Femur Premios Mujer Rural
Mila Sánchez, Lydia Lozano, Rozalén y Anabel Alonso, posan en el ‘photocall’ antes del inicio de la entrega de premios. / KAMARERO

La voz y la guitarra de Rozalén volvieron a emocionar a las mujeres que llenaron el Teatro Juan Bravo con la canción ‘La puerta violeta', considerada un verdadero himno de libertad y empoderamiento femenino frente a las constantes amenazas que ponen en peligro la igualdad real entre hombres y mujeres. La canción bien podría ser la banda sonora del trabajo que la Federación Nacional de la Mujer Rural (FEMUR) ha realizado en sus treinta años de andadura, desde que en 1991, un pequeño grupo de mujeres lideradas por Juana Borrego inciara un movimiento asociativo que en la actualidad agrupa a medio millón de féminas repartidas por todo el mundo.

Rozalén interpretó esta canción tras recibir el premio ‘Femur Mujer' en la decimoquinta edición de esta iniciativa con la que las mujeres rurales distinguen a quienes se han destacado por su apoyo y trabajo a favor de la causa femenina, y que también recibieron en el acto la actriz Anabel Alonso, la periodista Lydia Lozano y la artesana Mila Sánchez.

Con arreglo a las medidas sanitarias establecidas, el patio de butacas y los palcos del teatro se llenaron de mujeres representantes de las asociaciones integradas en FEMUR para participar en este acto, con el que la federación recupera la normalidad tras la crisis sanitaria, y que sirvió también para repasar los logros que en estas tres décadas se han conseguido a favor de las mujeres rurales.

La presidenta de FEMUR, Juana Borrego, fue la encargada de hacer un extenso y prolijo repaso de la labor de la federación, cuyos primeros pasos fueron “sacar a las mujeres de casa más allá de la compra y la misa diaria” y abrir las puertas a la formación y la cultura para dar nuevas oportunidades de desarrollo y crecimiento personal.

Femur Premios Mujer Rural Rozalen
Rozalén interpretó una canción tras recibir su premio. / KAMARERO

Así, indicó que en este tiempo “hemos puesto al alcance de las mujeres los medios necesarios para acceder a la igualdad real, con el fin de tener las mismas oportunidades que los hombres”, aunque precisó que aún queda un largo camino por recorrer, jalonado de obstáculos como la falta de políticas inclusivas y de apoyo social, la igualdad en los órganos de Gobierno , el acceso a las nuevas tecnologías o la violencia de género.

También quiso recordar a todas las mujeres que en estos treinta años han contribuido a edificar el éxito de la federación, y tuvo un especial recuerdo para Loyola de Palacio y Pilar Lara, a las que definió como “madrinas excepcionales” de la labor de FEMUR en sus inicios.

Femur Premios Mujer Rural Juana Borrego
La presidenta de FEMUR, Juana Borrego, durante su intervención. / KAMARERO

Premios

Tras su intervención, la entrega de los premios, presentada por la periodista Consuelo Berlanga, dejó clara la personalidad de las galardonadas, con el denominador común de su empatía y apoyo a la labor y a la lucha diaria de la mujer rural. Así, Anabel Alonso derrochó simpatía y ‘buen rollo' al confesar su emoción por el premio y asegurar contar con un “gran bagaje campurriano” recordando sus estancias en el pueblo de Salamanca del que proceden sus padres, en el que llegó a participar en labores de trilla de las mieses.

Asimismo, aseguró que los premios FEMUR son “honestos y llenos de verdad”, y valoró el esfuerzo realizado en este tiempo para dar visibilidad a las mujeres en las zonas rurales.

Lozano pidió permiso en ‘Salvame' para poder recoger el premio, cuya concesión le causó una cierta sorpresa al desconocer este galardón, pero tras recabar la información oportuna, agradeció la distinción que premia su cercanía al público, hecho que “intento conseguir siempre que piso un plató”. También quiso tener un recuerdo a su familia de agricultores en la isla de La Palma, que se ha visto afectada por los devastadores efectos de la erupción del volcán.

Por su parte, Rozalén agradeció el premio y resaltó su vínculo con el ámbito rural,en el que creció y se desarrolló como artista y cuyos valores “no tienen nada ver con la ciudad y son la base de la , dijo, para después subrayar la doble discriminación que supuso para muchas generaciones, como su madre y su abuela, ser mujeres y estar en el ámbito rural.

Desde Béjar (Salamanca) Mila Sánchez llegó a Segovia para recoger su premio como mejor artesana con el que se reconoce la labor de años y generaciones de productores de almendra garrapiñada cuya calidad han paseado por eventos y ferias de toda España. Visiblemente nerviosa, la emprendedora destacó la dificultad de un año de crisis sanitaria para su sector, así como valoró el trabajo realizado por las mujeres que sacan adelante sus negocios desde el medio rural.