Al igual que toda la familia del Nava, el presidente del club Julián Mateo no deja de trabajar buscando el modo de mejorar la economía de un club al que un año y medio de pandemia ha dejado muy tocado… pero no hundido.

– ¿Este es el año de la consolidación del proyecto?

– Espero que sí. Cuando afrontamos la renovación de Zupo por tres años como él también me proponía, era para estabilizar al club en la Asobal. Prácticamente todo el equipo le ha hecho él, salvo Gonzalo Carró, que aceptó venir al equipo incluso descendiendo a Plata. Tenemos que consolidar no solo el equipo de Plata, sino también el de Primera Nacional, que para nosotros es fundamental por lo que representa de formación.

Estoy deseando que el proyecto se consolide. Llevamos dos años tan duros por la pandemia que no se puede imaginar el sufrimiento global del club e individual de la directiva a la hora de gestionarlo todo.

– Es de suponer que hay déficit.

– Las cuentas finales arrojaban el año pasado un déficit de 137.000 euros. El club tenía un remanente, porque cuando subimos a Asobal buscamos la manera de protegernos de los imprevistos que podían surgir por nuestra falta de experiencia. Ese remanente ya no existe, pero lo hemos pagado todo. Ahora necesitamos equilibrar las cuentas, y para eso necesitamos que entre la gente en el pabellón, vender entradas y firmar un convenio con la Junta como tienen firmado todos los clubes de Asobal con sus instituciones autonómicas. Dos años llevamos detrás de ello.

Hablé con jugadores españoles, pero al no tener la seguridad de estar en Asobal hasta el último día muchos de ellos buscaron otros caminos, como es normal

– ¿Llegar tarde al mercado ha influido para que el equipo tenga ahora muchos jugadores extranjeros?

– Yo hablé con jugadores españoles, pero al no tener la seguridad de estar en Asobal hasta el último día muchos de ellos buscaron otros caminos, como es normal. Así que cuando fuimos al mercado ya quedaban jugadores de cuarto o quinto nivel, y jóvenes que directamente se marchaban a jugar fuera de España, aunque sea a la Segunda División francesa o de otros países. Así que tenemos que mirar en países emergente, donde económicamente podemos llegar. Además, Zupo tiene muchísimos contactos y siempre se informa para tomar una decisión.

– ¿El equipo no corre el peligro de desnaturalizarse?

– No, porque tienen que llegar los que están detrás. Por supuesto que me gustaría que hubiese ahora seis o siete jugadores de Nava, pero ahora mismo no los tenemos. Comenté en la pasada asamblea del club que si no conseguimos asentar económicamente tanto al equipo de Asobal como al de Primera nos tendríamos que plantear seriamente cuál es nuestra categoría. Si para consolidarnos deportivamente debemos tener doce jugadores de fuera, reciclemos, pensemos, y si tenemos que bajar una categoría para que jueguen más chicos de Nava, hagámoslo.

– ¿La cantera da, pero no para tanto?

– Ha habido una serie de años en los que no nos ha llegado nadie al primer equipo. Si ves ahora el conjunto de Primera, son todo chicos de 17 a 22 años, quitando los dos veteranos que hemos traído, más Alberto que aporta la experiencia. Pero es que incluso para el equipo de Primera hemos tenido que buscar a gente de fuera para poder consolidar la categoría.

Nosotros íbamos muy bien, pero la pandemia nos lo ha parado todo, y volver a arrancar es muy complejo. Esto no solo le está pasando a Nava, sino que está sucediendo con todos los clubes, y no hay que irse muy lejos, que tanto Valladolid como Ademar están en nuestra misma situación. La realidad es que actualmente la mayoría de los clubes de Asobal no tenemos cantera suficiente para poder competir.

– Y eso encarece todo.

– Por supuesto. Además, con todos los condicionantes de la pandemia. Hay que tener presente que cualquier jugador que venga, más pronto o más tarde se va a marchar.

– ¿Se ha planteado que Nava sea un club vendedor?

– Evidentemente. Eso en un futuro no muy lejano creo que sucederá, porque nuestra apuesta con los chicos que hemos traído es de presente, pero también de futuro. Y si esos chicos despuntan, vendrán a por ellos y no podremos retenerlos. Para eso están las cláusulas de rescisión. Yo siempre he dicho que este es un club de paso. Es lo que hay.

Ya vimos el pasado sábado que con 600 personas no hubo un solo problema de aglomeración ni para entrar ni para salir

– ¿Cuándo llegará el cien por cien de aforo?

– En el pabellón podemos meter 850 personas sentadas. Espero que antes de un mes podamos tener ese cien por cien de aforo, porque nosotros no somos un evento multitudinario que congregue a 3.000 personas, sino que como mucho podemos meter 850. Ya vimos el pasado sábado que con 600 personas no hubo un solo problema de aglomeración ni para entrar ni para salir. Además, los socios tienen la posibilidad de elegir asiento, así que tendremos menos problemas, porque el socio llega y se sienta directamente a su sitio sin esperar colas. Intentamos evolucionar.

– ¿El club podría soportar otro año de pandemia?

– Será muy difícil si no nos ayudan los estamentos. El año de antes de la pandemia teníamos 1.150 socios. Si ahora podemos meter 850 en los partidos, ¿qué hacemos con el resto, los dejamos en la calle? Vendíamos entradas porque los socios liberaban sus asientos, y todos los partidos sacábamos del orden de 2.500 o 3.000 euros, más dos días del club en los que la recaudación subía a 15.000 euros. En total suman alrededor de 50.000 euros que el año pasado ya no recaudamos.

– (…)

– Pero además no aparecieron los 300 socios a mayores, con lo que tampoco tuvimos ese ingreso, y además aparecen todos los gastos sanitarios, los de viajes que ahora son más caros, y los de televisión para que todo el mundo viera los partidos. Menos ingresos y más gastos descuadran cualquier presupuesto.

«El presidente de la Española nunca ha venido a Nava»

– ¿Los clubes de la Asobal están unidos ahora?

Ahora mismo somos un grupo homogéneo, cada uno con nuestras ideas, pero sabiendo que unidos es como podemos defender nuestros derechos. Alrededor de los clubes de la Asobal vive mucha gente que percibe dinero de todo esto. Si no fuera por los clubes, esto no existiría. Pero ¿quién ayuda a los clubes? Nadie. Todo son trabas, y esto ya lo hemos entendido. Además, cuando la Federación Española quiere colocar a uno de los suyos en la presidencia de la Asobal, cuando contrata como abogado para negociar su convenio con nosotros al que fue durante 25 años secretario de la Asobal y despedimos porque no nos estaba haciendo ningún favor, te das cuenta de dónde está la ética.

– De nuevo con la Federación enfrente.

– A Francisco Blázquez (presidente de la Española) solo le gusta figurar, los Hispanos, las Hispanas y hacerse la fotografía, y donde pueda trincar dinero. ¿Alguna vez ha venido a Nava a ver un partido nuestro, que llevamos tres años en Asobal y cinco en Plata? Nunca se ha acercado por Nava de la Asunción, algo que sí ha hecho el seleccionador nacional. Dice que soy enemigo suyo, pero yo no soy enemigo de nadie. El Club Balonmano Nava es amigo del balonmano, y si el señor presidente defiende el balonmano, tiene que pasar por todos los clubes y escuchar todas las cosas aunque no le gusten, que para algo él vive de esto, y no nosotros que sí queremos a este deporte.