¿Qué es ser buen entrenador?

Hemos llegado al final de la temporada y nos alegramos de los éxitos que han conseguido los clubes y atletas en sus respectivas competiciones. Es el momento de elegir a los jugadores más valiosos de las ligas y de conformar los equipos ideales. También es la hora de designar al mejor entrenador. Pero, si un deportista o un conjunto deportivo alcanza un éxito, ¿este hecho determina que el entrenador sea bueno?

Si nos dejamos llevar por los resultados competitivos obtenidos, podemos tener bastante certeza de que gran parte del triunfo se debe a la buena gestión del técnico. Sin embargo, se puede dar el caso de que los deportistas ya son lo suficientemente buenos y que el entrenador sólo ha sido un mero comparsa en el éxito obtenido. El debate está abierto.

Hay ciertas competencias que todo buen entrenador debe presentar, aunque siempre hay matices. Hay alguno que sólo busca la eficiencia y siempre aplica los mismos métodos, independientemente del contexto, pues controla más o menos el resultado que va a conseguir. Por otro lado, los hay que innovan dependiendo de lo que tienen enfrente y de las exigencias que se les presentan. Es en estos casos cuando estos modifican los procedimientos y aplican su capacidad de observación para adaptarse al entorno.

Es cierto que cada entrenamiento tiene cierto grado de novedad y no se puede garantizar el resultado deportivo, el deporte es una ciencia incierta. Por esta razón, juzgar a un entrenador sólo por el resultado conseguido sería como valorar la gestión de un político por las obras realizadas sin cuestionarse las deudas millonarias que ha generado o la aleatoriedad de sus decisiones.