Hace mes y medio, una Águeda Marqués arrasada en lágrimas se lamentaba de las ocho centésimas que le separaban del billete olímpico tras detener el crono en un tiempo de 4:04.58 en el Mitin de Vallehermoso, cuando la ‘marca de excelencia’ que pedía la Federación Española de Atletismo era de 4:04.50. Nueve días después, un plan suicida en el Campeonato de España de 1.500 le llevó a conseguir un ‘marcón’ de 4:03.90 que le llevó a conseguir una plaza en el equipo nacional para correr el 1.500.
Desde ese momento, y hasta su marcha a París el pasado sábado, la vida de la atleta segoviana ha estado enfocada en preparar de la mejor manera su experiencia en los Juegos. Entrenando en las pistas de atletismo junto con Adrián Ben, ayudada por su padre y las sesiones en bicicleta para aguantar los ritmos infernales de las carreras frente a las mejores del mundo, Águeda llegó a París sin más presión que la que la propia competición le imponía.
Y, de manera lógica porque “aquí se corre mucho” como decía la segoviana al final de la primera carrera no entró de manera directa en las semifinales y tuvo que correr una repesca en la que ni mucho menos partía como una de las candidatas a entrar entre las tres mejores. Pero se clasificó con una cierta solvencia para la penúltima ronda del 1.500, porque “al final no siempre pasan a semifinales las que tienen los mejores tiempos, no siempre gana la favorita, y no hay que ponerse límites”, afirmaba días atrás.
DE MENOS A MUCHO MÁS
A las siete y media de la tarde del 8 de agosto, Águeda Marqués se situaba en la línea de salida de la semifinal del 1.500, empezando por la calle 8, y con rivales de postín a su lado. Estaba la francesa Elle St. Pierre, una de las candidatas a medalla, la británica Laura Muir, plata en Tokio, Brike Haylom, la etíope capaz de correr en 3:53, o la keniata Faith Kipyegon, poseedora del récord del mundo y medalla de oro en los Juegos de Tokio. Más Esther Guerrero, más Georgia Griffith, más la keniata Nelly Chepchirchir…
La carrera comenzó lenta, muy lenta. De pasar el primer 400 en 1:06, con Águeda instalada en la parte de atrás, sin querer meterse en problemas pero aprovechando las bondades de la calle 1. Por delante, Griffith mandaba pero sin querer, con toda la pléyade de favoritas esperando a los últimos 500 metros.
La británica Laura Muir no quiso esperar mucho más, y solamente el hecho de pasar a la cabeza de carrera puso en jaque a todas sus rivales, que comenzaron a ponerse prácticamente en fila de a uno. Tanto fue así que, con el tañido de la campana, Águeda cerraba el grupo de corredoras y parecía condenada a quedarse en semifinales, con Esther Guerrero un puesto por delante de ella.
Águeda Marqués: “Entrar en la final no era un objetivo como tal. No sabía el puesto en el que había entrado hasta que lo he visto en el marcador. Me voy a llevar un muy buen recuerdo de París, no se me va a olvidar en la vida”
Hasta que llegaron las explosiones, y prácticamente lo hicieron en cadena. El peso de las semifinales y los cambios de ritmo de las keniatas fueron haciendo mella en la atletas, y poco a poco Esther y Águeda fueron ‘recogiendo cadáveres’ como se dice en atletismo, para llegar al último 100 en disposición de hacer algo que 300 metros antes parecía imposible.
Mientras Kipyegon dominaba sin piedad, por detrás Águeda se emparejaba con Esther Guerrero para superar a Nelly Chepchirchir, a Georgia Griffith, a Maia Ramsden… y jugarse la sexta plaza en unos últimos diez metros en los que la segoviana logró las cuatro centésimas que le fueron suficientes para clasificarse para la final del 1.500, algo de lo que se enteró cuando miró al marcador desde el suelo “porque no sabía el puesto en el que había llegado”.
HACIENDO HISTORIA
El carrerón de la segoviana, que de nuevo hizo una marca de 4:01, le sirvió para ser la única mujer clasificada para una final desde la repesca, para ser la única española en la prueba, ya que tanto Esther Guerrero como Marta Pérez (pese a hacer récord de España en la segunda semifinal) no consiguieron el pase, y para formar parte del selecto grupo de atletas femeninas nacionales en entrar en una final olímpica (que se disputará a las ocho y cuarto de la tarde del sábado) junto con Maite Zúñiga, Natalia Rodríguez, Iris Fuentes-Pila y Marta Pérez.
“Creo que me voy a llevar muy buen recuerdo de París. No se me va a olvidar en la vida”, decía la segoviana a Televisión Española minutos después de acabar la carrera. Y pensar que si no hubiese ejecutado la ‘táctica suicida’ en el Campeonato de España se habría perdido los Juegos Olímpicos por ocho centésimas…