
El CD San Cristóbal mantiene la representación segoviana en la Segunda División B, al conseguir el ascenso de categoría superando al CD La Folía en el encuentro de vuelta de la final del play off, repitiendo el mismo resultado de 4-1 que logró en su pabellón siete días antes.
El partido se pareció mucho al que ambos conjuntos disputaron en el cántabro pabellón de San Vicente de la Barquera, aunque en esta ocasión la mayoría de la grada era local, dando aliento a sus jugadores que salieron a la pista dispuestos a meter presión al conjunto segoviano, que a pesar de haberse visto en algunas batallas similares, sí acusó en parte esa presión de los primeros minutos en los que Mordi tuvo que trabajar bajo los palos salvando un primer remate a la media vuelta de Bueyes, más algún que otro lanzamiento lejano que llevaba más intención que acierto.
UNA LECCIÓN DE AGUANTE
La consigna para el San Cristóbal pasaba por aguantar en el primer tiempo los embates de un rival veterano, pero que durante la temporada se había hecho tan fuerte en su cancha que no había cedido ni un solo partido, esperando el momento de ir a por el partido tras el descanso. Y aunque la incomodidad sobre la pista se hizo patente en unos primeros minutos en los que apenas hubo remates peligrosos sobre la portería local, la solidaridad defensiva de los segovianos fue suficiente para ir desbaratando todos y cada uno de los ataques cántabros… menos el que casi en el ecuador del primer tiempo acabó con el 1-0 logrado por Toñín tras culminar una acción de estrategia tras un saque de banda.
El equipo local marcó pronto el 1-0 y durante la primera parte exigió tanto a Mordi como a la defensa segoviana
Llegaron entonces los peores minutos para el equipo de Adrián Velasco, con La Folía apretando en busca de un segundo tanto que apretara aún más una eliminatoria que seguía estando de cara para el equipo segoviano. Era el momento de que los veteranos tomaran el mando y durmieran el partido todo lo posible, y aunque la tarea no fue en absoluto sencilla porque los de casa siguieron apretando con un juego directo que siempre resulta complicado de defender, el paso de los minutos fueron minando las ansias de los locales, que a tres minutos para el final cometían su quinta falta lo que les obligaba a rebajar sus pretensiones en la presión.
El 1-0 con el que los protagonistas del partido se marcharon a los vestuarios resultaba un marcador ciertamente peligroso, pero no desesperado para un San Cristóbal consciente de que, con un poco de paciencia, encontraría su momento en la recta final del encuentro. El problema era que la paciencia debía ir acompañada de acierto defensivo, y de complicar ese trabajo se iba a encargar un equipo de casa que, con un Bueyes de lo más incisivo, apretó y apretó buscando el 2-0, pero sin conseguirlo en buena medida por el esfuerzo segoviano en la defensa, pero también por alguna que otra decisión errónea en acciones claras a su favor.
APROVECHAR EL MOMENTO
Mediado el segundo acto, las fuerzas comenzaron a flaquear en La Folía, que sumó su quinta falta acumulativa con muchos minutos todavía por delante, y al que la ansiedad por conseguir un segundo tanto que no terminaba de llegar acababa desesperando. Era el momento que el San Cristóbal había estado esperando, porque las transiciones comenzaron a ser más claras. La Folía llegaba, pero ahora también recibía, y en su sexta falta llegó la más clara ocasión segoviana hasta el momento con el doble penalti lanzado por Óscar, pero sin encontrar portería.
El empate pasó a estar bastante más cerca que el 2-0, y así en una transición segoviana Álex lograba igualar el partido, echando todo un jarro de agua fría tanto al equipo de casa como a su afición, que aun así se agarró al clavo ardiendo de la expulsión de Polonio a cinco minutos para el final del encuentro, que dejaba al San Cristóbal con uno menos durante dos minutos, o hasta que llegara un gol.
Adrián Velasco: “No ha sido nada fácil, hemos sufrido mucho hasta que hemos logrado marcar el gol del empate”
Pero el gol no llegó porque Mordi echó el candado a la portería ante la desesperación local y la alegría del banquillo visitante, que veía el ascenso acercarse a pasos agigantados. Y más aún cuando después de culminar un contragolpe, el 1-2 dejaba el partido visto para sentencia con dos minutos todavía por disputarse, los que le sirvieron al San Cristóbal para jugar a placer y marcar un tercer y un cuarto gol que rubricó su ascenso a la Segunda División B en un año mágico para el conjunto segoviano, que hace poco menos de un mes era un equipo casi desahuciado en la pelea por un play off de ascenso que parecía abonado para el Intersala Zamora, y que un mes después se ha convertido en el equipo segoviano que tiene la categoría más alta. Y estos éxitos nunca llegan fruto de la casualidad, sino del trabajo bien hecho.