Los protagonistas de la séptima edición del Memorial Luis Ibáñez./ PELOTA VALLELADO

Un año más, Vallelado honró la memoria de uno de sus hijos más ilustres con la celebración de la séptima edición del Memorial Luis Baeza que reunió en el frontón municipal a lo más granado de la herramienta nacional, con la presencia de los seis integrantes de la Selección Española que se trajo las dos medallas de oro en disputa en el pasado Mundial de Biarritz celebrado en el mes de octubre, a los que hay que añadir a los más jóvenes de la cantera valleladense, que auguran un buen futuro.
Con un cartel de jugadores difícilmente mejorable, el ambiente de pelota fue grande en la localidad, tanto para la disputa de las semifinales como en una final a la que llegó el segoviano Carlos Baeza formando dupla con el zaguero pamplonés Javier Insausti.
La pareja ‘local’ se impuso en las semifinales de la competición a Labiano y Madariaga, mientras que en la otra semifinal Míkel Sanz y Emiliano Skufca lograron la victoria sobre Rubén Ayarra e Imanol Ibáñez, quedando emplazados para una final que hizo vibrar a los aficionados que poblaron las gradas del frontón segoviano.
Ya en el encuentro por el tercer y cuarto puesto hubo emoción y puntos de calidad, cayendo la victoria del lado de Ayarra e Ibáñez por un doble 15-13. Pero fue la final la que puso en pie a los espectadores, con Baeza a Insausti comenzando de manera espectacular para imponerse por un claro 15-6, y con Sanz y Skufca reaccionando en la segunda manga para forzar el desempate después de ganar por 13-15. Ya en el set definitivo, el navarro y el hispano-argentino venían de abajo hacia arriba, y terminaron logrando la victoria por 2-10.

DE RECUERDOS

Ya en el apartado institucional, Vallelado reconoció la labor de tres personajes extraordinariamente vinculados con la pelota. El primero de ellos, Carlos Baeza González, hermano de Luis Baeza recientemente fallecido; el segundo, el árbitro Mario Herrero, que se retiró después de más de tres décadas vinculado al mundo del abitraje, y el tercero fue el joven campeón del mundo Carlos Baeza por su trabajo en el campeonato de pala corta de Biarritz. Junto con el alcalde del pueblo, Carlos descubrió una placa en su honor situada en la entrada del frontón.