Abidal sale al rescate

El Barcelona sufre para pasar a cuartos ante un gran Athletic que nunca tiró la toalla

El Barcelona se clasificó ayer para cuartos de final de la Copa del Rey, pero lo hizo con el miedo metido en el cuerpo por las dificultades a las que le sometió el Athletic, que sacó fuerzas de flaqueza cuando no parecía tenerlas, empató por medio de Llorente después de que se adelantase Abidal, y llegó a soñar con un milagro de última hora.

Seguro que Pep Guardiola dio más de un respiro de alivio por verse aún en una competición que ahora los cruces le dejan mejor que a otros rivales. Pero también salió satisfecho de la respuesta en lo anímico de sus jugadores en ‘La Catedral’, ayer más rojiblanca que nunca.

Fue, sin duda, su afición una de las mayores fortalezas del conjunto vasco, que de nuevo volvió a contener al ataque blaugrana hasta dejarlo en apenas tres grandes oportunidades, la de gol y dos más de David Villa, en las que Iraizoz le ganó la partida.

Parecidas hizo el cuadro vasco, el gol de Llorente, a pase de Iraola en jugada de Muniain, una temprana de Susaeta, que disparó mal y muchas llegadas más al inicio y al del segundo cuarto.

El de Santpedor dejó de inicio a Puyol e Iniesta en el banquillo y colocó a Adriano y Keita su flanco izquierdo, mientras que el Joaquín Caparrós, sin poder contar definitivamente con San José, recuperó el 4-4-2 que había descartado en el Camp Nou.

El Barça recordó con un rondo de un minuto tras el saque inicial sus intenciones, por otra parte, las de todos los días. Aunque el Athletic se lo puso igual de difícil que en la ida, especialmente por el centro de su defensa, donde Ocio y Ustaritz hicieron olvidar a los ausentes San José y Amorebieta.

No hubo demasiadas llegadas peligrosas sobre ambas porterías en la primera mitad, marcada por la tensión del resultado.

En el minuto ocho, Villa remató sobre Iraizoz un balón claro al borde del área pequeña que le había puesto Alves desde la banda derecha. Al instante, respondió el Athletic en el 14, en una colada por la izquierda de Gabilondo que Susaeta, solo, enganchó de mala manera.

Fueron las dos mejores ocasiones de la primera parte, una por bando, si bien Xavi también dispuso de un disparo en la frontal que se le marchó alto, y Gurpegui a punto estuvo de dar un disgusto a Pinto con un cabezazo escorado a la derecha con el que el Athletic evitó la sorprendente forma de defender la estrategia visitante con una línea alejada de la portería.

Salió mejor en la segunda mitad el Athletic, que logró acogotar al Barcelona en su medio campo y, lo que fue más preocupante para el conjunto azulgrana, encadenar tres córners seguidos. El partido no iba por donde querían los visitantes y Guardiola dio un golpe sobre la mesa: Iniesta al campo. Y el partido se escoró hacia el otro lado, donde el Barça le devolvió el agobio al conjunto de Caparrós de la misma manera, con tres saques de esquina seguidos.

Cuando parecía que repetir el 0-0 de la ida era más una posibilidad, el Barcelona encontró un resquicio en el muro rojiblanco, impecable hasta el momento. Fue Xabi el que buscó a Messi dentro del área, ‘la Pulga’ atrajo hacia sí a todos los defensas que tenía alrededor y espero la llegada de alguien por el costado izquierdo. Por ahí apareció Abidal para rematar un balón cruzado que se coló por la posición del portero.

Pero la Copa para el Athletic de Bilbao es mucho. La final de Valencia es un recuerdo que tiene muy cercano y no estaba dispuesto a dejarla ir de cualquier manera. Por eso tocó a rebato, encontró el empate de Llorente y puso un nudo en la garganta al rival en lo que quedó de choque.