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Los jugadores del Viveros Herol Nava celebran la victoria frente al FC Barcelona B con la afición que pobló las gradas del frontón navero. / AMADOR MARUGÁN

Hombres contra niños. Esa fue la sensación que dejó en el aficionado el encuentro que en la tarde de ayer venció el Viveros Herol al FC Barcelona B en el congelado frontón de Nava, donde el conjunto segoviano demostró galones frente a un rival mermado por las necesidades del primer equipo, que se llevó a tres de sus componentes, y que mostró una calidad más que notable en ataque… pero bastante menos en el apartado defensivo, donde si duda más trabajo tiene por realizar el cuerpo técnico blaugrana.

Sin Andrés Alonso y sin Tello, Dani Gordo trató de sorprender desde el inicio, con ataques rápidos tras gol encajado para impedir los cambios ataque/defensa, empleando para ello a Álvaro Rodrigues, y haciendo sólo una rotación, la de Llopis por Alonso Moreno cuando tocaba defender el marco propio. Aunque le costó al principio al Viveros Herol el moverse en esa dinámica, con los jóvenes jugadores del Barça B moviéndose con agilidad en el 5:1 defensivo, no tardó Carlos Villagrán en mover mejor al equipo, pasando rápidamente del 1-3 al 5-3 que le dio al equipo de casa la delantera en el marcador, que ya no perdería en todo el encuentro.

EL RITMO QUE MÁS CONVIENE

La premisa estaba clara, y pasaba por no dejar correr a un filial blaugrana que se siente como pez en el agua con espacios. Así, obligaron a los jóvenes jugadores de Roi Sánchez a ‘masticar’ cada acción ofensiva, tratando de encontrar unas soluciones al 6:0 local que en un primer momento encontraron por el lado de Agustín Casado, pero que paulatinamente se les fueron negando por una defensa en la que Jordi Sancho intentaba con sus penetraciones forzar las acciones ofensivas. Pero ni él, ni Andrei Buzle, ni David Roca eran capaces de superar a una dupla, la compuesta por Toma Brakocevic y Álvaro Rodrigues, que por momentos se convirtió en muralla, con la inestimable colaboración de Ernesto, al que le echaron una buena mano.

Pese a ello, el partido se movía con ventajas escasas para los locales, en buena medida porque el avanzado del Barça B molestaba la circulación de la bola en ataque, pero también porque, bajo los palos, Guillem Herms elevaba su porcentaje en lanzamientos muy claros de los segovianos, que se encontraron con las buenas intervenciones del meta catalán. Además, el filial acertó en sus primeros ataques con siete, metiendo a Tremps en el doble pivote con Adriá León.

Con 14-12 y el tiempo casi cumplido, los colegiados no señalaron los siete metros para Nava tras una penetración de Agustín, y el rápido contragolpe visitante fue cortado en falta, que se sacó con rapidez, tanta que apenas dio tiempo a ver cómo Jordi Sancho recibía un golpe en la cara. Los colegiados interpretaron agresión, y mostraron la tarjeta roja a un incrédulo Alonso Moreno, que ya no pudo volver a la pista. Así, el Viveros Herol debía afrontar la segunda parte sin la aportación defensiva de uno de sus baluartes, por lo que la empresa se ponía algo más complicada. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario…

DE REPENTE, UN PASEO

…porque lo que ocurrió en los segundos veinte minutos fue una exhibición defensiva del conjunto segoviano, que firmó un estratosférico parcial de 9-2 en quince minutos que dejó finiquitado el encuentro mucho antes de que éste cumpliera sus segundos treinta minutos. Ya no sólo Álvaro y Toma estuvieron impecables en el central, sino que tanto Carlos como Agustín se movieron de manera impecable en los apoyos tanto a los centrales como a los extremos, dejando al filial al borde del pasivo en no pocas ocasiones, incluso atacando en superioridad. Un par de goles de campo a campo del Viveros Herol frenaron las ansias blaugranas por seguir desguarneciendo la portería para atacar con uno más.

Tan solo Joan Amigó fue capaz de lanzar con acierto sobre el marco del equipo segoviano, que en la ofensiva supo cargar el juego sobre sus extremos, aprovechando la tibieza defensiva de su rival en esa zona de la cancha. Ninguno de los dos porteros del Barça B que salieron a la cancha fueron capaces de leer los lanzamientos de Isma Juárez, ni desde el extremo ni desde los siete metros, mientras que por el otro lado Bruno también hacía de las suyas.

El 6:0 navero fue un muro ante el que se estrelló en la segunda parte el ataque blaugrana, que marcó dos goles en 15 minutos

Con nueve goles de renta, a un cuarto de hora para el final, el Barcelona B pasó a 4:2, haciendo defensas individuales sobre Carlos y Agustín. Pero no hizo más que forzar el intercambio de goles, porque a seis minutos de la conclusión el electrónico señalaba un 28-20 que cerraba el encuentro, dejando su tramo final para el lucimiento del visitante Mamadou, rápido e incisivo, y de Ernesto con un par de intervenciones de mucho mérito. El joven Jónathan marcó para deleite de la afición, y el encuentro acabó con victoria local ante un oponente con jugadores de presente incierto por su irregularidad, pero de mucho futuro.