
MUSEG, el Festival Musical de Segovia, comenzó junto al Acueducto con un alegato a la democracia participativa y a la visión transformadora de la cultura, a través de un manifiesto firmado por el ex director general de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza, que finalmente no pudo asistir al acto inaugural “debido a un problema de última hora”, según informó la Fundación Don Juan de Borbón poco antes del acto inaugural.
Fue precisamente la coordinadora de la Fundación y directora de festival, Noelia Gómez, quien dio lectura a este manifiesto con el que la 44ª edición reivindica la expresión musical como elemento de conciliación y de la paz.
El motivo es que MUSEG se adhiere así al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 de Naciones Unidas, justicia y paz, a través de su programación.
Con este manifiesto se aboga por promover en la sociedad la democracia participativa, la conversación y el entendimiento, frente a la imposición, el predominio y la arbitrariedad, “fuente de tantos conflictos”. En este sentido, clama contra la desafección política de aquellos representantes que toman medidas sobre cuestiones esenciales alejándose de las expectativas de la ciudadanía.
En otro momento, arenga a afrontar los desafíos desde la unidad. “El futuro que anhelamos y que las generaciones jóvenes merecen dependerá de un esfuerzo conjunto. Debemos ser actores y no espectadores impasibles”, señala.
Para concluir esta inauguración, el texto firmado por Mayor Zaragoza indica que “la paz, el desarrollo y la democracia constituyen un triángulo interactivo que solo es eficaz cuando la motivación fundamental es la solidaridad y el sentimiento de justicia”. Finalmente, anima a todos a disfrutar de la programación de MUSEG “un espacio en el que se reivindica la cultura y la acción social”.
Performance
A continuación, en la misma plaza del Azoguejo, se desarrolló la primera de la veintena de actuaciones programadas entre la capital y provincia para la edición 44ª del Festival Musical de Segovia. Se trató de la performance PeepBox 305º, de la coreógrafa Mey-Ling Bisogno, una representación, a través del movimiento y del baile, de la denominada como “nueva resistencia”, la juventud de países en conflicto en el llamado tercer mundo.
Tras una convocatoria abierta a la que se apuntaron una quincena de bailarines y ciudadanos, la coreógrafa ensayó durante cerca de 60 horas el espectáculo con el que se estrenó la 44ª edición de MUSEG. A los pies del Acueducto protagonizaron una bella y reivindicativa danza que desgranaba las motivaciones de una juventud unida para desafiar el poder establecido.
Fue una experiencia única en la que uno de los festivales más antiguos de la ciudad ofrece la oportunidad de formar parte de su programación a ciudadanos anónimos, ser partícipes de una historia real en la que experimentan con la creación, el movimiento, la danza y el gesto.