
Con motivo de la conmemoración hoy 25 de noviembre del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, los sindicados UGT y CCOO han suscrito un manifiesto conjunto con el lema ‘Ni un paso atrás’. La secretaria de Políticas Sociales e Igualdad de UGT en Castilla y León, Victoria Zumalacárregui, destaca que las últimas cifras son “escandalosas”. Desde 2003, cuando empezaron a registrarse las víctimas por violencia machista, la provincia de Segovia contabiliza tres asesinatos y un menor huérfano (en el año 2020).
En los últimos años se ha producido un incremento constante de denuncias por agresiones, pasando de 352 en 2018 a 421 en 2019, 518 en 2020, 538 en 221 y 269 en el primer semestre de este año. Ese aumento también se ha producido en las mujeres atendidas a través del 016 —un servicio gratuito disponible las 24 horas del día que ofrece información general, legal y atención psicosocial inmediata para las víctimas de violencia de género tanto por teléfono como por WhatsApp y correo electrónico—, que han pasado de 200 en todo 2019 a 230 este año hasta la primera semana de noviembre.
— ¿Está aumentando este tipo de violencia o es que cada vez hay menos miedo a denunciar?
— La triste realidad es que la violencia de género va en aumento. Es difícil conocer la correlación. Puede ser cierto que haya mayor sensibilización hacia las víctimas, con o cual se va perdiendo, aunque sea lentamente, el miedo a denunciar, a hacerlo público, por lo menos en la violencia directa contra las mujeres en su ámbito personal pero en cuanto al acoso laboral, ahí sigue siendo muy difícil, y encima no tenemos un registro, pero sabemos que son muchas menos denuncias de los casos que se producen en realidad.
— ¿El lema ‘Ni un paso atrás’ es una llamada de atención a la situación política?
— En Castilla y León es un lema que encaja muy bien porque es una Comunidad Autónoma donde la situación política es más preocupante que en otras en este ámbito, por el negacionismo que hay desde las políticas que se están llevando a cabo. Tenemos que destacar que en la Consejería de Empleo (en manos de Vox) antes había ayudas para la contratación de víctimas de violencia de género pero este año ni se han convocado ni se van a convocar.
— A raíz del presunto asesinato de una niña segoviana a finales de octubre, presuntamente por su madre, hay sectores que niegan la violencia vicaria y, por ende, que se distinga entre violencias contra las personas. ¿Se está produciendo un retroceso en conceptos que parecían superados?
— Conozco el suceso pero creo que hay que insistir con un discurso claro en que hay una violencia específica contra la mujer por el mero hecho de ser mujer. Es verdad que hay otro tipo de violencias, y están recogidas en el Código Penal. La violencia de género es una violencia muy concreta, contra las mujeres, por una herencia del patriarcado, por ese sentimiento de ‘es mía’ que parecía olvidado pero vuelve otra vez, que se manifiesta controlando el móvil, además de los asesinatos, que es lo que más se conoce. Es importante resaltar en este momento que se produce por el mero hecho de ser mujer.
— ¿Ante esa violencia, qué puede hacer un sindicato y, en general, contra las desigualdades en el ámbito laboral?
— Intentamos concienciar, por ejemplo con ayuda de los medios de comunicación, haciendo un llamamiento a la sociedad, como esta semana, para atajarla entre todos, y luego pedimos a las administraciones que aumenten los recursos en prevención. De forma más interna, en UGT queremos formar y sensibilizar a nuestro activo sindical para que haga frente a las violencias machistas. Sensibilizar en los centros de trabajo para que se proteja a las mujeres frente al acoso y que si algún compañero o compañera lo percibe, que lo denuncie. Nuestros delegados/as pueden ofrecer una barrera ante cualquier manifestación violenta contra las mujeres y, sobre todo, exigir que se establezcan protocolos ante el acoso sexual. La Ley está ahí, hay que desarrollar esos protocolos pero tenemos que insistir porque es cierto que no se está haciendo o no se están aplicando en muchas empresas. Otro instrumento que nos ayuda mucho es la negociación de los planes de igualdad en las empresas, pero también es cierto que, aunque son obligatorios (antes de 2021 en las de más de 250 trabajadores y desde ese año en las de más de 150, tanto públicas como privadas) hay empresas que no lo tienen. Por eso hacemos un llamamiento a la Inspección de Trabajo para que sea más severa con este tipo de empresas. Queremos colaborar también con ayuntamientos y el resto de administraciones y con asociaciones de mujeres para erradicar esta violencia.
— ¿Qué se está haciendo en el ámbito económico?
— En UGT siempre estamos trabajando y luchando por salarios y convenios dignos, sobre todo salarios para que la brecha de género sea menor. Por eso con los planes de igualdad se realiza un estudio, un diagnóstico de los sueldos que cobran hombres y mujeres en una empresa, porque a veces la diferencia no está en el salario base, suele estar en los complementos. Hay que comprobar también los puestos de trabajo para que no todos los de dirección, o todos los que tengan un complemento o comisión, sean los de hombres. Lo mismo en igualdad de oportunidades, que no ocurra que las que no ascienden nunca en una empresa son compañeras, la mayoría con reducciones de jornada. La empresa tiene que aportar datos, se elabora un diagnóstico y se adoptan las medidas.
— ¿Ha tenido que lidiar personalmente con machismo en el ámbito empresarial o dentro del sindicato?
— Somos un sindicato feminista. Las mujeres de UGT hace mucho tiempo que empezamos a decir basta a ciertos comentarios y hace años que ya no se gastan ciertas bromas o se cuentan chistes machistas. Tampoco en mi empresa, vengo del sector del telemarketing, pero en empresas todavía se puede ver un poco más. Afortunadamente cada vez hay menos micromachismos en estos ámbitos.