
Álvaro de Frutos volvió con una sonrisa del primer Mundial de natación para sordos que se celebra en piscina corta. “El mejor campeonato de mi vida”, resume el segoviano tras la cita celebrada el mes pasado en Gliwice (Polonia), con nueve récords de España y cuatro puestos de finalista. Todo un chute de confianza de cara a los Juegos Sordolímpicos que se celebrarán en mayo del año que viene en Brasil.
Unos resultados con más mérito si cabe, pues el nadador habla de un “auténtico desastre, desde la d hasta la e” en cuanto a su preparación el curso pasado por el cierre de la piscina José Carlos Casado. Agradece al Real Sitio que le dejara entrenar una hora al día en su piscina. Compitió en el Campeonato de España de Lloret de Mar, donde logró buenos resultados –cinco campeonatos de España– pese a la “preparación tan escasa”.
Ahora vive y entrena en el Centro de Alto Rendimiento Victorio Mancho con el Club Natación Palencia, donde está preparando una oposición de conserje. “Ha sido salir de Segovia y volver a bajar las marcas”. Para él, es clave separar ambas vidas: “No es todo natación, y eso es muy importante de cara a la salud mental”. Un aspecto en el que también incide la pandemia. El uso omnipresente de la mascarilla es un hándicap para los deportistas sordos, acostumbrados a leer los labios para comunicarse. “Con la lengua de signos, bien, pero el que se comunica con los labios… imagínate”.
Recomendado por una nadadora paralímpica de Palencia, Álvaro está “encantado” en su nuevo entorno. Entrena más y “el cuerpo lo nota”. Son dos horas de lunes a jueves, con dos sesiones dobles y una hora los sábados; en total, unas 15 horas semanales. La otra cita importante de su otoño fueron los Juegos Inclusivos de la Residencia Blume en Madrid; la primera vez que competían en España atletas olímpicos y paralímpicos, compensando las habilidades de cada uno según la cercanía de sus tiempos con el récord del mundo de cada disciplina. Es el llamado sistema multi-disability “Fue una experiencia bonita”. También estuvo una semana en Sierra Nevada preparando el Mundial y acudió a otra concentración de la selección en La Nucía, junto a Benidorm.
El balance de Polonia es muy positivo. “Fue muy gratificante. Cuatro finales; cuando vengo de Europeos y hacer una o dos… Muy contento, pero en cuanto a exigencia física acabé muy agotado”. Apenas pudo descansar, pues tuvo que preparar la Copa de Clubes de Castilla y León del pasado fin de semana. El futuro son los Juegos Sordolímpicos, la guinda del pastel. “Sí que es cierto que el Mundial lo preparamos a conciencia, pero el objetivo principal son los Juegos”. Su foco está en las pruebas de 100 y 200 braza, así como el 400 estilos y los relevos que, previsiblemente, alineará la selección española.
Un nivel “muy alto” y ningún positivo
Álvaro fue uno de los cuatro representantes de la delegación española y batió el récord de España en todas las pruebas en las que participó. En los 100 metros estilos fue 19º con un tiempo de 1m06s52; en 400 estilos fue octavo con 5m05s10, 11 segundos menos que el anterior récord de España; en 50 braza, fue 17º con 32m52s; en 200 braza, octavo con 2m35s58, cuatro segundos menos que el anterior registro, y en 100 braza fue 13º con 1m10s46. Además, España fue quinta en los relevos, tanto el 4×50 libre mixto (1m57s68) como el 4×50 estilos mixto (2m08s96). En estas dos pruebas batieron dos veces el récord nacional: por la mañana en las clasificatorias y por la tarde en la final.
La competición estaba prevista para 2020 y se pospuso por la pandemia. Hubo tres grandes ausentes como Japón, Australia y Sudáfrica, pero Álvaro pone en valor un nivel “muy alto” en las competiciones . “El ambiente en un campeonato del mundo es bueno, bastante agradable, pero sí que es cierto que el protocolo anti Covid puso bastantes restricciones”. La organización hacía pruebas PCR a los nadadores en días alternos y los países estaban separados por grupos burbuja, una norma con ciertos poros, aunque no hubo ningún positivo.