
Con el derecho a soñar aún intacto, la Gimnástica Segoviana viajó en la jornada de ayer hasta la localidad coruñesa de Ferrol, donde a las seis de la tarde de hoy se medirá, en el campo de A Malata, a un Rácing que tras las últimas cuatro derrotas consecutivas se ha metido en una crisis de resultados que le ha llevado a la penúltima posición de la tabla, con cuatro puntos menos y un partido más que el cuadro azulgrana, que se encuentra ante una opción de oro para dejar prácticamente descartado a otro rival en la pelea por la permanencia.
Después de sumar siete puntos de doce posibles, la Segoviana se mantiene a un punto del Toledo, que es el equipo que marca la promoción, así que de conseguir una victoria en A Malata podría dormir fuera de los puestos de descenso. Pero nada hace indicar que el encuentro vaya a ser sencillo para los de Abraham García, porque el rival lleva toda la semana anunciando que el encuentro ante los azulgranas es una de sus últimas oportunidades para buscar la permanencia, y afrontará el encuentro como si de una final se tratase.
GESTIONAR LA ANSIEDAD
Con varios cambios en el plantel, incluido el inquilino del banquillo, que ahora ha pasado a ser Ricardo López, el conjunto ferrolano busca un poco de aire en la clasificación, pero precisamente esa presión clasificatoria puede pasarle factura, y con ella puede ‘jugar’ la Gimnástica Segoviana, acostumbrada durante toda la temporada a gestionar su trabajo en la zona baja de la tabla. Las peñas del Rácing han anunciado que esperan una reacción del equipo “porque si no es así la gente se les va a echar encima”, anunciaba el representante de una de las peñas del club al diario La Voz de Galicia.
Abraham dejó fuera de la convocatoria a Álex, que aún no está a tope, a Domingo por sanción, y a Rubén por decisión técnica, por lo que no repetirá el once que formó ante el Sanse en La Albuera. Teniendo en cuenta los encuentros anteriores en los que la Segoviana logró buenos marcadores fuera de casa, es posible que el técnico apueste por ser más práctico que estético en la primera parte, y espere su ocasión tras el descanso, cuando el rival, que no podrá contar con su capitán Pablo Rey por acumulación de amonestaciones, deje espacios a la espalda intentando atacar la portería azulgrana. Hay campo más que de sobra para intentar el juego combinativo, pero la ansiedad de unos y otros puede llevar a que el juego no sea de lo más vistoso. Lo que cuentan, y ahora más que nunca, son los puntos, no la forma en la que éstos se consigan.