El banderillero segoviano Víctor Pérez, vestido de plata, en el patio de cuadrillas de Cuéllar. / A.M.
El banderillero segoviano Víctor Pérez, vestido de plata, en el patio de cuadrillas de Cuéllar. / A.M.

Acaba de ser reconocido con el premio a ‘mejor par de banderillas' en Cenicientos, un galardón más a la larga trayectoria en el año que cumple 25 de subalterno. Hablar de este municipio madrileño en el mundo taurino, es hacerlo de integridad y torismo. El templo de la seriedad en la presención de los astados y la exigencia al límite de los aficionados. Por ello, una distinción en esta atmósfera cobra, si cabe, mayor relevencia. La historia de Víctor Pérez es la de un torero de plata con reconocimientos de oro.

El segoviano comenzó su andadura como banderillero en 1997 y desde entonces ha logrado numerosos trofeos por su exposición y colocación en banderillas y en labores de brega. Suma más de medio centenar de festejos en la primera plaza del mundo, Las Ventas de Madrid, donde en 2019 recibió un premio a ‘mejor quite' de la Feria de San Isidro, y ha pisado los principales cosos de España y Francia. Pérez repasa su carrera y cuenta la apuesta y los sacrificios por la profesión desde sus inicios: “Tuve que marchar a Madrid como los flamencos para entrenar y formarme y perseguir un sueño, ya que en Segovia hay pocas opciones”.

Allí comparte preparación en sitios como la Casa de Campo o Navalcarnero, como él dice, con “la élite” de los banderilleros: Julio López, Javier Gómez Pascual o Rafael González, entre otros, e incluso ha llegado a estar al lado de José Antonio Carretero, que al término del curso tomó la decisión de retirarse. “Son grandes profesionales y para estar en el circuito hay que entrenar con los mejores y hacer las cosas bien”, destaca el segoviano, que alejado del eco mediático, prioriza la ejercitación física y artística y esquiva los ‘sarpullidos' del mundo taurino: “Hay parte de farándula en el mundo taurino que no me gusta; lo importante es estar lo mejor preparado para estar lo mejor posible delante de la cara del toro en la plaza”.

Tomás Rufo, Francisco de Manuel, Manuel Diosleguarde, Adrián de Torres, Alberto Lamelas, Fernando Adrián, Marc Serrano, Diego San Román, Yon Lamothe, Diego García, Martín Escudero, Rafael González o André Lagravere ‘El Galo' son algunos de los diestros que en sus últimas campañas han contado con Pérez, que en la recién terminada temporada ha llegado a “los 46 festejos” entre corridas y novilladas. “Tengo la suerte de haber estado en todas las ferias”, resume; aunque reconoce que entre los años 2000 y 2004 llegó a “perder la ilusión: no podía ni ver por la tele. Llegué a ponerme en 90 kilos hasta que me propuse volver”.

La preparación fue tal que llegó a prepararse maratones -42,195 kilómetros- y triatlones. “A base de constancia y sacrificio, regresé con 56 kilos”, explica para después volver en “una etapa bonita”. Un periodo de evolución y crecimiento personal, que se vio disecado en 2018 cuando sufrió una grave cornada de “25 centímetros en el muslo derecho ascendente y otra trayectoria descendente de 15” -según reveló el parte médico- cuando estaba a las órdenes de Marc Serrano en Saint Martín de Crau (Francia), un percance que fue operado casi 24 horas después de que se produjera. “Fue una cornada muy fuerte, que se desarrolló en unas circunstancias difíciles”, recuerda. La cara amarga de la tauromaquia, que también le tocó vivir esta temporada de cerca al lado de Diosleguarde, cuando al salmantino un toro de Cebada Gago le rompió la femoral en Cuéllar.

Ajustado par de Víctor Pérez a un toro de Adolfo Martín en Cenicientos. / PHILIPPE GIL MIR - FOTO CEDIDA POR VÍCTOR PÉREZ
Ajustado par de Víctor Pérez a un toro de Adolfo Martín en Cenicientos. / PHILIPPE GIL MIR – FOTO CEDIDA POR VÍCTOR PÉREZ

Por otro lado, a bordo de la cuadrilla de Adrián de Torres, hizo el paseíllo en la corrida concurso de Cenicientos, donde lidiaron un lote definido por un toro de Juan Luis Fraile, ‘Jaquetón', que tanta repercusión tuvo en redes sociales por su imponente presencia, y otro de Adolfo Martín, ‘Resabiado', con el que Pérez logró el premio a ‘mejor par'. “Son reconocimientos que tienen un valor especial por ser una plaza complicada en la que echan el ‘toro-toro' y por la exigencia del público”, sostiene el segoviano; y analiza cómo fue el turno con los palos: “Siempre estoy dispuesto a cruzar la raya y con el de Adolfo Martín, que fue un toro difícil, me jugué los muslos”. Asegura este subalterno que disfruta con los que hace: “Con las banderillas, me lo paso bien; no sufro”.

Pérez, tras cultivar 25 años de expericiencia como torero de plata, pone ya el foco en el próximo curso, en un momento “muy bonito” de su carrera en el que reconoce que “el mayor reconocimiento es el respeto que tengo por parte de los compañeros”. El segoviano maneja “proyectos importantes” para 2023, con un punto de partida que previsiblemente será en la Feria de San Blas de Valdemorillo (Madrid).