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Un momento de la presentación del libro ‘Paso de valla’ en las instalaciones de la Casa del Deporte./ D.P.

En lo que fue una reunión de amigos más que una presentación formal (que también) el segoviano César Arcones presentó en las instalaciones de la Casa del Deporte el libro ‘Paso de valla’, en el que se recogen testimonios de 45 guardametas acerca de todo lo que rodea al mundo de los porteros de fútbol sala, desde sus inicios en el deporte a sus sensaciones cuando se sitúan debajo de los palos, o los ‘trucos’ que usaban para hacer lo que mejor sabían hacer, impedir que el balón entrara en la portería.

Guardametas de distintas generaciones junto con amantes del deporte y representantes del Ayuntamiento y la Diputación en la figura de Marian Rueda y Óscar Moral se dieron cita en la Casa del Deporte para asistir a la presentación del libro que introdujo Adri Martiño y del que César Arcones desveló que se gestó durante el confinamiento, con vídeollamadas que tenían la intención de durar alrededor de veinte minutos “y en algunos casos se prolongaron durante horas”.

No se dejó ni uno

Si un portero no está loco, es posible que no pare mucho” señaló Adri Martiño durante la presentación del libro “que no habla solo de porteros, sino de deporte”. Y es que el fútbol sala es un deporte ‘de calle’, y en opinión de Martiño “es genial que mantenga ese ‘punto’ de naturalidad, pero debemos ir incidiendo en la parte educativa, y este libro ayudará a ello”.

Un vídeo de presentación en el que viejos conocidos del fútbol sala segoviano como Cidao, Luis Amado, Nano Modrego, Miguel Rodrigo, junto a otras referencias del sala nacional en la portería como Luis Amado, Toni Lodeiro, Paco Sedano, Jesús Herrero o Dídac señalaron sus impresiones acerca del libro, antes de que César Arcones pasase a desglosar sus impresiones acerca de su obra.

Todos los arqueros que han sido referencia en el sala nacional se ven reflejados en un libro que no habla solo de guardametas

El técnico segoviano, uno de los mejores del mundo en la que a formación de los porteros se trata, contactó con un buen número de porteros, tantos que junto a la editorial se planteó “hacer dos libros porque hay muchos testimonios interesantes”, y optó por incluir en el libro a aquellos “a los que he visto jugar desde la grada, siempre desde la admiración y el respeto”.

Así, por las páginas del ‘Paso de valla’ se sinceraron guardametas como Baena, Julio Fernández, Toño, Juanjo, o Alfonso de los Santos, portero que lo fue del Caja Segovia que jugó en la cancha de los Maristas que se desplazó hasta Segovia para participar en la presentación “porque Segovia para mí siempre significará mucho”, y dejó claro que “un portero nunca se retira”

El mundo de la portería tiene muchas historias que contar “y surgen ahora proyectos como el de porteros extranjeros, las guardametas en el fútbol sala femenino, o los porteros segovianos a lo largo de la historia”, afirmó César, que de momento tiene su ‘Paso de valla’ a la venta como la referencia para los amantes del fútbol sala.

Alfonso de los Santos: “Mi cancha preferida siempre será la de Maristas”

Alfonso de los Santos, uno de los mejores porteros de la historia del Caja Segovia, estuvo presente en la presentación del ‘Paso de valla’ de César Arcones, y habló con mucho cariño de Segovia, “porque ha sido un referente en mi vida, pasé muchos años aquí y dejé muy buenos amigos”.

Además de jugar en el Caja, el guardameta también militó en equipos de referencia en el sala nacional como Alfonso jugó en conjuntos como Interviú, Talavera, Playas y Torrejón, pero si se tiene que quedar con una cancha mítica, lo hace con la de Maristas, “por todo lo que conllevaba. El público, lo pequeño que era, lo que significaba para los rivales que sabían que venían aquí a pasarlo mal, mientras que nosotros sabíamos que lo íbamos a pasar bien porque veníamos a ganar partidos y a disfrutar… se generaba un ambiente muy especial”.

Alfonso fue un precursor en una forma de parar distinta a la de porteros más espectaculares, “ya que no tardé en darme cuenta de que si hacía muchas ‘palomitas’ me acababa haciendo más daño al caer, y además perdía la posición en la portería, así que intentaba hacer el menor esfuerzo posible parando todo lo posible”. Además puso de manifiesto que en su época de jugador “éramos autodidactas, porque los entrenamientos para los porteros eran casi nulos, y nosotros teníamos que parar los balones por lo legal o por lo penal, así que íbamos aprendiendo a base de experiencias. Afortunadamente aparecieron entrenadores como César que fueron marcando un camino y una forma de hacer las cosas”.