El sondeo para el estudio geotécnico se inició el pasado jueves. / Kamarero

Las Concejalías de Patrimonio Histórico y Cultura del Ayuntamiento de Segovia se están coordinando para la realización de un estudio geotécnico que permitirá comprobar la estabilidad del terreno en la plaza de San Nicolás, necesario para la toma de decisiones como reforzar la cimentación de la iglesia románica del mismo nombre, de titularidad municipal y sede del Taller Municipal de Teatro.

Clara Martín, concejal de Patrimonio Histórico, ha informado de que la partida económica para la realización del estudio asciende a 8.600 euros y procede del área de Cultura.

Por otro lado, ha señalado que históricamente, esta zona norte del recinto amurallado ha registrado algunos problemas en cuanto a la estabilidad del terreno, de ahí que se haya encargado el estudio que está previsto pueda estar finalizado esta misma semana.

Los trabajos de sondeo se iniciaron el jueves pasado en la zona posterior de la iglesia de San Nicolás, precisamente donde la torre presenta una grieta.

Las ediles del equipo de gobierno han comentado que no se han apreciado problemas que requieran de una actuación urgente pero es importante conocer el estado del terreno en previsión de futuras intervenciones.

Precisamente, el 30 de noviembre, el Ayuntamiento de Segovia formalizó un contrato menor con Radalki Alquiler para el suministro de piezas de andamio multidireccional para esta iglesia de San Nicolás, por importe de 2.310 euros y con un mes de plazo de ejecución.

La Concejalía de Patrimonio Histórico lleva más de una década con un proyecto en el cajón, el de ‘Conservación y Adecuación de la antigua iglesia románica de San Nicolás’, que llegó a contar con la aprobación del entonces Ministerio de Fomento para las intervenciones confinanciadas en el marco del programa del 1,5% cultural.

El presupuesto que se manejaba en 2011 era de 251.332 euros y la aportación del Ministerio ascendía a 188.500 pero la crisis económica motivó que el Gobierno de España recortara esta ayuda y se paralizó la tramitación.

En resumen, el proyecto de conservación de este templo del Siglo XII se basaba en una intervención poco agresiva, incluyendo trabajos de mantenimiento, saneado, limpieza, consolidación y prevención de futuras patologías vinculadas a problemas de humedad o colonización vegetal o animal.

San Nicolás espera su turno
La torre de la iglesia presenta una grieta en la fachada posterior. / Nerea LLorente

La actuación técnica definía, además, el sellado de grietas en el muro de tapia de la torre y del ábside y planteaba una nueva distribución y sustitución de la red pluvial, así como un nuevo diseño de bajantes y del sistema de recogida de aguas.

Asimismo, se iba a retejar el ábside en las fachadas y a sustituir los revocos de cemento por otros de cal en los paramentos verticales, así como a iluminar los jardines lindantes.

Un proyecto de 2010 tenía por finalidad intervenir en elementos como la torre y la recuperación de una pequeña capilla con pinturas góticas

La ficha del Catálogo Arquitectónico del Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia (PEAHIS) indica que esta iglesia románica de una sola nave está sobre una parcela de 393 metros cuadrados y su uso es el de equipamiento.

Sobre el estado del edificio, señala que la fachada está en buenas condiciones, la cubierta en buen estado y los interiores rehabilitados.

De la primera construcción románica, del siglo XII, solo queda la parte del presbiterio, el ábside central, la torre y la capilla absidal bajo la torre.

En 1564 se llevaron a cabo importantes obras de remodelación en el interior del templo, reformas que continuaron en 1590 y 1630.

La gran edificación y reconstrucción, sin embargo, no se produjo hasta el siglo XVIII, entre 1702 y 1718, de la mano de los maestros Matías de Rioseco y Diego de la Paz, vecinos de Segovia a los que se pagó 13.000 reales por la demolición “de todo lo que era menester de dicha iglesia y hacerla de nuevo con toda la techumbre, tejado y bóvedas”.

En la última restauración, el año 1984, se descubrió, en el interior de una capilla, un sepulcro del siglo XIV con momia de un caballero —se especula que podrían ser los restos de Rodrigo Ibáñez— y curiosas pinturas en el arcosolio (hueco en el arco) del sepulcro.

Esta capilla era un pequeño recinto abovedado adosado a la nave de la iglesia. En uno de sus laterales, sobre el sepulcro, se desarrolla una escena pintada en un rectángulo sobre el zócalo. Se trata de un luneto (bóveda pequeña) de dos metros de diámetro enmarcado con un baquetón o columna de piedra y una cenefa pintada que centran la composición.

Un plano del luneto se encuentra remetido en el muro y en él se desarrolla un rito funerario ante lo que parece ser un féretro.

Sobre el arco, y en el plano del muro festoneado por motivos heráldicos, idénticos a los del estradós (superficie curva) del arco, se desarrollan escenas relativas al difunto con unos ángeles.

La Junta de Gobierno Local aprobó en 2011 el proyecto de rehabilitación que incluía la recuperación de esta capilla, utilizada como almacén, para que fuera visitable con independencia del resto de las instalaciones, y mostrar así estas pinturas góticas. La anterior concejala de Turismo y Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, tenía intención de incluir la iglesia de San Nicolás, al menos esta capilla, como recurso turístico en la visita al Barrio de los Caballeros.

La torre también se ha utilizado como almacén y tiene acceso independiente, a través de una puerta con arco de ladrillo que cierra un pequeño jardín lateral.

El proyecto original fue redactado en 2010 por la arquitecta especializada en conservación de patrimonio cultural Estefanía Herrero García para la Concejalía de Patrimonio Histórico.