Procesion Corpus Christi
Los niños y niñas de Primera Comunión del Colegio Concepcionistas recibieron a la Santa Custodia a las puertas del Seminario Diocesano. / NEREA LLORENTE

Resulta ya recurrente poner por delante el regreso a la normalidad en todas las actividades cuyas características han sido cercenadas por la pandemia en los dos últimos años, pero en el caso de la procesión eucarística del Corpus Christi, la vuelta de la Santa Custodia a las calles del centro histórico permitió ayer a los segovianos y a los visitantes recuperar y disfrutar en cada caso de una de las tradiciones más señeras de la Iglesia, que honra el sacramento de la Eucaristía sin el que no podría entenderse el fundamento esencial de la fe cristiana.

Enmarcada este año en el inicio de las Fiestas de San Juan y San Pedro, la solemnidad del Corpus Christi congregó a una amplia representación de los movimientos, asociaciones y parroquias de la Iglesia segoviana en honor a Jesús Sacramentado, con el obispo César Franco como pastor y guía y acompañado por una amplia representación de las autoridades locales y provinciales.

Los actos religiosos comenzaron con una eucaristía solemne en el altar mayor de la Catedral, donde los niños de Primera Comunión ocuparon lugar preferencial en la Via Sacra de entrada al presbiterio, distribuidos entre las distintas parroquias que este año han celebrado el sacramento en sus comunidades.

En su homilía, el obispo hizo hincapié en el especial significado de esta celebración, que simboliza el amor de la Iglesia “a quien la hizo posible con su cuerpo y su sangre”, y destacó que el Corpus Christi “es el día del amor con mayúscula, porque recuerda a la Eucaristía, que es la fuente de la caridad”. Por ello, invitó a los segovianos a “no ser indiferentes” ante los que sufren, porque Dios obra “todos los días el milagro de multiplicar los panes y los peces en el sacramento eucarístico”.

De igual modo, lamentó que los cristianos estén “devaluando la Eucaristía” al acercarse con escasa frecuencia al sacramento o restringir las visitas al Santísimo en los templos. Sobre este aspecto, señaló que “el Señor está aquí todos los días en el sagrario de nuestras parroquias, pero hoy lo sacamos a la calle para recordar a la gente que Cristo vive”.

Por otra parte, señaló que la celebración no puede separar “el amor a Cristo del amor a los pobres, porque en ellos veneramos a Cristo, y debemos hacerlo desde el afecto y el cariño, no con una limosna de lo que nos sobra o sólo para quedar bien”.

Tras la celebración eucarística, la Santa Custodia escoltada por una escuadra de alumnos de la Escala Básica de Suboficiales de la Academia de Artillería salía de la Catedral a las 12,15 horas precedida de una amplio cortejo que abría el grupo a caballo de la Junta de Cofradías de la Semana Santa con la música de la banda de cornetas y tambores de la Hermandad de la Soledad Dolorosa de Santa Eulalia.

El aroma del cantueso esparcido por el recorrido rubricaba la presencia de los niños de las parroquias de San Lorenzo, La Resurrección del Señor, UPA Cristo del Mercado-Santa Teresa, UPA Santo Tomás-Santa Eulalia, San Marcos, San José Obrero, El Carmen, San Frutos, El Salvador, Colegio Claret y San Millán ampliaban la procesión con sus cantos y ‘vivas’ a Jesús Sacramentado dirigidos por monitores y catequistas.

Procesion Corpus Christi
Los niños de Primera Comunión volvieron a lucir su mejores galas en la procesión. / NEREA LLORENTE

A escasos metros de la Catedral, en la escalinata de la Iglesia de San Miguel, el cortejo hacía la primera parada ante los altares instalados a lo largo del recorrido, donde el Obispo pronunció una breve oración al paso de la Santa Custodia. La segunda parada fue en la sede del Seminario Diocesano, donde en este caso los niños del Colegio Concepcionistas saludaron la llegada del Santísimo con una canción.

El tercer hito del recorrido tuvo lugar en la iglesia de San Martín ante el altar instalado en las escaleras de acceso al templo, y antes de llegar a la Catedral tuvo lugar la cuarta parada en este caso frente al convento de las Clarisas del Corpus Christi, que adornaron con imágenes de Santa Clara y de Marcelino Champagnat, fundador de los Maristas.

Al regreso a la Catedral tras algo más de una hora de recorrido, la Santa Custodia volvió al templo para completar una procesión marcada por la gran participación y la recuperación de las tradiciones.

Y tras el Corpus…

El día 20 de octubre de 1562, el papa Pío V concedió una bula por la que se fundaba la cofradía de la Minerva en la iglesia de San Miguel de Segovia. El curioso nombre no hace referencia a la diosa de la sabiduría, sino a una iglesia romana, ‘Santa María sopra (sobre) Minerva’ —un templo cristiano levantado sobre otro, pagano—, donde se creó la primera cofradía con tal denominación. Con el paso de los años, numerosísimas cofradías se fueron agregando a la creada en Roma. Entre ellas, la de San Miguel, que llegó a tener gran auge, como demuestra que, en 1751, contratara a cuatro toreros para que mataran nueve toros el día de la función.

Entre otros ritos, la cofradía celebraba, al día siguiente de Corpus Christi, una procesión eucarística, con inicio y final en la iglesia de San Miguel de Segovia. Y cuando la Iglesia Católica decidió, en 1989, trasladar esa festividad del jueves que caía 59 después de Pascua —día en que tradicionalmente tenía lugar la solemnidad— al domingo siguiente, la cofradía optó por hacer lo mismo, esto es, llevar a cabo la procesión el lunes posterior a Corpus Christi.

La procesión comenzará hoy tras el Santo Rosario y la Eucaristía en la iglesia de San Miguel que tendrán lugar a las 19,00 horas.

Cofradía de La Minerva
La Cofradía de La Minerva procesiona en San Miguel. / KAMARERO