
Si hacemos caso a las estadísticas que maneja el colectivo vegano, en nuestro país, una de cada cien personas se identifica como vegetariano estricto, o lo que es lo mismo: no toma ningún tipo de alimento de origen animal.
Para atender a un colectivo creciente como éste, Alejandro Álvarez, con apenas 22 años ha logrado posicionar en diferentes mercados a Quevana Foods, una marca que ya está presente en grandes comercializadoras de nuestro país, pero también de Países Bajos (Jumbo) -donde tienen su principal mercado- o Portugal (Continente). Además, acaba de empezar su andadura en un canal de tiendas ecológicas en Alemania y han sellado un acuerdo de distribución exclusiva en el Báltico -Letonia, Estonia, Polonia y Lituania-, a partir de una alianza con la tercera empresa láctea más importante del último de esos cuatro países, que responde al nombre de Zemaitijos Pienas.
Su historia es la de un emprendedor que busca resolver un problema propio y no encuentra soluciones en el mercado. En concreto, el proyecto surge cuando él se hace vegano, con apenas 16 años, y empieza a echar de menos el queso y ve que no ha alternativas. «En un viaje a Tailandia, vi que en un restaurante vegano que había una especie de queso vegano untable, lo probé, me resultó increíble y se me encendió la bombilla», recuerda. A partir de ese momento empieza a buscar fórmulas para conseguir los sabores del alimento animal con materia prima de origen vegetal.

Un año después ya había montado Quevana Foods, su empresa, con la ayuda de su madre y su padrastro, cofundadores del proyecto, quienes tenían experiencia en cuestiones como los fermentos, las cepas de bacterias o los microorganismos, al dedicarse a la nutrición natural. «Ellos han estudiado mucho la microbiota del ser humano y los fermentos intestinales, entre otras cuestiones», explica Álvarez, quien considera que esa alianza dio un resultado perfecto. Pero, ¿Cómo se consigue un queso vegano con sabores reconocibles o tradicionales? «Una de nuestras mayores innovaciones tiene que ver con que las cepas de fermento y con cómo las fermentamos para, a partir de la proteína y la grasa de anacardo, simular la proteína y la grasa de la leche para luego hacer el queso». A partir de ahí comenzaron a diseñarse los prototipos, acudieron a ferias gastronómicas e internacionales para dar a probar el producto, y la respuesta fue tan positiva que optaron por avanzar.
«Hacemos unos quesos de la leche, pero sin leche», ironiza Alejandro Álvarez, quien explica que, desde la fábrica en La Lastrilla que abrió en el inicio de 2020 y donde ya operan cinco personas, «creamos el queso con una especie de leche de anacardo, que es mucho más densa que la que encontrarías en un supermercado, por ejemplo, de almendras. Se asemeja a una especie de pasta». En concreto, continúa, el producto tiene un 85 por ciento de extracto de anacardo y sólo tiene dos ingredientes más, que son la sal y los fermentos.
El sabor y la textura, detalle, se obtienen mediante fermentación y a partir de la maduración. Con la leche de anacardo fermentada, ésta se moldea, se deja cuajar y madurar durante semanas, como también ocurre con el queso semicurado tradicional, hasta que se obtiene un alimento sólido y atractivo.
En este momento, Quevana Foods cuenta con seis variedades de quesos, dos de los cuales acaban de empezarse a comercializar. Hasta la fecha disponían del clásico, otro con trufa, otro más con ajo, uno ahumado -en horno de leña propio- y, en los últimos días, han lanzado el de sabor a pimentón y uno último con hierbas provenzales.
INTERNACIONALIZACIÓN COMO TRAMPOLÍN
Para Quevana Foods, la presencia en ferias gastronómicas y comerciales ha sido instrumental en su crecimiento. De hecho, en sus inicios, al acudir a dichos eventos, y ver la respuesta del público, optaron por abrir su factoría. «Sólo el primer año pudimos ir a unas 30 ferias en total, al siguiente a otras veinte, y no hemos dejado de hacerlo», recuerda, para apuntar a renglón seguido que unos 60.000 consumidores visitan cada año sus expositores en ferias gastronómicas y no solo en España, también en países como Alemania, Francia o Países Bajos, lo que les permite testar los nuevos productos que sacan al mercado.
En esa conquista de países donde se consumen sus quesos han contado con el apoyo del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y con el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de Castilla y León. Precisamente gracias a este último organismo lograron acceder a la aceleradora Woolaria, que les ha facilitado el incremento de su porcentaje de exportación hasta la mitad de sus ventas.
El ICE también les puso en contacto con la sociedad de garantía Iberaval para acceder a financiación. «El apoyo de la Junta de Castilla y León ha sido instrumental en nuestro crecimiento, porque, aparte del asesoramiento, la red de contactos o la mentorización, nos ha dado ese acceso al mercado internacional», expone, para añadir que, «con ellos en el último año y pico hemos asistido a cuatro ferias internacionales que han sido especialmente relevantes a la hora de captar clientes».
La acción del Instituto, que depende de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, recuerda Alejandro Álvarez, les ha permitido conseguir en meses lo que, por sus propios medios habrían tardado en lograr años.
Asimismo, el dueño de Quevana Foods explica que, dado que la categoría no cuenta con un líder consolidado, sino que múltiples empresas emergentes se abren camino, ese avance ha sido factible.
Por otra parte, Quevana Foods ha contado también con el respaldo de aceleradoras como el Madrid Food Innovation Hub o KM ZERO Venturing, una aceleradora española que fomenta la colaboración con las startups del ámbito alimentario que despuntan, respaldada por marcas punteras en nuestro país, entre ellas Central Lechera Asturiana, que ayudó a la firma segoviana y le permitió dar un salto de calidad.
EL APOYO DE IBERAVAL
En el apartado de la financiación, Quevana Foods acudió a Iberaval por intermediación del ICE. «Gracias a la sociedad de garantía hemos logrado un hito histórico en nuestra empresa, dado que llevábamos tres años comercializando producto, muy bueno en cuanto a sabor y textura, que encantaba a nuestro público objetivo, y que además es muy saludable y con un perfil nutricional excelente y con un aspecto de sostenibilidad bueno, pero nos faltaba mayor accesibilidad». En este sentido, apunta que apostaron por la eficiencia en la producción, dado que vendían entre dos y cuatro veces más caro su alimento que el queso tradicional. «Nos planteamos inversión en maquinaria y materia prima, obtención de circulante… y lo logramos, todo ello con el propósito de aumentar la eficiencia, y gracias a esto hemos conseguido reducir a la mitad el coste de nuestro queso», expone.
A raíz de este cambio, concretamente, desde el mes de septiembre, han comenzado a trabajar el canal horeca -hoteles, restaurantes y cafeterías- de manera masiva, dado que anteriormente sólo podían dirigirse a establecimientos más gourmet, como consecuencia de los costes. Superada esa etapa, ya están presentes en numerosos locales de Madrid, Barcelona o Valencia, entre otras ciudades.
Además, detalla Alejandro Álvarez, a partir de esa rebaja en el precio de comercialización, han logrado expandir su presencia en otros canales de venta, más allá de tiendas ecológicas o gourmets, además de herbolarios y supermercados especializados.
Este hecho les está permitiendo crecer también en producción. Al finalizar noviembre esperan haber producido 15.000 quesos mensuales, con un proyecto de escalado que los llevará a alcanzar las 28.000 unidades a mediados de 2024.
20 MILLONES FINANCIADOS
Iberaval, aliado estratégico para las pymes en Segovia, supera los 20 millones financiados a lo largo de 2023
La sociedad de garantía respalda con su apoyo a las pymes cerca de 7.400 puestos de trabajo

En cuanto a la actividad de Iberaval en la provincia de Segovia, al cierre de octubre, ascendía a 20,9 millones de euros en el acumulado de este año, en un total de 180 operaciones. La sociedad de garantía (SGR), que lidera el sector en España, y que tiene sede en la calle Hermanos Barral, sustenta cerca de 7.400 empleos con el riesgo vivo. Una contribución destacada en la provincia, donde Iberaval mantiene en estos momentos un total de 79 millones de euros en un total de 1.600 expedientes activos.
La directora de Iberaval en Segovia, Pilar Aragoneses, explica que «uno de los elementos clave de acompañamiento a las empresas en su acceso a la financiación es nuestra SGR, por cuestiones básicas, pero especialmente importantes para las pymes, como son la agilidad en la tramitación, una consecución de costes menores y unos plazos de devolución mayores».
En ese periodo, el comprendido entre enero y octubre, la sociedad de garantía ha contribuido también a que un número relevante de empresas haya apostado por invertir en sus instalaciones y, por tanto, llevar a cabo una apuesta de futuro en sus compañías. En concreto, del total de operaciones formalizadas en Iberaval, el 22 por ciento se han dirigido a ese ámbito, mientras que un 78 por ciento se han centrado en la atención a pymes por necesidades puntuales de tesorería.
MÁS DE CUATRO AÑOS
En cuanto a la operación media, ha ascendido a 116.000 euros, con un plazo de devolución promedio de 50 meses, lo que supone que, para afrontar ese importe a devolver, Iberaval ha alargado tiempos de amortización a más de cuatro años. «Ésta es una ventaja competitiva clara, que sirve a muchas empresas para afrontar con mayor holgura desafíos actuales como el encarecimiento de los tipos de interés o el coste de las materias primas, en su caso», indica Pilar Aragoneses.
La distribución de las operaciones, por el volumen de la empresa, apunta a que, en los diez primeros meses de 2023, más de la mitad de las compañías solicitantes (51 por ciento) eran micropymes, o lo que es igual, con hasta diez empleados, mientras que un 36 por ciento eran pequeñas empresas. El resto han sido mediana o, en menor medida, gran empresa.
Por sectores, destaca en este tramo largo de 2023 el de los servicios, que aglutina una de cada tres operaciones facilitadas por Iberaval, y fondeadas por entidades financieras, en territorio segoviano. Por otra parte, el comercio acumula el 22 por ciento de los expedientes, mientras que la industria suma un 19 por ciento del total de operaciones concretadas por la SGR entre enero y octubre.
ICE FINANCIA
Iberaval, además, trabaja con el ICE a partir de diferentes líneas de financiación, si bien la solución más recurrente y conocida por las empresas segovianas, siguen siendo las incluidas dentro del programa ICE Financia, que viene funcionando desde el año 2000, y que sigue beneficiando, anualmente, a decenas de compañías. Dichos fondos se bonifican a partir de la aportación de la Junta de Castilla y León, a través del citado instituto.
Asimismo, Iberaval cuenta con dos instrumentos financieros, cogestionados con el ICE, con fondos FEDER de la Unión Europea, y que se dirigen a operaciones vinculadas con el crecimiento empresarial y con la Investigación y el Desarrollo.
Iberaval asume en estos momentos en torno al 20 por ciento de todo el sector de las garantías en nuestro país, y cuenta con socios protectores destacados en territorio segoviano como el citado ICE, Caixabank, Caja Viva, la Diputación de Segovia, la Cámara de Comercio e Industria de Segovia o la Federación Empresarial Segoviana.
A todos ellos hay que sumar un total de 2.341 socios, que suponen en la actualidad más del 6 por ciento de cuantos suma la SGR en toda España. Un ámbito éste en el que Iberaval también es líder destacado dentro de su sector, el de las garantías.