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La formación de alumnos desfiló ante las autoridades civiles y militares en la plaza de la Reina Victoria Eugenia./NEREA LLORENTE

La Academia de Artillería subió un nuevo peldaño en sus 258 años de excelencia en la formación de los oficiales y suboficiales del arma con el arranque oficial del curso 2022/23 que aunque comenzó en septiembre, tiene su puesta de largo con el tradicional acto castrense en el  Alcázar, sede original del Real Colegio de Artillería, germen del actual centro de enseñanza militar.

En una mañana otoñal, el patio de armas de la fortaleza fue el lugar elegido para el acto de inicio de curso, presidido por el teniente general jefe del Mando de Personal (MAPER),  Guillermo Fernández Sáez, acompañado por el coronel jefe de la Academia Rafael de Felipe Barahona y por una amplia representación de las autoridades locales y provinciales.

El curso comienza con 40 alféreces alumnos pertenecientes a la 311 promoción de la escala de oficiales, así como 87sargentos alumos de la 48ª promoción de la escala de suboficiales y 84 pertenecientes a la 49 promoción, lo que suma un total de 211 alumnos. A ellos habrá que sumar a  partir de enero los  pertenecientes a la 50 promoción de suboficiales, por lo que la Academia completará el curso con cerca de 300 alumnos.

Al igual que en 1764 el Padre Eximeno se dirigió a los primeros alumnos del Colegio de Artillería para iniciar el curso, el teniente coronel Martín Moya, jefe de estudios del centro, pronunció la lección inaugural , en la que desgranó un resumen de la historia de la enseñanza artillera, donde recordó la figura del insigne jesuita y artillero, que definió el ideal artillero como “un gran matemático, un grande histórico, un gran político, un gran filósofo y un héroe”.

A estos valores, Martín Moya añadió la cualidad del liderazgo, y señaló que en la Academia los alumnos “serán protagonistas de actividades orientadas a que adquieran las actitudes y valores que les permitan ejercer el arte del liderazgo, porque deberán ser capaces de inspirar, ilusionar e impulsar en sus subordinados el espíritu de servicio para cumplir el propósito del mando.

Todo ello, aseguró el jefe de estudios debe estar ligado a la filosofía del “mando orientado a la misión”, un modelo basado “en el ejemplo, la iniciativa, la comunidad de valores y la asunción de responsabilidades”.

Martín Moya señaló que el campo de batalla futuro “será un escenario hiperconectado, ambiguo y con multiplicidad de actores, donde el combatiente cobrará relevancia en su dimensión moral”, y las operaciones multi-dominio serán las que “guíen el modo de actuar de los ejércitos en un entorno estratégico de competición entre grandes potencias y al que deberán adaptarse nuestras fuerzas terrestres”.

“Para el artillero, la dimensión cognitiva tendrá una dimensión operativa, humana y académica, y las organizaciones que enfaticen y refuercen  estas dimensiones y los valores y ética estarán mejor preparadas para hacer frente a entornos estratégicos competitivos, complejos e inciertos”, aseguró.

De igual modo, indicó a los alumnos que aprovechen su permanencia en la Academia para “respirar la historia que emana de sus piedras y  construyan un vínculo indestructible entre ustedes  como promoción y  con la ciudad de Segovia que con tanto cariño nos acoge”.

ILUSIÓN Y SATISFACCIÓN

El coronel de Felipe tras el acto manifestó en declaraciones a los periodistas su ilusión por emprender este primer curso como máximo responsable del centro de enseñanza militar, y expuso su intención de llevar a cabo el programa curricular previsto para el presente año académico.

De igual modo, recordó que a la enseñanza reglada se suman los distintos cursos de perfeccionamiento  que se imparten a lo largo del año, así como el curso de formación  de Cabo 1, lo que hace  que el número de alumnos en el centro oscile a lo largo del año.