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La portavoz de Cs, Noemí Otero, en primer término, junto al edil de Podemos, Guillermo San Juan, en el Salón de Plenos. / Kamarero

Los aficionados a la pintura saben que el resultado de mezclar morado con naranja es un marrón oscuro o un ocre rojizo que escrito parece mejor de lo que resulta a la vista: feo. En política se ve que pasa lo mismo. Menudo marrón el de ayer en el pleno de noviembre del Ayuntamiento de Segovia para los portavoces de Podemos, Guillermo San Juan, y Ciudadanos, Noemí Otero, que tuvieron que defender lo mismo, “casualmente”, según las palabras de la edil de la formación naranja, que luego, ofendida, se empeñó en decir que para nada proponía lo mismo.

Lo mismo hasta el punto de que Otero cambió el texto del acuerdo de su moción por el de la formación morada: “trasladar, al Gobierno de España y a la Junta de Castilla y León, el interés y la predisposición de la ciudad de Segovia para albergar sedes o subsedes estables de empresas públicas y organismos dependientes de la administración central y autonómica”.

Consiguió así el apoyo unánime de la corporación cuando, sin embargo, media hora antes solo los doce concejales del equipo de gobierno de PSOE-IU habían apoyado la moción que defendió San Juan, quien había admitido una enmienda de los anteriores en el sentido de reconocer la declaración de intenciones del Gobierno de España para descentralizar la Administración General del Estado, así como las gestiones realizadas por el gobierno para atraer sedes de organismos o empresas públicas de otras administraciones a la ciudad.

Menos mal que al comienzo del debate, el portavoz de Podemos había dicho que la moción no iba contra nadie, que solo en favor de Segovia, porque si se descuidan “no queda ni el apuntador”, como dicen los más veteranos de las películas “de tiros”. Los disparos dialécticos salieron en todas las direcciones y de todos contra los otros. No es extraño que el viceportavoz del Partido Popular, José Luis Horcajo, llegase a decir que alucinaba, aunque solo con la izquierda, claro, al considerar que “el equipo de gobierno quiere retorcer el mensaje de Podemos e Izquierda Unida el mío”.

Los populares justificaron su abstención a la moción de la formación morada en que, al admitir la enmienda del equipo de gobierno, “la está politizando, llevando a un pleno una moción de Segovia por Segovia a ser una moción del equipo de Gobierno para beneficio del Grupo Socialista”.

También Otero acusó a San Juan de ser “la muleta” del equipo de gobierno y sostuvo que, por el contrario, su moción busca la oportunidad que brindó el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en una comparecencia el 21 de octubre en la que mostró interés por descentralizar organismos del Estado.

Ángel Galindo, portavoz de IU defendió las premisas que a su juicio justificaban la enmienda del gobierno municipal: apoyar la desconcentración de organismos públicos, a nivel estatal y autonómico, para contribuir al desarrollo de zonas en riesgo de despoblación como Segovia y apoyar el trabajo realizado desde el Ayuntamiento de Segovia en ese sentido.

PP y Cs, sin embargo, no tragaron con esto último y aprovecharon para recordar que Segovia perdió la oportunidad de albergar un centro logístico del Ejército de Tierra, amén de cuestionar nuevamente el “megaproyecto” del CAT, que sobre todo los populares meten hasta con calzador en el debate.

Una posición de consenso que, como reconocieron casi todos los intervinientes, hubiera sido deseable; no de esta manera, con dos mociones enmendadas, se adivina quimérica. Así lo demostraron con sus reproches Otero y Martín en torno a un mensaje de texto de la segunda la tarde anterior que apuntaba a ese objetivo. Tarde y mal, quizá, pero posible si la de Cs, como proponente, hubiera puesto de su parte, además de la educada respuesta de “muchas gracias”.