Carlos Martín Crespo tocando el bombardino (Archivo familiar).

El 3 de junio de 1959, con el pretexto de la próxima interpretación del himno a Segovia, EL ADELANTADO publicaba en las Crónicas de la Ciudad: Casi todas las capitales cuentan con un himno propio que aprenden los chicos en las escuelas y que cantan en los festivales organizados para exaltar las efemérides de la ciudad y generalmente este himno es escuchado con respeto, aunque la letra y la música haga sonreír a los que se estiman de gusto depurado en cuanto a la métrica y al pentagrama. Pero en estos casos no debe nadie mostrarse demasiado exigente y considerar solo el propósito que animó a los autores, los cuales ni buscan el lucro ni la inmortalidad. En todos estos casos se trata de ciudadanos de buena fe que han puesto a contribución su arte para servir un propósito noble y generoso. Cuando estos himnos locales vibran con más emoción es al sonar en otras regiones distintas y en los oídos de los naturales desplazados por la vida de su ciudad natal. Entonces por ejemplo al finalizar un banquete después de las palabras encendidas de amor al terruño y empapadas de melancolías y champan, las notas del himno escuchadas en pie por los comensales nublan de humedad todos los ojos y el viva Cartagena, por poner un ejemplo local, se rompe en la garganta hasta el punto de que se hace preciso una nueva ronda de coñac para calmar la emoción.

Más voces de gesta...
Luis Martín Marcos.

Tal como lo cuenta Luis Marcos había sido la primera vez que se escuchó el Himno a Segovia, unos años antes, el 3 de junio de 1928, en la Plaza Mayor, con motivo de la celebración del día de Segovia que organizaba el Centro Segoviano de Madrid y que reunía a millares de segovianos que conformaban la llamada diáspora segoviana. Segovianos que, por diferentes avatares de la vida, habían tenido que abandonar su tierra y que el Centro Segoviano acogía supliendo su hogar. Antonio Horcajo, que ha sido su querido y magnífico presidente durante muchos años, refiere que la paternidad de esta joya que Segovia ostenta con tanta alegría ha de localizarse en la Institución por él presidida hasta hace poco, ya que el propio Carlos Martín Crespo (autor de la música del himno) acudía al Centro a ensayar con un coro improvisado y formado por socios aficionados al teatro, el llamado “Cuadro de Arte y Teatro.“ La raíz del himno no puede tener mejor origen ni ser más popular.

La banda de música que lo interpretó en 1928 fue LA POPULAR, dirigida por el propio Carlos Martín Crespo, que él había fundado en 1910, en la que además tocaba el bombardino. La Popular recorría los pueblos de Segovia llevándoles música y animando sus fiestas tanto populares como particulares.

El Heraldo Segoviano recoge el acontecimiento del estreno del himno con estas palabras: Carlos Martín con visible emoción enarbola la batuta y, para quitarse el miedo, ordena la ejecución de un pasodoble. Momento solemne. El gentío apiñado en derredor se apresta a no perder voz, nota, gesto o compás. Después, el autor marca los primeros compases del himno, y la parte final, con sabor a apoteosis, es seguida por una ovación cerrada de la multitud, algunos exaltados dan vivas a Segovia y a sus autores.

Podemos decir que el Himno a Segovia superó con nota la prueba de su estreno y que en gran medida alcanzo su misión de provocar una gran ola de empatía, emociones y sentimientos de alegría, fraternidad y exaltación a flor de piel. Es cierto que, si la sintaxis musical y lingüística maridan bien, los sentimientos y emociones que evocan van a ser percibidos y modulados por nuestros sensores, generando en nuestros cuerpos estos sentimientos positivos que -en definitiva- nos hacen sentir mejor (adrenalina, dopamina).

Más voces de gesta...
Publicación del Heraldo de Segovia con motivo de la primera interpretación del Himno.ensayo

Los autores del Himno presentaron letra y partitura al Ayuntamiento de Segovia y a la Diputación Provincial. El 19 de junio de 1928 les contesta la Alcaldía y les comunica, entre otras cosas, que a la vista del éxito tan rotundo que ha tenido, conmoviendo tan grata como honda y delicadamente el alma popular segoviana, ha ordenado que se archiven letra y composición en el Excmo. Ayuntamiento de Segovia agradeciéndoles y felicitándoles efusivamente por su estimable y diferentísima atención. Por su parte la Diputación también les manifiesta que, habiendo recibido con agrado dicho Himno, van a remitir la partitura y letra a los establecimientos de beneficencia para que sean aprendidos por la banda de músicos y lo canten los niños asilados.

Después de largos años de olvido, las ferias de 1954 nos trajeron de nuevo el Himno a Segovia. El cronista de El Adelantado nos relata, el 20 de junio de dicho año, cómo se vivió el momento: Fueron las notas solemnes, ceremoniosas y evocadoras del Himno a Segovia que ayer, después de muchos años de permanencia en un inexplicable olvido, escuchamos a la banda de la Academia de Artillería en su concierto matutino. No se puede negar la expectación con que era esperado el momento de ser interpretado. Se arremolinaron junto al quiosco de música para escuchar su Himno, que muchos nunca habían escuchado, ni siquiera conocían su existencia. Y el Himno brotó melódico, cargado de solemnidad, con sus compases señeros marcados con la precisión matemática que caracteriza a los profesores de la banda que dirige el maestro de la Cruz, para estallar después en una vibrante y cálida salva de aplausos.

El día 28 de junio de 1998, los Centros Segovianos homenajean a los autores del himno. Cerca de medio millar de personas pertenecientes a los centros de Madrid, Valladolid y Baracaldo, así como la Unión de Taxistas Segovianos en Madrid, participaron del LXVIII Día de Segovia que, en este año, ha sido dedicado por los segovianos de la diáspora a los autores del Himno de Segovia. Durante los actos, que se celebraban en la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, don Antonio Horcajo Matesanz animó y exhortó a los segovianos a que el Himno se popularice y esté presente en la vida de la ciudad: Porque nosotros no somos más que los que ahora ocupan las instituciones y tenemos la obligación de honrar a los que estuvieron antes, solicito que en los actos se tenga en cuenta el Himno como una de las señas de identidad más importantes de la provincia y distintivo de una población con historia. Por su parte, el director de la Real Academia, don Manuel González Herrero, evocó la figura del autor de la letra, vinculado a El Adelantado como articulista y colaborador durante muchos años y también la del compositor, destacando su amor a la ciudad y su interés por la cultura de Segovia durante su trayectoria vital.

Pero no será hasta el año 2004, cuando Pedro Arahuetes recoja el testigo y emprenda una cordial y simpática campaña divulgativa del Himno a la Ciudad. Aurelio Martín escribía en El Adelantado de Segovia que El alcalde Arahuetes, descubriendo su faceta de patriota, concibiendo la ciudad de Segovia como tierra de reyes y de comuneros que la defendieron de la injusticia y lucharon por la libertad, ha convocado una rueda de prensa en el salón de plenos del Ayuntamiento; una vez reunidas la prensa segoviana y los concejales, nos ha sorprendido a todos al cantar con voz ronca y escapando algún gallo el Himno de Segovia, acompañado de la música proveniente de una radiocasete que estaba encima de la mesa. Con este gesto simpático daba a conocer su intención de poner en valor el Himno que, tratándose de una composición poético musical, sirve como distintivo para realzar los valores y sentimientos patrióticos de nuestra ciudad.

Asimismo, el alcalde explicó que había dictado un bando para promover su difusión en centros escolares y educativos segovianos, en asociaciones y otros colectivos y que, además, exhorta a todos los segovianos a que se lo aprendan y canten. Dijo estar dispuesto a que el Himno suene en todos los actos oficiales, incluso en el Ayuntamiento, antes de las sesiones de los plenos, cosa que se ha venido haciendo hasta ahora. Se dice que mandó hacer una versión reducida, eliminando los bises, para que los concejales de la oposición se animaran también a cantarlo. Además, se encargó la producción de un CD (20.000 copias) con fines divulgativos, en el que también están grabados el Himno de San Frutos y la Salve a la Virgen de la Fuencisla. El imprescindible gran músico y compositor don Héctor Guerrero Navarro mucho tuvo que ver con todo esto. Con su batuta al frente de la banda Unión Musical Segoviana no fallaba en la Plaza Mayor los días 25 de octubre y 29 de junio junto a la coral Voces de Castilla. Don Héctor también era director del Taller de Música del Ayuntamiento de Segovia y responsable de la creación del Conservatorio de Segovia. En una de sus declaraciones afirmó que, a partir de las medidas instauradas por el Alcalde, El Himno ha entrado en las casas y se ha popularizado, en la actualidad prácticamente todas y todos los segovianos conocemos el Himno y lo cantamos.

Mucho se ha escrito y siempre para bien sobre nuestros queridos y admirados autores del Himno a Segovia. El polifacético artista Carlos Martín Crespo, impresor, escritor, periodista y músico, y el inspirado poeta Luis Martín Marcos, escritor, periodista y cronista popular desde Radio Segovia y El Adelantado. Segovianistas comprometidos, vivieron durante la llamada Edad de Plata de la Cultura en Segovia (primer tercio del siglo XX) entregándolo todo a ese sueño de progreso social, económico y cultural.

Pero lo más importante es que eran dos hombres buenos, y muy amigos. Mantuvieron su amistad por encima de las diferencias políticas, conservándola hasta el final de sus vidas.

Termina la Crónica de la Ciudad que publicaba EL ADELANTADO del 3 de junio de 1959, diciendo que El sentimentalismo local está de enhorabuena, el Himno a la Ciudad va a escucharse dentro de unos días otra vez… y es que, como criaturas musicales que somos, el cantar y escuchar nuestro Himno local nos permite compartir pensamientos y emociones.