El martes 6 de agosto de 2024 es ya una fecha escrita con letras de oro en la historia del deporte de Segovia. Sobre el corazón de un Stade de France hasta la bandera pese a ser el primer turno de la jornada, Águeda Marqués hizo su sueño de niña realidad, estampó su nombre en los Juegos de París y, de paso, agrandó la lista de deportistas segovianos en toda una cita olímpica. Y todo ello a lo grande. Porque si alguna vez hay que cumplir sueños que sea siempre como lo hizo Águeda Marqués.
En su debut olímpico en la primera ronda de los 1.500 metros, un inicio gris la obligó a correr por las calles de fuera, pero el contratiempo no fue suficiente para tumbar el hambre de Águeda. Y es que, mientras la japonesa Nozomi Tanaka metió una marcha más con un ritmo frenético prácticamente desde que el sonido de la campana hizo acto de presencia, la segoviana se fue despojando poco a poco de los nervios, comenzó a crecer en carrera y se aferró al grupo principal como quien es consciente y sabedora de cuánto había costado llegar hasta ahí.
Así, desde la valentía, de menos a más y, zancada a zancada, Águeda Marqués voló sobre la capital francesa para cruzar la línea de meta en un tiempo de 4:01.60. Un registro que no la sirvió para sellar su pase a semifinales, pues se clasificaban las seis primeras, pero que sí fue sinónimo de mejor marca personal. Casi nada.
“Es que corren mucho. En Tokio con 4:00:00 estabas cerca del diploma y ahora corres eso en unas series y vas a repesca. Hay un nivel increíble ahora. Ahora a seguir entrenando y trabajando y así saldrán las cosas”, confesó entre risas al finalizar la prueba una segoviana con sed de revancha. Porque Águeda Marqués no ha dicho su última palabra y, en el día de mañana, tendrá ocasión de redimirse con la repesca en búsqueda de las ansiadas semifinales. Con el orgullo intacto y la ilusión infinita, Águeda sigue persiguiendo su sueño en París.