El Viveros Herol Nava ya tiene a lo que agarrarse para conseguir la permanencia. Con Patotski a un gran nivel, más Darío Ajo extraordinario en el pivote, el equipo segoviano sumó buenas noticias, y dos puntos más después de superar al Recoletas Atlético Valladolid que estuvo a remolque durante 59 de los 60 minutos de partido.

Jugó el conjunto segoviano una de las mejores primeras partes de la era Zupo. Con un juego razonablemente fluido en la ofensiva, confiando en las penetraciones de Rodrigo Pérez para fijar la defensa pucelana, y teniendo como referencia a Darío Ajo en los seis metros, los naveros lideraron en todo momento el marcador.

Además, la defensa fijó muy bien el marcaje sobre el extremo Jorge Serrano, máximo goleador de la Asobal, aunque ello costara dejar algún hueco en los seis metros que aprovechaba Ugarte para marcar. Pero la sensación sobre la cancha era de dominio visitante sobre un equipo local que veía cómo Nico López acumulaba su segunda exclusión apenas superado el minuto 11 de partido.

El cambio de portero y de sistema defensivo en el Atlético Valladolid vino a complicarle las cosas al Viveros Herol, que encajó un parcial de 3-0 pese a las intervenciones de Dzmitry Patotski. Pero entre el guardameta bielorruso, que puso mucho de su parte para que el equipo de casa fallara hasta tres lanzamientos desde los siete metros, más Adrián Rosales que aportó muy buenos minutos en ataque, el Nava logró llegar al descanso con ventaja en el electrónico, pese a fallar un último ataque que le hubiera puesto tres goles por encima de su rival, y terminar encajando el 14-15 en el último segundo del primer período.

Ejercicio de personalidad

Era de esperar que el Atlético Valladolid, con la moral de haber reducido las distancias a la mínima expresión y con su oponente jugando en inferioridad, iba a aprovechar su momento, Y lo hizo el equipo de David Pisonero, que llegó a situarse por delante con un 17-16 que no auguraba nada bueno para las huestes visitantes.

Sin embargo, en ese momento el Viveros Herol mostró mucha personalidad, tanta como bisoñez mostró su oponente cometiendo dos faltas consecutivas en ataque que fueron bien aprovechadas por los naveros para endosar un parcial de 0-4 que obligó al David Pisonero a parar el partido.

A partir de ese momento, al Recoletas le tocó remar frente a una defensa segoviana que concedía, pero menos que en otros partidos, y tenía a Patotski como un gigante bajo los palos. El portero del Balonmano Nava fue sumando intervenciones importantes en momentos clave del choque, dando la oportunidad a sus compañeros de atacar para llevar los cinco goles de ventaja al electrónico.

Después de un gran trabajo durante tres cuartas partes del partido, al equipo navero le entraron los nervios en el tramo final pese a que su rival jugó en inferioridad

Sin embargo, en el último cuarto del encuentro los de Zupo Equisoain comenzaron a notar el cansancio. Adrián Rosales no fue tan efectivo en el lanzamiento, Carlos Villagrán tampoco en las continuidades de las jugadas, Carlos Calle ayudó al equipo pucelano en la portería y la defensa 4:2 del Atlético Valladolid amenazaba con reducir rápidamente la diferencia si no se estaba atento a las acciones ofensivas.

Tanto fue así que Zupo Equisoain tuvo que pedir dos tiempos muertos en el tramo final del encuentro, con el Viveros Herol venciendo por tres goles de renta y el conjunto local jugando con uno menos, porque los naveros estaban bloqueados en la ofensiva, aunque Patotski seguía haciéndose grande en el marco segoviano.

Al final, el tanto de Paco Bernabéu desde el extremo cerraba la victoria segoviana, cimentada en un buen trabajo colectivo, más dos jugadores que se elevaron por encima del resto, Patotski en la portería, y Darío Ajo en los seis metros. El que las para, y el que las mete, hablando en plata.