
La Gimnástica Segoviana ha tardado dos temporadas y un puñado de partidos en pasar de ser un recién ascendido con apuros para salvar la categoría, a un conjunto de los más fuertes del grupo, y que hay que tener muy en cuenta a la hora de establecer los estilos de juego de los rivales que, más allá de las declaraciones de sus técnicos, demuestran cada jornada que ante el equipo azulgrana en La Albuera sumar un punto es un buen resultado.
No pudo conseguirlo el Villanovense hace un par de fines de semana, pero sí lo logró el Mensajero en una tórrida mañana dominical que llevó hasta el campo de La Albuera a más de mil aficionados deseosos de ver jugar a una Segoviana que venía haciendo grandes partidos en casa, y que se marcharon a comer con la sensación de haber degustado un bocadillo de polvorones a dos meses largos de las navidades.
CUANDO MANDA LA PIZARRA
Porque el duelo que se disputó a una temperatura cercana a los treinta grados fue de esos que gustan mucho a los entrenadores y bastante menos a los espectadores. Táctico hasta decir basta, con los protagonistas muy preocupados en no cometer errores, y escasísimas ocasiones de gol, que llegaron sobre todo en un tramo final en el que el cansancio descubrió los espacios que estuvieron cerrados durante casi hora y media.
La Segoviana vivió unos días más que atípicos, con el fallecimiento de Juliana Tordesillas, madre de Ramsés Gil, al que la familia gimnástica dedicó un precioso homenaje en los prolegómenos del encuentro. El técnico hizo un esfuerzo por mantener la concentración y olvidarse de la que posiblemente haya sido la semana más dura de su vida, y en el banquillo se le notó tan activo como de costumbre, pero al equipo se le notó algo espeso en un primer tiempo en el que, entre el calor agobiante, la hierba alta y el rival muy ordenado, no hubo manera de presenciar un remate entre los tres palos.
Tras una primera parte casi sin ocasiones, en los últimos minutos del partido llegaron las oportunidades
El Mensajero se parapetó por el centro y le concedió las bandas a un conjunto azulgrana que por primera vez en toda la temporada notó que, si Segovia no puede ser de la partida como sucedió ayer, a la plantilla le falta un rematador. Consciente de este hecho, el técnico metió Ramsés a Borre y Merencio a banda cambiada con un éxito escaso, porque ni por el centro ni por las bandas consiguió la Gimnástica durante la primera mitad superar a una enorme (de altura y de concentración) defensa visitante, a la que no le importaba en absoluto conceder saques de esquina. Más de una decena botaron los locales, que sólo pudieron rematar dos.
Afortunadamente, y a salvo de algunas cesiones a Carmona que apuntaban más peligro desde la grada que el que en realidad tenían en el campo, el Mensajero renunció a pisar el área gimnástica más que algunas acciones sueltas bien defendidas por los locales. Así que el primer tiempo se fue diluyendo entre el poco de la Segoviana y la nada de su oponente, a la espera de un segundo tiempo que la afición esperaba mejor que el que había tenido la oportunidad de ‘disfrutar’.
HUGO DÍAZ, SIETE MESES DESPUÉS
Tardó poco Ramsés en mover el árbol tras el descanso, porque a pesar de que su equipo había entrado mejor en el partido, con Merencio enviando grandes balones al área, Abel Pascual rematando fuera un saque de esquina en gran posición y Hugo Marcos y Borre sin suerte en sus lanzamientos desde la zona derecha del ataque, necesitaba de mayor claridad de ideas ante un oponente que seguía siendo una roca en defensa, pero al que se le empezaban a notar algunas grietas.
Fue a veinte minutos para el final del encuentro cuando éste comenzó a abrirse de verdad. Así, en la única acción con verdadero peligro de los visitantes, Edu Salles se encontró solo en el área pequeña, con el balón en sus pies y Carmona batido a un lado de la portería, teniendo como única oposición a Abel Pascual, que sin embargo logró despeje desde la línea el lanzamiento del jugador canario, que recogió el rechace y envió de nuevo a portería para que ahora Carmona defendiera su marco del 0-1.
RAMSÉS: “Hemos tenido el control durante todo el partido y hemos generado ocasiones, pero es el típico encuentro en el que si no marcas rápido se te complica mucho”
La Segoviana se había salvado de encajar un gol que le hubiera puesto el partido más que difícil, y tras el ‘refresquito’ Ramsés dobló su apuesta dando entrada a Maroto y a Silva, que con Hugo Díaz (que volvió a los terrenos de juego casi siete meses después de romperse el cruzado) Plomer y De la Mata elevaron las prestaciones del equipo local. El equipo puso cerco al marco de Padilla que despejó con apuros un lanzamiento cercano de Maroto, muy destacado en la recta final del encuentro, y vio cómo sus defensas no perdían la concentración pese a todos los intentos de una Segoviana que cerró el partido en el área rival, con un reparto de puntos que premió el esfuerzo defensivo de su oponente. Porque el partido de ayer es el ‘clásico’ que te suele abrir un delantero. Y si no lo tienes…