juan de la mata
Juan de la Mata posa en la tarde de ayer en el Jardín Botánico. / NEREA LLORENTE

Juan de la Mata (22 de abril de 1998) terminó el sábado la temporada con el Mirandés B, que se quedó a las puertas del ascenso a Segunda Federación. Tras eliminar a Arandina y Astorga en el ‘play off’, cayó ante el Burgos Promesas en la prórroga. El centrocampista, que dejó hace dos años la Segoviana para conocer el fútbol profesional, aunque fuese a través de un filial, quiere jugar en una categoría superior y asegura su intención de regresar al club azulgrana en algún momento. El tiempo dirá si los dos factores pueden congeniar.

— ¿Cómo definiría su experiencia en Miranda?

— Muy buena. Parecía que no íbamos a llegar a mucho; al final hemos conseguido hacer una buena temporada y casi ascendemos. No pudo ser, pero muy contentos.

— ¿Cómo se vive el ‘play off’?

— Como una final. En el antiguo formato jugabas allí, volvías a casa y jugabas con el factor cancha. Nos ha tocado jugar todo de visitantes y es más complicado, pero se vive muy bien. Tienes la sensación de jugar partidos importantes, es una experiencia bonita.

— ¿Qué queda y qué ha cambiado del jugador que dejó la Segoviana hace dos años?

— Siempre va a querer la bola, creo que ha mejorado bastante en ese aspecto por entrenar con el primer equipo. El cambio de Tercera a Segunda se nota mucho. También en la veteranía; el primer año con la Segoviana jugué el ‘play off’, pero iba mucho más nervioso. Este año era uno de los más mayores y me he sentido un peso pesado.

— ¿Qué es lo que más le ha impactado del primer equipo?

— Lo profesionales que son. Es todo muy diferente, tienen de todo: recursos casi ilimitados. Es algo increíble, un sueño hecho realidad. Estoy muy agradecido al Mirandés.

— ¿Cómo lleva ser veterano con 23 años?

— Al final teníamos gente de 18 años que acababa de pasar de juveniles. Se lleva bien, casi mejor que cuando eres el novato porque nunca te metes en el rondo. Éramos un grupo de chavales y nos llevábamos todos muy bien. Al rondo yo nunca me he puesto este año; en la Sego me metía todos los días (ríe).

— ¿Qué ha cambiado la experiencia a nivel personal?

— Si fuera joven otra vez y tuviera la posibilidad de irme, me iría siempre. Además del fútbol, vives experiencias increíbles. Aprendes a vivir solo y conoces a muchísima gente, que es con lo que te tienes que quedar. Unos ven el fútbol como un trabajo, otros como una afición… Yo he hecho miles de amigos y es con lo que me quedo.

— ¿Usted cómo ve el fútbol?

— Sé que es muy difícil vivir del fútbol y ahora mismo lo veo más como afición, pero al final intentar trabajar para conseguirlo y poder vivir de ello mucho más tiempo.

— Viéndolo con perspectiva, ¿por qué dejó la Segoviana?

— La Sego ha sido toda la vida un equipo de Tercera top, pero nunca ha invertido dinero para mantenerse en Segunda B o llegar a más. Al final, aquí no hay ni mucho dinero ni muchos recursos, pero siempre estaré agradecido al club y ojalá pueda volver algún día.

— ¿Se fue para aprender?

— Era un filial de un equipo que estaba en Segunda División. Si tienes la suerte de gustar y hacer un buen año… Que en el Numancia no lo tuve, aunque jugué bastante. Se presentó la opción con el Mirandés y quería probar el fútbol profesional. A lo mejor no tengo más oportunidades de hacerlo, no me arrepiento.

— ¿Está contento con lo que ha aprendido?

— Claro que sí. Al final la gente se piensa que cuando sales de aquí el fútbol es dar cuatro patadas a un balón. Y para ser profesional te tienes que cuidar, el ritmo en Segunda sube mucho… Y a esas velocidades no puede jugar cualquiera, te cansas mucho más que en un partido de Tercera. Lo que he aprendido es que si quieres llegar ahí, te tienes que cuidar mucho más.

— ¿Mantiene relación con la Segoviana?

— Sí. Míster, compañeros, presi… Es una gran familia. Manu siempre suelta la pullita de que me tenía que haber quedado en la Sego este año. Pero estoy contento porque hayan subido ellos.

— ¿Cuál es su siguiente paso?

— Espero subir de categoría, creo que he hecho un muy buen año, bastante mejor que en el Numancia. Espero tener alguna oportunidad en categorías superiores.

— ¿Espera que la Segoviana llame a su puerta?

— No sé si lo espero, pero sería una buena plaza, la verdad.

— ¿Se ve de vuelta?

— Siempre he dicho que ojalá pudiera volver. No sé cuándo; si al acabar mi carrera o antes, si me quieren o si las circunstancias lo permiten. Pero sí que sería una buena plaza: está en Segunda B y va a luchar bien en esa categoría.

— ¿Qué otras opciones contempla para el próximo curso?

— Ahora mismo no tengo ni idea. Acaba de terminar la temporada y quiero estar tranquilo. A ver si la próxima semana empezamos a hablar. Al final entrenamos muchos días a la semana y descansar un poco del fútbol también te viene bien, sobre todo para cogerlo luego con más ganas.

— ¿Cómo ha vivido la pandemia en la distancia?

— Bien, tranquilo. Al final nosotros nos hacíamos PCR todas las semanas porque entrenábamos con el primer equipo. Uno de mi equipo cogió el Covid y tuvimos que estar diez días ahí, pero lo pasamos. Lógicamente todo habría sido mejor sin esto, pero es algo que diría todo el mundo. Aquí en Segovia tenía una situación familiar jodida, pero mi madre y mi padre siempre han querido que luchara por esto.

— ¿Qué es lo que más echa de menos de Segovia?

— Los amigos, la familia y la vida aquí. El cocido de mi madre o mi bar; al final yo bajaba todas las mañanas a desayunar con mi hermano, mi tío o mi padre cuando estaba. He crecido aquí. La afición de la Segoviana también la echas de menos, al final he estado dos años con filiales, sin afición. Echo de menos todo de Segovia, siempre estoy contento de venir aquí.

— ¿Qué es lo primero que va a hacer para desconectar?

— Ahora mismo, estar con los amigos y la novia. Poco más. Disfrutar de la tranquilidad, intentar no perder la forma y, sobre todo, estar en el pueblo.

— ¿Cómo ve el comportamiento de su generación respecto a la pandemia?

— Los jóvenes se tienen que equivocar; yo soy joven y me equivocaré igual. Es una situación muy jodida y pediría responsabilidad a todo el mundo. A veces no se puede, nadie contagia queriendo. Pero cuanto antes lo mejoremos, antes acabará.

— ¿La siguiente temporada será normal?

— Seguirá habiendo restricciones. Ojalá sean menores y ya pueda entrar afición sin límite de aforo.