El fútbol es uno de los pocos espectáculos en el que el espectador imparcial, y los seguidores de uno y otro equipo también, paga sin saber si lo que va a ver va a dejar satisfechas sus expectativas, o bien se marchará a casa con la sensación de haberse gastado un dinero en un precioso ‘truño’ (con perdón). Afortunadamente, en el campo de La Albuera desde hace algunas temporadas se suele ver mucho más de lo primero que de lo segundo, y el empate a dos goles que registró el marcador final del partido que midió a la Gimnástica Segoviana con la Ponferradina puso en evidencia que, de vez en cuando, el fútbol es un deporte para corazones fuertes.
Los primeros minutos cumplieron a rajatabla los previsto tanto por Ramsés Gil en el lado azulgrana como por Javier Rey en el berciano. La Segoviana salió a morder, con Davo enseñando el colmillo desde la jugada inicial, y la Ponferradina quiso contemporizar a la espera de ir creciendo en el partido, cosa que consiguió percutiendo una y otra vez con Álex Mula y Álvaro sobre la banda derecha de la defensa gimnástica.
La Segoviana corría sus riesgos en la presión, pero no estuvo nada lejos de lograr el premio cuando Davo se adelantó al despeje del portero Prieto, pero a puerta vacía, y en posición centrada pero algo desequilibrada, lanzó fuera cuando ya se cantaba el gol.
LA BANDA DERECHA, EXIGIDA
Fue mediado el primer período cuando la Ponferradina dio el paso adelante que se le esperaba. Esquerdo y Markel pusieron la calidad en el centro del campo, abriendo hacia la banda izquierda de su ataque para que una y otra vez Álex Mulas pusiera a prueba tanto el uno para uno defensivo de Hugo Marcos, como las ayudas de Javi Borrego. Y no siempre salieron vencedores los jugadores azulgranas, por lo que Abel Pascual y Sergi Molina tuvieron que multiplicarse en tareas defensivas, y Carmona (bastante mejor con las manos que con los pies) tuviera trabajo extra rechazando los lanzamientos de Ernesto y Cortés, alguno de ellos muy peligroso.
Ramsés: “Me gusta empatar cuando el partido se pone cuesta arriba, pero me gusta más ganar, y este partido lo hemos podido ganar”
La Segoviana rechazaba el vértigo del ida y vuelta, y prefería templar algo más sus ataques, consciente de que la velocidad de su oponente le podía hacer mucho daño a la contra. Faltó poco para que Álex Mulas lo consiguiera en un contragolpe, y de hecho lo logró poco más tarde, pero un oportuni banderín alzado señalando el fuera de juego salvó a los de casa, que tuvieron la suya con un fuera/dentro de Javi Borrego que Prieto envió a córner en buena intervención.
El partido llegó al descanso con las espadas en todo lo alto, quizá con más juego del lado visitante que del local, pero con ocasiones en las dos áreas. En la pausa, Ramsés apostó por dejar en el banquillo a Javi Borrego dando entrada a Berlanga buscando algo más de profundidad por el costado, pero antes de que pudiera constatar si su cambio era o no acertado llegó el 1-0.
DEL 1-0 AL 1-2… Y A LA LOCURA
La Segoviana trabaja muy bien el balón parado, y el 1-0 llegó de una acción de falta en la que el equipo azulgrana cargó mucho el área. Tanto que el despeje de un defensor visitante se le quedó en las piernas a Hugo Díaz, que viéndose de espaldas al marco cedió a Davo. La idea del gallego fue buenísima, a tenor del gran gol que marcó su compañero ajustado su lanzamiento al palo.
Pero hacer lo más difícil como es marcar un gol no es sinónimo de casi nada si no consigues acertar en la defensa de tu portería. Y bastó con que la Ponferradina volviera a explotar su ‘filón’ particular con Álex Mula en el extremo izquierdo para que el conjunto visitante pusiera mala cara en los 2.000 aficionados locales cuando una pared en la zona derecha de la portería local no fue bien defendida, y aunque el balón se fue largo Carmona apostó por quedarse bajo el larguero. Álex Mula llegó a la línea de fondo, y su centro al corazón del área pequeña encontró la pierna de Ernesto. 1-1.
Como era de esperar, el gol espoleó a la Segoviana, que con un remate de Berlanga y un cabezazo de Hugo Díaz quiso volver a sumar méritos para ganar el duelo. Pero ese lado derecho de la zaga gimnástica continuó siendo todo un quebradero de cabeza para Carmona, que se lució en una internada de Álex Mula al que no le salió nadie a tapar, y poco más tarde se encontró con un zurdazo inapelable desde fuera del área de Álvaro que se convirtió en el 1-2.
Javi Rey: “Cuando te empatan en el descuento siempre te deja un sabor amargo. Hicimos un gran partido en un campo muy difícil”
Quedaba media segunda parte para intentar empatar el partido, y Ramsés no tardó en darle una vuelta al equipo, pasando a defensa de tres metiendo en el campo a Manu y a Fernán, que elevaron el nivel de la Segoviana tanto como bajó el de la Ponferradina cuando comenzó su carrusel de cambios. El equipo berciano ya no volvió a llegar a la portería local, y poco a poco se vio impelido a defender su marco con casi todos sus efectivos porque la Segoviana, ya con Astray y Palmero en el campo, no dejaba de meter balones en el área.
La tuvo Davo, la tuvo Abel Pascual, la tuvo Fernán… pero sus remates no encontraron los tres palos hasta que, ya en la prolongación, Astray botó una falta y puso un balón espectacular a esa zona de conflicto en la que el defensa piensa que el balón es del portero, y el guardameta opina lo contrario. Ahí saltó Sergi Molina, que cabeceó el 2-2 y puso la justicia a un partido de muchas alternativas, de aciertos y de errores (y de una colegiada que estuvo más que bien, todo hay que decirlo), y que dejó la sensación de que, esta vez, el pago de la entrada mereció la pena. Lo mejor para el aficionado es que quedan 17 partidos en La Albuera que prometen ser como el de ayer.