Esta serie de artículos que estoy enviando no tiene título, aunque bien podría llevar el de “Segovia inspira” puesto que lo más de ella es recopilación de imágenes y textos que algunos de sus espacios y monumentos han inspirado.
Viene ahora el recio fortín de la Puerta de Santiago que, aunque sin haber llamado la atención de muchos artistas, sí atrajo a quienes nos dejaron las diferentes y atractivas imágenes que iremos viendo. ¡Lo suficiente como para dedicarle dos domingos!
1. Como presentación bien valdrá, creo, esta fotografía que el francés Laurent hizo a finales del siglo XIX.
2. El francés Conde de Laborde envió a España una legión de dibujantes para que recogieran vistas de monumentos que luego, grabadas en París, ilustraron el libro Voyage pittoresque et historique de l`Espagne, impreso entre 1806 y 1820. Este último año salió el dedicado a Castilla la Vieja y en él esta bella imagen de Segovia. A la izquierda vemos un arco de herradura, la Puerta de Santiago, así llamada por su proximidad a una iglesia dedicada al Apóstol, derribada en 1836 para alargar el Paseo de Santa Lucía -hoy de Santo Domingo- hasta la Puente Castellana. La única imagen que tenemos de esa iglesia es la torre semi-desmochada que aparece en este grabado, a la izquierda de la composición.
3. El excelente dibujante inglés George Vivian estuvo en la península el año 1833, haciendo una serie de dibujos que tituló Scenary of Portugal and Spain, y que más tarde, litografiados por L. Haghe y Wlliams Day, se utilizaron para ilustrar un hermoso libro, Spanish Scenary, editado en Londres el año 1838. Llevaba dos vistas de Segovia, una de ellas esta panorámica, muy parecida a la que publicó el Conde de Laborde. El dibujante acentuó el arriscamiento, eliminó el río y a la Puerta de Santiago le concedió el mismo pequeño espacio.
4. José María Avrial y Flores fue profesor de la Escuela de Nobles Artes de Segovia, conoció la ciudad y sus alrededores y recogió imágenes con las que ilustró su libro “Segovia pintoresca y el Alcázar de Segovia”, editado en 1843. Una de sus aguadas es esta vista panorámica semejante a las que ya conocemos, aunque con algunas variantes: el detalle de la iglesia de San Marcos, el ancho cauce del río Eresma, el arbolado del parque del Alcázar… Como en las anteriores, la Puerta de Santiago, con su arco de herradura, aparece pequeña, al final de la cuesta.
5. Por fin, el sobrio y fuerte edificio de la Puerta de Santiago atrajo por sí mismo la atención de un artista. Avrial lo pintó en su contexto, encajado en el sector norte de las murallas de Segovia y abierto al camino que comunicaba la ciudad con el puente del barrio de San Marcos. Algo que no me explico bien son los chorros de agua que se unen formando una cascada antes de llegar al camino. Es posible que fueran aguas residuales, fatales para las epidemias de cólera que pronto azotarían la ciudad.
6. El arquitecto, dibujante y litógrafo francés Alfred Guesdon realizó una interesante serie de vistas de ciudades españolas con las que ilustró el libro Espagne á vol d´oisseau, editado en París el año 1855. Hacia 1850 estuvo en España acompañando al fotógrafo ingles Clifford, con quien subió a un globo mientras éste hacía fotografías aéreas. Para la vista de Segovia le bastó con subir a las Peñas Grajeras, sobre el santuario de la Fuencisla. La Puerta de Santiago se ve uniendo dos sectores de la muralla, sobre el paseo de Santa Lucía que unía el este de Segovia con la Puente Castellana, todo él marcado por una plantación de chopos.
7. La Catedral de Segovia vista desde el lado norte, de Martín Rico y Ortega, ofrece una vista de Segovia espectacular, otra panorámica semejante a las que ya conocemos, pero en la que -reduciendo el espacio reproducido y poniendo en posición centrada la Puerta de Santiago- ésta adquiere una importancia y visibilidad que en las entradas anteriores no tenía. Resalta el hecho de que este lado norte estuviera deshabitado en una gran extensión.
8. Pedro Pérez de Castro, gallego, aprendió en Inglaterra la técnica de la acuarela y con ella pintó monumentos y paisajes de casi toda España. Tuvo estrecha relación con Segovia y La Granja, poblaciones de las que nos dejó numerosas vistas, algunas de lugares que sólo por esas acuarelas podemos conocer. Es muy curiosa ésta, sólo un boceto, en la que, entretejidos en verdor, une monumentos singulares: la Puerta de Santiago, a la derecha; la Casa de la Moneda, en el centro, y el Monasterio del Parral, a la izquierda, apenas insinuado.
9. Nuevamente nuestro monumento vuelve a merecer todo el protagonismo en esta acuarela de Pedro Pérez de Castro. Con la pincelada menuda que caracterizaba su forma de pintar, muy descriptiva, el artista nos dejó una imagen precisa de la puerta, su engarce con la muralla y sus elementos, entre los que destaca el gran arco de herradura del primer plano. Todo cuidado con detalle, incluido el camino de acceso.
10. José Palud fue pensionado del Paular el año 1949, cuando los rectores del curso acordaron que los jóvenes becarios pasaran una corta estancia en Segovia. De lo que Palud pudo pintar aquí nos ha quedado este cuadro, un sector del norte de la ciudad, con sus casas decrépitas y la Puerta de Santiago, que el Ayuntamiento había destinado a refugio de personas necesitadas. Sólo conozco el cuadro por una fotografía en blanco y negro así que voy a hacer algo que ya he hecho en ocasiones semejantes, una petición: que nos lo comunique quien tenga el original. ¿Nos llegará la fotografía en color?
11. Eduardo Martínez Vázquez, gran paisajista castellano, fue bastantes años director de los Cursos de Pintura de Paisaje que, entre 1950 y 1954, compartieron sede entre El Paular y Segovia, circunstancia que le permitió tomar contacto con los paisajes de la ciudad y llevar al lienzo algunos de ellos. Es muy interesante esta vista de la Puerta de Santiago tomada desde el inmediato Vallejo, en la que, aparte del edificio, destaca el verde de una plantación de berzas, muy cultivadas en las huertas segovianas, contrastando con el amarillo tostado de las rastrojeras. A la derecha de la puerta el muro se había caído.
12. En su libro Segovia en luz, Jesús González de la Torre describe así la evolución del fenómeno luminoso en la ciudad: “Al comienzo de la mañana -nítida como un coral- resulta difícil distinguir entre la luz y el silencio. Al mediodía, la luz crece, impone su ley y se independiza del silencio hasta la llegada del crepúsculo. La hora en que éste se acerca, envuelto en ardientes colores, el color segoviano se intensifica y enciende hasta su último destino, el incendio”. Hacia él se dirigían los pinceles del artista en el “ocaso” de Eduardo Martínez Vázquez que va dejando en sombra el entorno del Refugio y llenando de joyante luz el valle del Eresma.
El domingo que viene, alguna maravilla más sobre La Puerta de Santiago.
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(*) Juan Manuel Santamaría
Académico de San Quirce
porunasegoviamasverde.wordpress.com