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Foto de la erupción tomada por Daniel Pastor, historiador del planeta. / D. P. G.

Vacaciones en Hawái. El plan suena genial. Si, además eres geólogo y te encuentras con un volcán a punto de erupción y un lago de lava en el cráter, ya es perfecto.

El segoviano Daniel Pastor Galán parece tener el don de la oportunidad para estar en el lugar y momento adecuado. Casualmente se ha convertido en un observador privilegiado de los instantes previos a la erupción del volcán Kilauea, en la isla de Hawái, que está provocando situaciones e imágenes de destrucción y, a la vez, belleza, históricas.

Desde Segovia su padre, el profesor y escritor Jesús Pastor, y su madre Carmen Galán, siguieron detenidamente todos los acontecimientos que en los primeros días de mayo Daniel les iba relatando para tranquilizarles y que ahora con el sosiego del paso de los días y el devenir del fenómeno natural comparte a través de este diario con sus paisanos segovianos desde Japón, donde reside.

La mejor forma de presentar a este joven científico segoviano es decir que es un “historiador del planeta” que ahora mismo se dedica a estudiar rocas de Japón, que se formaron hace entre 500 y 250 millones de años, para avanzar en su investigación sobre cómo se formó Pangea, y cómo eran los continentes antes de Pangea. Para hacer un descanso en su trabajo Daniel y su pareja Inés, profesora de español, decidieron irse de vacaciones a Hawái, porque está ‘cerca’ de Japón, del 24 de abril al 8 de mayo. El viaje lo habían planeado con meses de antelación y los billetes estaban comprados desde mucho antes. A partir de ahí todo fue una sorprendente coincidencia.

En la isla grande —la que se llama Hawái— estuvieron hasta el 4 de mayo, para después volar a O’ahu —donde se encuentra Honolulú—. De forma que vivieron el inicio de la gran erupción y contemplaron hasta en tres visitas el lago de lava en el cráter del Kilauea. “Normalmente, el lago de lava está muy profundo y no se ve pero los días que fuimos nosotros estaba desbordándose. Se podían ver fuentes de lava y, obviamente, un montón de roca fundida”, relata el geólogo segoviano para quien es importante aclarar que esta erupción no sale del cráter. “Está saliendo por una grieta bastante lejos del cráter y muy cerca de varias poblaciones. Una zona en la que no había habido erupciones recientes”. De ahí que se haya evacuado a gran parte de la población de la zona “porque es una situación peligrosa, sobre todo por los gases y el fuego”.

Para situar a sus compatriotas, Daniel Pastor recuerda que la isla tiene el tamaño de la provincia de Zamora y la erupción alcanza una extensión similar al barrio de Nueva Segovia. Aunque la furia de la naturaleza crece y muestra en los últimos días el paso de ríos de roca fundida que engullen todo lo que se encuentran: casas, tierras de cultivo y zonas de vegetación, Daniel explicaba la pasada semana que “el problema está muy localizado” y se concentra en una zona rural con casas dispersas. “Los gases son tóxicos, tienen mucho azufre y cuando la lava cae al mar producen incluso gases más tóxicos. Pero, insisto, es un problema muuuuy local. La situación en la mayor parte de la isla se vive con total normalidad”.

Este joven investigador, cuya especialidad es la tectónica de placas del pasado y la paleogeografía, asegura que ver un volcán en activo es impresionante para todo el mundo. “No necesitas ser geólogo para apreciar cómo de espectacular es el paisaje y entender que nuestro planeta está activo, que no es solo una roca dando vueltas alrededor del Sol”.