Mañana domingo arranca la temporada de caza para el jabalí, una especie que se ha expandido de forma notable en los últimos años y para el que los aficionados mantienen grandes expectativas.
Un total de trece municipios, pertenecientes a la unidad veterinaria de Villacastín, esperan que se habiliten las nuevas medidas preparadas por la Junta para incrementar las posibilidades de control de estos animales.
En los trece términos municipales de referencia (Bercial, El ESpinar, Ituero y Lama, Labajos, Lastras del Pozo, Marugán, Monterrubio, Muñopedro, Navas de San Antonio, Valdeprados, Vegas de Matute, Villaastín y Zarzuela del Monte), se podrán utilizar métodos especiales para cazar jabalíes.
Así lo establece la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta en una orden que se espera sea publicada estos días. Con este denominado ‘Plan de gestión del jabalí‘ se modifican las normas de caza a fin de aumentar el número de capturas. La medida responde sobre todo a una cuestión sanitaria, pues es la primera vez que se declara la emergencia cinegética en Castilla y León.
Una de las novedades más importantes de este plan con vigencia indefinida se refiere a la autorización de la visión térmica y nocturna para intentar frenar esa sobrepoblación, o el uso de miras telespópicas de última generación. En la caza nocturna del jabalí, ahora existirá la posibilidad de ampliar el periodo hábil en la modalidad de espera o aguardo desde el 1 de abril hasta el cuarto sábado de septiembre, en uso de la excepcionalidad contemplada en el artículo 48.3. de la Ley 4/2021, de 1 de julio, sin necesidad de justificarse.
Además no se establece superficie mínima para el desarrollo de monterías y ganchos ni limitación para la repetición de estas modalidades cinegéticas. No obstante, por razones seguridad y de compatibilidad con otros usos del territorio, la modalidad de al salto o en mano sobre el jabalí se limita a los jueves, sábados, domingos y festivos nacionales y autonómicos del periodo comprendido entre el cuarto domingo de septiembre y el cuarto domingo de febrero del año siguiente.
Se pueden emplear cámaras de fototrampeo. También se permite igualmente el aporte de alimentación suplementaria bajo ciertas premisas. Estas hacen referencia a un plazo máximo de tres semanas previas a la fecha de caza; los aportes se efectuarán en términos de proporcionalidad en cuanto al consumo previsto; su utilización quedará condicionada a lugares que no comprometan las condiciones de salubridad del medio para las personas o para el ganado; y que no interfiera con el comportamiento habitual de otras especies no cinegéticas.
En cuanto a las acciones de obligado cumplimiento para la gestión del jabalí, los titulares cinegéticos deben realizar de forma obligatoria todas las batidas de jabalíes, ganchos o monterías y comunicarlas a la Administración.
REACCIONES
Desde la Delegación provincial de la Federación de Caza, su presidente, José Luis Gómez San Frutos, acoge la medida con escepticismo. Por un lado considera positivo que se amplíen las posibilidades de caza del jabalí como forma de controlar su expansión. Para ello recuerda el alto número de accidentes de tráfico que se producen por irrumpir estos animales en las carreteras; o los numerosos daños que registran en zonas de cultivo. Sin embargo, estima que algunas de las medidas habilitadas en el plan de gestión pueden facilitar el furtivismo. En concreto se refiere al uso de aparatos de visión térmica y nocturna.
Recuerda el presidente de los cazadores que esta medida que ha preparado la Junta tiene una finalidad sanitaria por la elevada cabaña ganadera con que cuenta la zona de Villacastín. Aunque considera que son otras zonas de la provincia donde más ejemplares de jabalís hay.
En este sentido, destaca la gran labor que ejerce la práctica de la caza. “Castilla y León es una de las autonomías donde más accidentes hay provocados por animales silvestres”, recuerda. “El año pasado hubo doce mil doce mil accidentes con especies cinegéticas de jabalíes, corzos y venados; si no se cazaran estaríamos hablando a lo mejor de cien mil accidentes en carretera”, afirma. “A las poblaciones de animales que se expanden con gran facilidad hay que controlarlas, como ocurre con los conejos, que son la pesadilla de muchos agricultores”, añade. Por ello resume que la caza “es una actividad que hay que mantener”.
Los cazadores -asegura- realizan una gran labor para la Administración porque “si no estuviéramos los cazadores, al final la Administración tendría que crear un cuerpo, que no se llamaría de cazadores, sino controladores cinegéticos, para reducir o evitar accidentes, la expansión de enfermedades, etc. Y le supondría un gasto económico que ahora afrontamos los aficionados a la caza”.
MÁS CAPTURAS
Tal como recoge la Junta en su Plan de Gestión del jabalí, los accidentes registrados por atropellos de jabalí en la provincia de Segovia han pasado de 169 en el año 2016 a 252 en el año 2021, con un aumento del 49,1 %. Las autorizaciones por controles poblacionales cuya especie objetivo ha sido el jabalí en esta provincia se han mantenido constantes y del orden de 130 por temporada cinegética con la excepción de la última temporada 2021-2022 en la que se han incrementado en un 40,8 % frente a la media.
Las capturas efectuadas han pasado de 114 en la temporada2017-2018 a 711 en la temporada 2021-2022, lo que supone un incremento porcentual del 523,7%.
Al objeto de valorar el riesgo sanitario, previamente se ha analizado la cabaña ganadera para la provincia. De este modo, Segovia es la cuarta en importancia en ganado bovino con una distribución localizada principalmente en la zona sur de la provincia, con un censo de 133.765 animales.
En ganado porcino es la primera provincia con el 32% del total de Castilla y León y más de un millón de ejemplares de porcino no ibérico (1.075.237 cabezas censadas), siendo la segunda provincia en porcino ibérico (166.036 cabezas).
Los accidentes provocados por la fauna silvestre se duplican en una década
El número de accidentes provocados por animales en las carreteras de Castilla y León casi se ha duplicado en la última década, al pasar de los 6.587 siniestros contabilizados en 2012 a los 12.501 del 2022. Este dato supone que casi siete de cada diez accidentes de tráfico que se registran en la Comunidad están provocados por animales. En total, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), estos siniestros dejaron en el último año un fallecido y 97 víctimas.
De los 19.040 siniestros de tráfico registrados en la Comunidad el pasado año -17.288 con daños materiales y 1.752 con víctimas-, 12.501, el 66 por ciento, fueron provocados por animales. No obstante, este porcentaje sube hasta el 84 por ciento en Soria, al 75 por ciento en Burgos y al 70 por ciento en Palencia. Por el contrario, Salamanca, con un 47 por ciento es la provincia donde los animales tienen menos influencia en los accidentes, seguida de Ávila (51 por ciento), Valladolid (53 por ciento), Segovia (61 por ciento, con 908 accidentes, 15 de ellos con víctimas), Zamora (62 por ciento) y León (65 por ciento).
Para el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, el incremento del número de accidentes provocados por animales responde al “abandono” del monte y la generación de ecosistemas en los que animales como corzos y jabalíes han sido capaces de incrementar su tasa de natalidad, pero también a una regulación que ha limitado mucho el número de ejemplares de caza mayor que se pueden abatir. Aunque reconoció que en los últimos años se ha venido registrando un incremento de los cupos de caza mayor, Iturmendi argumentó que esta subida no ha sido suficiente para un control efectivo de ciertas poblaciones. Además, también reclamó que el aumento de cupos venga aparejado de una mayor agilidad a la hora de conceder los permisos y una ampliación de los periodos de caza permitidos.
RIESGOS SANITARIOS
Pero además de los accidentes de tráfico y de los cuantiosos daños que provocan en los cultivos, Iturmendi advirtió que el problema más grave al que se puede enfrentar Castilla y León y España es a la posibilidad de que un brote de peste porcina afecte a los jabalíes, algo que la convertiría en “incontrolable”.
Al mismo tiempo, denunció la falta de medidas eficaces en materia de seguridad vial y criticó que en España no se sigan pautas que se vienen aplicando desde hace años en países europeos con buenos resultados. En este sentido, resaltó que son muy pocas las carreteras, incluso las vías más modernas, las que cuenta con pasos de fauna, y también reprochó la falta de señalización de los ‘puntos negros’ donde se producen más accidentes. “Son de sobra conocidos por la DGT, ya que animales como los jabalíes siempre cruzan las carreteras por los mismos sitios y a las mismas horas”.
Por su parte, el coordinador de Proyectos de RACE, David Fernández, reconoce que desde la pandemia el número de accidentes provocados por animales se ha incrementado como consecuencia de una menor actividad cinegética, pero destaca que el verdadero problema es la indefensión que sufren los automovilistas a raíz de los cambios legislativos y que han alterado el sistema de responsabilidad de este tipo de accidentes. En este sentido, Fernández argumenta que no es lógico que cuando el accidente es causado por un perro que se escapa de su dueño el responsable del siniestro sea el can, mientras que si se trata de un jabalí o de un corzo, el responsable siempre es el conductor y no el coto de caza, salvo que haya tenido lugar una batida. Además, también coincide con Iturmendi en la necesidad de mejorar la señalización en ciertos puntos de paso.
Por especies, el corzo es el animal más implicado y está detrás de 7.203 siniestros, por delante del jabalí, con 3.275. Después aparecen los ciervos (571), perros (443), zorros (277), aves (128), tejones (118) y ganado vacuno (94).