César Simón Pérez Guevara, es licenciado en Derecho por la Universidad Central de Venezuela y Doctor en Historia. Devorador de libros desde la infancia, consiguió graduarse en la ESO con tan solo 15 años, tras lo que estudió contabilidad y filosofía hasta llegar a su vocación, el derecho y la historia. Es también un apasionado de su país de origen, Venezuela, del que tuvo que salir hace algo más de dos años por motivos de seguridad.
A pesar de residir en Segovia y estar feliz en España con su familia, echa de menos su tierra y lamenta profundamente la situación que todavía hoy viven millones de venezolanos. Sueña con un restablecimiento de la libertad en su país, aunque como buen historiador tienen los pies en el suelo a la hora de vaticinar el futuro de Venezuela, de momento en el aire tras las últimas elecciones celebradas en el mes de julio.
— ¿Hace cuánto tiempo vino a España?
— Han pasado poco más de 2 años y 4 meses desde que me he visto forzado a emigrar a España con mi familia. Tuve que salir de mi hogar en Caracas cerca de cumplir mis 32 años en el año 2022.
— ¿Además de en Segovia, ha residido en otras ciudades españolas?
— Curiosamente esta última semana en un par de conversaciones me han hecho esta misma pregunta y, la respuesta es que no. Efectivamente desde que he llegado a España solo he vivido en Segovia. Por distintos avatares de la vida y el apoyo de muy buena gente vine a dar junto con mi familia a esta maravillosa provincia, y gracias a Dios desde el primer momento los segovianos nos han hecho sentir integrados en la vida social, verbigracia de que como suelo comentar, para un historiador que ha dedicado parte de su vida académica al estudio de la historia de España, como es mi caso, tener la oportunidad de vivir en Segovia es como vivir constantemente en un parque de atracciones teniendo siempre a mano tus favoritas; el Acueducto, el Alcázar, la Real Casa de la Moneda, la iglesia de San Miguel, entre otras tantas.
— ¿Cuál fue el motivo de su traslado desde Venezuela?
— Mi traslado desde Venezuela hasta España ha sido por razones políticas. En el año 2019 fui asesor legislativo de la Comisión de Justicia y Paz del parlamento opositor al chavismo, lo cual junto a mi labor como presidente del Centro Roscio, mis entrevistas en radio y televisión, y mi presencia en las redes sociales me hicieron muy incómodo para el sistema chavista, por ello, luego de una serie de situaciones en las cuales vi mi integridad física en peligro tuve que exiliarme en España.
Para el lector desprevenido que no sepa la razón por la cual Venezuela languidece en un sopor autoritario, ello es en virtud de la instauración del autoritarismo chavista desde el año 1998, sistema que es responsable de crímenes de lesa humanidad, entre los cuales se encuentran desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas, entre otros.
Ahora bien, mi caso tristemente no es poco común en Venezuela, pues en un país de 916.445 kilómetros cuadrados, en el cual nunca llegamos a tener treinta millones de habitantes, hemos sido desplazados a emigrar más de ocho millones de personas a la fecha, lo que constituye la mayor migración del hemisferio occidental.
— ¿Cómo ha vivido desde la distancia las últimas elecciones en su país?
— No hay otra palabra para describirlo más que: terriblemente. Más que palabras me hacen falta folios y folios de entrevista para poder describir lo que ha sido vivir las ‘elecciones’ en Venezuela del año 2024 desde el exilio. Ha sido tamaña la preocupación por los sucesos que ocurrían, teniendo ello como colofón que el tirano Maduro había amenazado con un baño de sangre si perdía las elecciones (que lamentablemente lo hubo en los días posteriores) de ahí que, me fue imposible conciliar el sueño más de dos horas seguidas por día en la semana del 28 de julio.
Ahora bien, tristemente cuando has vivido el chavismo estás consciente de que por las causas que se acumulan en contra de sus principales personeros a nivel internacional alusivas a violación de derechos humanos, el chavismo no saldrá voluntariamente del poder y mucho menos reconociendo una derrota electoral, sin embargo a pesar de ello, su impudicia e iniquidad hiere profundamente a cada uno de los venezolanos, tanto los que se encuentran dentro del territorio del país sufriendo el paupérrimo manejo de la cosa pública por parte de seres tan primitivos, como de aquellos que nos encontramos en el extranjero y no añoramos otra cosa que volver aunque sea de visita a ver nuestros colores, oler nuestros sabores y contemplar nuestros sitios, así como mirar los atardeceres crepusculares de nuestros padres y abuelos.
— ¿Cree que se podrá arreglar la situación en Venezuela y restablecer un sistema democrático?
— La única manera de establecer un régimen democrático en Venezuela es que el chavismo deje de detentar el poder en Venezuela y, por lo tanto, deje de estar enquistado en las instituciones públicas que canibalizan al ciudadano venezolano con el único objetivo de mantener el autoritarismo.
Estoy consciente que esta respuesta puede parecer dura por categórica, pero lamentablemente luego de tanta sangre y tantos desplazados ya es hora de que los venezolanos y de que aquellos que nos apoyan internacionalmente sepamos bien a que nos enfrentamos y, por tanto, tengamos conocimiento de que no se puede pretender jugar a la democracia con quien no es demócrata y, por lo tanto, no respeta las reglas del sistema, ya que al contrario deforma a la democracia a fin de mantenerse detentando el poder.
— ¿Le gustaría volver a vivir en Venezuela?
— Esta es una pregunta de difícil respuesta. Los últimos cinco años que estuve en Venezuela me encontraba constantemente extrañándola profundamente, aun cuando me encontraba viviendo dentro de sus fronteras. El chavismo ha hecho un daño tan atroz en este último cuarto de siglo a Venezuela que no solo ha depauperado de modo nefasto la situación material venezolana, restringiendo las libertades, anulando los servicios públicos y afeando todo aquello cuanto ha tocado, sino que al emigrar la gente y los que se quedaron en su mayoría verse sometidos a un proceso tan nocivo, se ha lastimado profundamente el espíritu haciendo al venezolano un personaje oscuro y triste sometido a una tensión constante, lo cual dista mucho de la Venezuela alegre de mi niñez.
De ahí que, siendo cada hombre producto de sus circunstancias y no estando yo exento de ellas, no sabría si eliminadas las condiciones que me hicieron emigrar forzadamente pudiera volver a vivir permanentemente en Venezuela, pues en España he formado mi hogar y he creado profundos lazos, sin embargo, por supuesto que me encantaría tener la posibilidad de ir a pasar algunos períodos en mi amado país con la tranquilidad de que no ocurrirá nada en contra de mi persona, así tenga mi domicilio fijado en España. Debo decirte que el hecho de no poder pisar la tierra en que has nacido y te has criado, que es la tierra de tus antepasados es una de las peores cosas que te pueden pasar.
— ¿Conserva amigos allí?
— Tristemente me quedan muy pocos amigos viviendo en Venezuela, la mayoría que pudo resistirse al régimen se encuentra viviendo en el extranjero.
— En la actualidad ¿sería libre de volver sin riesgo a represalias?
— Tristemente, por las razones que te he expresado, no.
— ¿Cómo resumiría la historia reciente de Venezuela?
— Venezuela disfrutó desde el año 1958 hasta el año 1998 de un sistema de democracia representativa que en su momento incluso fue un modelo para el mundo, incluyendo a la propia España de la cual fue una de sus inspiraciones, y, así, políticos de la talla de Felipe González encontraron cobijo y apoyo en los demócratas venezolanos como Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez.
Este sistema democrático devino en un bipartidismo, que con todos los errores y vicios que podía tener una democracia la mantenían incólume, pero un plan armado y llevado a cabo desde la izquierda más carnívora del caribe, la de Fidel Castro, junto con la dejadez de los políticos venezolanos del año 1998 que creían lo suficientemente fuerte el sistema para enfrentar cualquier embate autoritario, hicieron que el pueblo que se encontraba ajeno en su mayoría a la política eligieran en el año 1998 en las elecciones con mayor abstención electoral de la etapa democrática al abyecto Hugo Chávez.
Desde ese entonces, Chávez quirúrgicamente fue desmontando poco a poco un sistema democrático consolidado, y convirtió al país con la mayor cantidad de reservas petroleras del mundo en un triste lacayo de la tiranía cubana, situación que empeoró mucho más dramáticamente desde la entronización de Maduro hasta la triste época actual.
— ¿Cree qué lo que está pasando distorsiona la imagen que otros países tienen del suyo?
— Anteriormente podría pensar que sí, pero hoy en día no lo creo tanto. La barbarie chavista es tan abrumadora que incluso factores de izquierda que le eran incondicionales al chavismo como Lula y Petro, presidentes de Brasil y Colombia, respectivamente, se les han enfrentado y observo que a nivel mundial está bastante aceptado que el chavismo es un autoritarismo atroz y/o ‘un régimen desagradable’ como lo llamó Lula. De ahí que, lamentablemente aquellos que aún apoyan al chavismo, entre los cuales hay varios políticos españoles, son vistos como parias de oscuras intenciones carentes de vergüenza y escrúpulos.
—¿Siente el apoyo internacional?
— Bastante, ejemplos como los que te he dado en preguntas anteriores son muy comunes. Sin embargo, lamentablemente el chavismo al ser per se un régimen renegado no le importa ser tachado como una tiranía por todos los países libres del mundo, pues a pesar de que ello pueda afectar hondamente la vida de los habitantes del territorio, los altos jerarcas han demostrado desde hace tiempo que no les importa nada más que sus patrimonios y los lujos de sus familias, los cuales perderían de caer el sistema.
—¿Siente que, al estar fuera de Venezuela, puede ser la voz de muchos venezolanos que no pueden alzar la suya para denunciar la violacion de derechos humanos y constitucionales que existen en su país?
— Tristemente es así, hoy en día en Venezuela no se puede publicar con libertad en las redes sociales ni en los sistemas de mensajería, pues ello puede conllevar problemas como la privación de libertad por las fuerzas punitivas del régimen.
—Es abogado constitucionalista e historiador ¿Ambas carreras son vocacionales?
— Totalmente. Al venir de un origen bastante humilde en Venezuela recuerdo como mientras a los otros niños les apasionaba el beisbol o el baloncesto y en ello utilizaban su tiempo, yo era un apasionado lector de cuanto ejemplar pudiera caer en mis manos. Así, me adelantaron de nivel educativo en al menos dos ocasiones y terminé graduándome de la secundaria a los 15 años e ingresando ese mismo año a cursar estudios universitarios en la rama de la contabilidad, carrera que aún cuando no tenía nada que ver con mi vocación parecía garantizarme un empleo y una expectativa económica mejor, lo cual era lo que necesitaba al venir de tan humilde origen.
Ahora bien, aun cuando efectivamente me gradué en contabilidad de costos, como te comento esta carrera no me apasionaba en lo absoluto, razón por la cual, sobre mis 18 años entré a estudiar filosofía en la universidad y allí conseguí mi vocación.
De este modo estudiando filosofía comprendí que el buen jurista en un gran aspecto era un filósofo que al aplicar sus ideas podía hacer un gran bien a la sociedad al intervenir en sus instituciones políticas y jurídicas, razón por la cual, una vez graduado de abogado interesado como estaba en la defensa de los derechos fundamentales frente al chavismo, realicé un postgrado en Derecho Procesal Constitucional y me volví profesor de ese postgrado así como profesor de derecho en pregrado.
De este modo, ya contando con un bagaje profesional y académico que me permitía afrontar con éxito el desafío que es vivir bajo las nefastas condiciones económicas que impone el chavismo, a mis 26 años decidí estudiar historia formalmente, y realicé varios diplomados, altos estudios en historia, y cursé íntegro el doctorado en historia, debiendo emigrar a España cuando ya mi tesis para el grado de doctor había sido aprobada y no me quedaba más que presentarla, lo cual tristemente no he podido hacer hasta ahora.
—Tiene gran actividad en redes sociales, ¿cree que estas son un medio de difusión idóneo o que por el contrario hay mucha desinformación y mucho bulo circulando por ellas?
— Al respecto recuerdo un par de frases del intelectual italiano Umberto Eco que vienen a mi cabeza cuando me planteo estos temas: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”; “La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior.
El drama de internet es que ha promocionado al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”. Es decir, efectivamente el acceso a internet ilimitado y, en particular, las redes sociales han hecho que los seres humanos llevemos nuestros sueños de comunicación y conocimiento más allá de lo nunca imaginado, pero han permitido que legiones de idiotas sean confundidos con personas cónsonas y, por ello, son capaces de desinformar, creando falsos matrices de opinión, entre ellos bulos.
Esta es la razón por la cual creo que aquellos que realmente tenemos algo que decir debemos utilizar todas las redes sociales y herramientas de difusión masivas para hacernos escuchar, toda vez que los idiotas ya lo están haciendo y con ello ocasionando un grave daño a la sociedad. Por ello siempre repito la frase del maestro Cecilio Acosta: “Enseñe lo que se entienda, enseñe lo útil, enseñe lo bueno, enseñe a todos y eso es todo”.
—¿Cuál es su sueño respecto a Venezuela y respecto a su futuro?
— Te lo resumo en una palabra: LIBERTAD. Que Venezuela obtenga libertad para volver a ser un país y no un territorio tomado por mafias; libertad para que los hijos vuelvan al terruño a abrazar a sus padres; libertad para que las personas pueden desarrollar sus proyectos vitales sin miedo a la persecución; libertad para los presos políticos; libertad de expresión; libertad para soñar.