El deporte del ciclismo en Segovia ha pasado en cuatro décadas de ser uno de los deportes más practicados, y seguidos, por los segovianos, a convertirse prácticamente en una molestia para el conjunto de una ciudadanía que es capaz de pasarse las tardes de verano viendo el Tour de Francia, pero desconoce si en su tierra hay algún ciclista profesional.
Carlos Melero, Pedro Delgado, Mariano Bayón, José Luis de Santos, ‘Pipe’ Gómez… desde mediados de los 70 hasta principios de los 90 Segovia fue una tierra pródiga en ciclistas de buen nivel que alcanzaron el terreno profesional con el éxito de todos conocido. Fue en esa época cuando a la delegación provincial de ciclismo llegó Antonio Barrio, que suma 36 años en un cargo en el que ha visto cómo, muy a su pesar, las pruebas ciclistas se han reducido prácticamente a la mitad.

 

Antonio Barrio, delegado provincial de ciclismo, afirma que el deporte de la bicicleta “ha perdido difusión”, y que el aumento de la burocracia a la hora de organizar las carreras retrae a los organizadores

“En este tiempo es evidente que el ciclismo no ha cambiado a mejor”, señala el delegado provincial, que pone el énfasis en el gran capital humano que hace años era capaz de organizar competiciones más allá del poder del dinero: “Teníamos carreras en El Espinar, en Cuéllar, en Aguilafuente, en Riaza, en Navas de Oro… ahora se han reactivado un poco pero sin llegar al nivel de antes. La gente que movió el ciclismo en los años 70 y principios de los 80 (Pedro Gimeno, Felipe Yubero, Antonio Santiño, Alfonso Martín…) es a la que valorar en su justa medida porque son los que hicieron mucho con muy pocos medios”.
La falta de una figura de referencia ha retraído la celebración de carreras, “porque no se entiende bien que para llegar a tener esa figura tiene que haber habido algo antes”. La muestra la pone el ‘botón’ de la Vuelta a Hispania para la categoría sub-23, que celebra este año su primera edición con salida en El Espinar “que creo que ha abonado 17.000 euros por acoger esa salida. Sin embargo, el club de allí le ofreció hacer una etapa de la Vuelta a Segovia, y ni siquiera le respondió” se lamenta.

«NO SABEMOS VENDERLO»

¿Cuáles son las causas de este descenso de seguidores? Barrio ofrece una respuesta: “Siempre he mantenido la idea de que no sabemos venderlo. El ciclismo a nivel local ha tenido un nivel muy superior al del fútbol, por poner un ejemplo, y sin embargo la Segoviana que ha tenido mucho menos se ha sabido vender muchísimo mejor, algo que me parece admirable”. El hecho es tan real como triste: El deporte de la bicicleta no tiene la repercusión de otros deportes “ni a nivel local, ni autonómico porque por Segovia ha pasado la Vuelta a Castilla y León y en su primer paso por la Cuesta de Los Hoyos estaba yo solo viendo a los corredores. Ha perdido difusión”.

 

La falta de referentes y el exceso de burocracia dejan en la mitad el calendario ciclista
Antonio Barrio, a la izquierda, junto a Pedro Delgado y Pepe Palomino durante una presentación de la Vuelta a Segovia. / KAMARERO

Pero, más allá de la repercusión sobre la que se puede trabajar, el aumento de la burocracia con el que se han encontrado los organizadores de las pruebas en la última década representa un obstáculo insalvable en no pocas ocasiones: “yo no digo que sean dificultades puestas a propósito, aunque a veces lo analizas y parece que alguien está diciendo “bueno, voy a poner esta pega, a ver si en vez de 50 carreras al año hay 30 y al año siguiente menos aún”. Pero entiendo que no es así”. Muy atrás quedaron los tiempos en los que con un mapa hecho a mano tras comprobar el recorrido en bicicleta “Alfonso (Martín Orejana) y yo nos fuimos a la Jefatura de Tráfico para obtener el permiso y organizar así la primera Vuelta a los Pinares”.

 

“el ciclismo se podría reactivar si Contáramos con un ciclista profesional en el que los jóvenes pudieran verse reflejados. Pero por ir poco a poco, se podría tener un equipo en cadetes o juveniles al estilo del que tuvo Caja Segovia”

De eso se pasó a los “80 o 90 folios”, después a las solicitudes telemáticas, y ahora a una plataforma “en la que cada punto tiene una respuesta que puede contener 14 o 16 archivos diferentes”. De nuevo otro ejemplo: “Pides un permiso a la Junta de Castilla y León, pero a su vez ese permiso se convierte en otros 8 o 10 que hace la Junta a todos los organismos afectados. La Diputación, los ayuntamientos, el medio ambiente… algo que no era complicado antes, ahora se ha complicado mucho, probablemente con la mejor intención. Y eso sin hablar de la plataforma para la Dirección General de Tráfico”. De tal forma que ahora las carreras menos complicadas de organizar son las que se celebran dentro del casco urbano “porque únicamente tienes que tratar con el Ayuntamiento y normalmente hay una persona física con la que puedes hablar y rectificar sobre la marcha algún error que hayas podido cometer”.

AGOSTO YA NO ES LO QUE ERA

De esta manera, la ‘tormenta perfecta’ que cae sobre el ciclismo ha hecho pasar de 70 carreras en los años 80, a menos de la mitad en la actualidad: “Hubo un momento en el que en un mes de agosto llegó a haber en Segovia 17 carreras. Empezábamos en Navafría, seguía Otero, Riaza, Aguilafuente, Cuéllar, Navas de Oro, Villacastín… más las de los chavales que se hacían en los pueblos”. Ahora hay que rebuscar mucho para encontrar una.
Que en Segovia se organicen todavía cerca de cuarenta carreras tiene su mérito, “aunque muchas de ellas están ahora en el aire. La Sociedad Ciclista Segoviana suspendió la Vuelta a Segovia, más una de cadetes, otra de juveniles y dos de escuelas. En El Espinar se ha suspendido otra, en Cantimpalos otra… y no estamos ni mucho menos mal si nos comparamos con otras provincias de Castilla y León”.
Otro de los ‘palos’ que recibió el ciclismo de Segovia fue la demolición del velódromo de Madrona “que costó 60.000 euros tirarlo. Si en los diez años anteriores se hubiera invertido esa cantidad en la instalación, ésta estaría razonablemente bien, pero la realidad es que la inversión municipal en el velódromo antes de tirarlo fueron 50.000 pesetas para reforzar los contrafuertes de la calle que daba entrada a Madrona”. Y Barrio reconoce que no iba demasiada gente a la instalación, “pero no es cierto que no fuera utilizado. Reconozco que su ubicación pudiera no ser la mejor, pero cuando nos ofrecieron construirlo en Madrona pensamos que menos era nada, y durante varios años tuvo un uso razonable”.
¿Cómo se podría reactivar el ciclismo en Segovia? El delegado provincial ofrece una respuesta: “Contar con un ciclista profesional en el que los jóvenes pudieran verse reflejados sería lo ideal. Pero por empezar poco a poco se podría tener un equipo en cadetes o juveniles al estilo del Caja Segovia que finalmente no se pudo mantener. Contar con un equipo de aficionados tendría un coste elevado, aunque sería lo ideal”.

 

DESCENSO DE FEDERADOS EN LAS ESCUELAS

Pese a todo, el número de ciclistas federados en Segovia no ha variado en lo que a los ‘mayores’ se refiere, pero sí se nota que hay menos en las categorías de escuelas, “que en los años 80 y 90 eran más de un centenar. Pero es muy simple: Si no se siembra, no se recoge. Y asumo la parte de culpa de no haber sabido sembrar. En los años 80 Pedro Gimeno, que es la persona que creo que más ha hecho por el ciclismo, se iba todos los domingos al velódromo de Madrona con los chavales, que pasaban allí la mañana rodando, o incluso jugando al fútbol. Todo eso atrae”.
Antonio Barrio no se olvida de una empresa privada que apoyó hasta donde pudo: “Kalorsa fue un apoyo extraordinario. Todos los sábados ponía dos furgonetas y dos coches para llevar a los chicos a las pruebas, porque por entonces los padres no lo hacían”. La Escuela Kalorsa pasó a ser escuela municipal “pero cada vez fueron menos chicos. Ahora se ha reactivado con la Escuela del 53×13, con más de veinte chavales a los que lleva Pablo de Pedro, y que casi todas las semanas se van por el carril bici o por la zona de La Faisanera”.

 

 

La falta de referentes y el exceso de burocracia dejan en la mitad el calendario ciclista
El carril bici, a su paso por la calle Blanca de silos en el barrio de Santa Eulalia./ NEREA LLORENTE

 

EL CARRIL BICI

La suspensión de la Vuelta Ciclista a Segovia fue todo un palo para el delegado provincial, que reconoce que “yo la hubiera organizado, pero no quise seguir adelante porque suponía implicar a otras personas que, a fin de cuentas, no tenían por qué pasar ese mal rato” de organizar una carrera de esta entidad sin una seguridad económica. “El ciclismo vive muy al día, y para organizar una carrera como la Vuelta a Segovia tienes que haber hecho unos gastos previos de entre 10.000 y 15.000 euros. Puedes pedirle a la gente colaboración y que te retrasen los pagos, pero si no cuentas con ese dinero no puedes pedir eso”.
La Vuelta ha estado varios años mantenida por la Marcha Pedro Delgado, “y de hecho, las ediciones de 2018 y 2019, que fueron las dos mejores de los últimos años con una participación extraordinaria, tuvieron ese nivel porque el año anterior la Marcha había tenido una alta participación y se pudo traer más equipos del habitual con 22 equipos de altísimo nivel”. Pero desde la pandemia también se ha podido evidenciar un descenso en el número de inscritos en la Marcha Pedro Delgado, “que de todos modos sigue siendo autosuficiente”, algo por lo que también se resintió la Vuelta a Segovia, que terminó con déficit en su edición de 2022.

 

“El ciclismo vive muy al día, y para organizar una carrera como la Vuelta a Segovia tienes que haber hecho unos gastos previos de entre 10.000 y 15.000 euros. Si no dispones de esa cantidad no puedes pedir favores”

Y, para terminar, el carril bici estrenado hace escasos meses y que apenas tiene uso. Barrio no quiere hacer sangre, pero deja las cosas claras: “Personalmente nunca supe nada del carril bici hasta que no estaba ya hecho, aunque eso no significa que nos tengan que consultar, porque a lo mejor en ese tema no tenemos ni idea”.
Pero el delegado provincial sí conoce de números, “y me sigue pareciendo una inmoralidad gastar 600.000 o 700.000 euros para construir algo que iba a tener poca utilidad. No sé a nivel popular, pero a la gente del ciclismo el carril bici no nos cae ni bien ni mal, porque no nos sirve absolutamente para nada. Lo único que hasta ahora nos ha hecho, aunque sea un asunto menor, es obligarnos a modificar el circuito donde llevamos a cabo las carreras de escuelas en la zona de la biblioteca, porque ahora hay bolardos en la curva por donde girábamos”. n