la pelota, dominado durante muchas fases del duelo por un conjunto azulgrana que funcionaba como un reloj en la presión, con Manu espectacular en el corte, que manejaba con mucho criterio el balón en el centro del campo, con Fer Llorente dando muestras de su calidad, y que con los destellos de Borrego e Ivo lograba hundir tanto a la defensa del Leganés B que le impedía buscar las contras.
Tras un primer amago de peligro por parte del conjunto visitante con un remate flojo de Salido a las manos de Carmona, la pelea durante veinte minutos del ataque gimnástico ante la defensa pepinera fue de las que hace disfrutar a los amantes del fútbol. Pese a que la banda derecha gimnástica no produjo como en ocasiones anteriores, y ahí se echó de menos a Acuña, la izquierda tomó el relevo con Borrego y Rubén acompañando a Ivo. Los primeros acercamientos con peligro no tardaron en producirse, pero a Gómez se le ha acabado la racha y eso se nota en sus remates. El más peligroso lo sacó la defensa en el último momento, y el que menos… se fue al larguero de un confiado Christian, que tuvo la suerte de cara porque dejó pasar el balón pensando que iba fuera.
Se sacudió el dominio el conjunto visitante, que piso con asiduidad la zona de tres cuartos. Pero se encontró con una defensa gimnástica que fue un valladar, con De Frutos liderando y el resto de compañeros acertados en el corte
DOS ACCIONES DE CALIDAD, DOS GOLES
El partido tenía su ‘miga’ hasta que superada la media hora una acción de estrategia local puso el balón, enviado por Manu, hacia la posición de Óscar De Frutos que con su centro chut superó a Christian. Ivo remachó el 1-0 en la misma línea de gol, y no pocos pensaron que el canterano se había equivocado haciéndolo, porque estaba en fuera de juego. Pero el asistente no lo vio así, y el gol subió al marcador.
Estuvo bastante más imprecisa la Segoviana con el balón en el arranque del segundo tiempo. La baja de Borrego, al que un golpe en la rodilla le dejó K.O., afectó al juego del colectivo, aunque la defensa siguió a gran nivel, y a la contra tuvo Gómez el segundo gol local pero no llegó por poco al centro de Ivo tras un contragolpe.
La Segoviana jugó un partido más que correcto durante 89 minutos en los que tuvo muy controlado a su oponente
Otro chispazo hizo saltar el partido por los aires. Rubén lanzó en largo un balón dividido hacia la zona de Borao, que con su control y su asistencia hacia Gómez se resarció con creces de un encuentro gris, y el delantero azulgrana cayó en el área ante la entrada de Armenteros. El penalti y la segunda amarilla para el central del Leganés B es de los que no tienen demasiada discusión, y el gol de Rubén desde los once metros parecía sentenciar el partido a veinte minutos del final.
Durante los siguientes quince la Segoviana hizo lo que tenía que hacer, no rifar la pelota, buscar siempre al compañero desmarcado y nada de acciones individuales que pudieran provocar pérdidas. Los cambios contribuyeron a reforzar esta idea y cuando Dani Plomer sustituyó a Adrián (que se llevó de manera merecida la ovación de la tarde) la sensación era la de partido terminado.
… Y EL ESCÁNDALO
Pero una cosa es la sensación y otra la realidad, y un error de Javi Marcos en la entrega hacia Manu le dio al Leganés B la ocasión de montar una rápida contra que acabó con Rentero marcando un golazo desde la frontal. 2-1 con cuatro minutos de descuento por delante.
La Segoviana se vio tan cerca del abismo que no evitó la tentación de mirar abajo y dejó de hacer lo que venía haciendo bien. Rubén quiso ir hacia delante y perdió un balón ante Rentero que montó una rápida contra. El balón llegó a su compañero Rodri, que se internó en el área y forzó el córner…
… Pero no. El árbitro del partido entendió que en su intento de despejar Óscar de Frutos no había golpeado al balón sino al pie del jugador del Leganés B, en una decisión que indignó a los locales y (no nos vamos a engañar) sorprendió incluso a los visitantes porque el despeje del central azulgrana parecía claro. Zekri se encargó de aguar la fiesta de despedida de Adrián, de mantener la racha ‘raruna’ de la Segoviana, y de culminar el escándalo de un empate que hasta Carlos Martínez, técnico del Leganés B, consideró “inmerecido” en la sala de prensa.