Uno de los documentos del expediente del maestro de escuela Mariano Díez Velasco, que en 1929 ejercia en el pueblo de Vegafría. / E. A.

La España de 1900 se encontraba en shock como consecuencia del Desastre del 98. Con mucho retraso respecto a otras naciones europeas se crea un Ministerio que va a ocuparse de la educación que, en ese momento, se encontraba entre las peores de Europa con unas tasas de analfabetismo que rondaban el 50%. Ese Ministerio de Instrucción Pública tenía como objetivo la creación de escuelas, el cuidado de las existentes, la retribución a los maestros con salarios normalizados –que hasta entonces habían estado a cargo de los ayuntamientos, con sueldos dispares–, y la planificación de la enseñanza con criterios profesionales y normalizados en todo el país.

El Archivo Histórico Provincial de Segovia custodia los expedientes de docentes que ejercieron en localidades segovianas aproximadamente desde 1890 hasta 1999, cuando la competencia en materia de educación pasa a la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

El centro cuenta con alrededor de 4.000 informes almacenados en más de 300 cajas que comprenden documentos como las llamadas ‘Hojas de Servicios’, en las que se registraban los lugares de desempeño de las funciones, fechas y anotaciones relativas a menciones, premios o sanciones tanto de carácter administrativo como político; este último dato fue muy relevante durante los primeros años del franquismo.

Este centro, dependiente de la Junta, ha seleccionado como ‘tesoro oculto’ del mes de diciembre tres expedientes de maestros y docentes del siglo XX en Segovia. Uno de ellos es el de Valentín de Diego Sanz, que fue maestro desde 1903 en diversos pueblos de la provincia. Empezó la docencia en San Pedro de Gaíllos, con un sueldo de 312,50 pesetas al año, pasó varios años en Villovela de Pirón desde 1920, donde ganaba 2.000 pesetas, y cesó por incapacidad física en 1926 en la Escuela de Escobar de Polendos.

Otro es el de Mariano Díez Velasco, que comenzó su docencia en 1884 en diversos pueblos. Empieza su carrera profesional en Fuentepiñel, con un sueldo de 350 pesetas anuales, y se le vuelve a encontrar en 1929 en Vegafría, ganando 3.000 pesetas, un sueldo regular para la época que le permitía vivir sin problema pero sin lujo de ningún tipo.

El tercero no es de un docente; se trata de un informe sobre Emilio Domingo Pajares, portero mayor de segunda clase de Ministerios Civiles, y que cursó toda su carrera profesional en el que fue el Instituto de Bachillerato, hoy conocido como Instituto de Enseñanza Secundaria Andrés Laguna, donde se jubiló en 1984 y a quien aún muchos segovianos recuerdan.

Esta muestra puede visitarse hasta el 7 de enero de 9.00 a 14.00 horas de lunes a viernes hábiles y de 16.30 a 19.00 horas los lunes y los martes.
Como curiosidad, en el Archivo comentan que, dentro de esta documentación del ámbito educativo que custodia, en algunos casos los expedienten están acompañados de fotografías, que muestran la moda o la estética personal de diferentes épocas, además de tener un gran valor para el estudio de la historia de la fotografía en España.