Óscar Marugán no llega a coger la bola hacia la que se lanza el chileno Rodrigo Rosales./ BIDASOA

Después de un partido que vivió dos partes bien diferencias, la sensación de Diego Dorado era agridulce: “Hemos jugado unos primeros 30 minutos buenos, con la dificultad que tiene competir en la cancha de un rival que es mejor que nosotros en muchas facetas, sobre todo en la física. La primera parte fue más que aceptable y si no llega a ser por las paradas de Sierra habríamos podido estar más cerca en el marcador”.

Sin embargo, el segundo tiempo no tuvo casi nada que ver con el que disputó el equipo navero en los primeros treinta minutos, “y por eso me voy algo contrariado, porque en la segunda parte nos hemos difuminado. Entiendo que es difícil oponerse en todo momento al rodillo de Bidasoa, pero me gusta que mi equipo sea más competitivo, y en ese aspecto no nos vamos contentos”.

Y es que la realidad del encuentro puso en evidencia la capacidad del conjunto irundarra de mantener un nivel que el Nava todavía no tiene, y ese es un objetivo que persigue el técnico: “El equipo tiene que competir los 60 minutos, y en el momento en el que el Bidasoa ha abierto brecha, nos ha dejado K.O. y no hemos podido hacer nuestro juego, hemos perdido muchos balones y el rival ha podido correr. La diferencia era ya demasiado grande como para poder competir, y ahí es donde reside nuestro margen de mejora, en ser capaces de estar potentes durante todo el partido, independientemente del rival”.

Sin descanso

El equipo no tendrá jornada de descanso hoy, puesto que el miércoles jugará frente al Bada Huesca el encuentro correspondiente a la primera jornada de liga, que fue aplazado en su momento por el Comité Nacional de Competición y que tiene una gran importancia para el conjunto navero, que necesita seguir puntuando en casa para mantenerse en la zona tranquila de la clasificación.