
Los segovianos de la generación del baby boom —nacidos entre 1957 y 1967— recuerdan que cuando comenzó a construirse el barrio de Nueva Segovia, la mayoría de la gente lo consideraba más que extrarradio, fuera de la ciudad. No eran pocos quienes decían: “para eso me voy a La Lastrilla o a San Cristóbal”, y muchos terminaron marchándose a esas localidades vecinas. Son los mismos a los que les cuesta pensar que la entidad local menor de Revenga o el barrio de Fuentemilanos formen parte de la capital de la provincia, del municipio de Segovia.
Vivir a las afueras, pero de verdad, a veces a kilómetros del núcleo urbano más cercano, sin embargo, no es tan minoritario como pueda parecer. Los últimos datos del padrón que anualmente recopila el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que, al menos hasta el año pasado, había 730 personas empadronadas en las 275 zonas aisladas o diseminados repartidos por toda la provincia de Segovia. Pocos son los municipios, apenas una treintena, que no tienen alguna vivienda en diseminado.
El INE, con fecha 1 de enero, recopila en el Nomenclátor o Población del Padrón Continuo por unidad poblacional una relación detallada de las entidades y núcleos de población existentes en cada municipio, incluyendo sus códigos y la población empadronada en ese momento, distinguiendo entre hombres y mujeres.
Obtiene esa relación con la información que le remiten los ayuntamientos obligados por ley a actualizar continuamente el padrón municipal y a comunicarlo al INE al menos una vez al año.
Esa información distingue entre entidad singular, núcleo de población y diseminado. La primera es cualquier área habitable del término municipal, incluso las que excepcionalmente estén deshabitadas, pero, además, es conocida por una denominación específica que la identifica sin posibilidad de confusión. Por ejemplo, dentro del municipio de Cerezo de Arriba aparece como entidad singular La Pinilla, con 26 empadronados (19 hombres y 7 mujeres) en el área habitada de la estación de esquí.
Otra denominación es la de núcleo de población, que el citado Instituto público define como “conjunto de al menos diez edificaciones, que están formando calles, plazas y otras vías urbanas”. Sin embargo, admite una excepción, cuando hay menos de diez edificios pero se superan los 50 habitantes. Además, incluye las edificaciones que, estando aisladas, distan menos de 200 metros de los límites exteriores del conjunto, siempre que no se tomen en cuenta instalaciones industriales o comerciales, parques, jardines, zonas deportivas, cementerios, aparcamientos…
En este sentido, una entidad de población puede tener uno o más núcleos, o incluso ninguno si toda ella se encuentra en diseminado.
Precisamente, este término, diseminado, hace referencia a edificios o viviendas de una entidad singular de población que no pueden incluirse en el concepto anterior de núcleo de población porque no cumple los citados requisitos.

Gomezserracín
El municipio de la provincia que cuenta con más población empadronada en diseminado, 45, es Gomezserracín, en el norte de la provincia, próximo a Cuéllar. Su alcalde, Martín Ruano Plaza, explica que ese elevado número se debe a la existencia de una empresa hortofrutícola, “con unas viviendas, si se pueden llamar así” para ciudadanos de nacionalidad extranjera que trabajan en sus instalaciones, en referencia a la solución habitacional que han ideado los responsables del negocio para la mano de obra.
En cualquier caso, Ruano indica que Gomezserracín es un pueblo con un núcleo urbano extendido. “Hay suelo urbano como para construir hasta una población superior a los 5.000 habitantes”, explica, pero, por motivos que se le escapan, los propietarios “ni construyen ni venden”.
Hay que tener en cuenta también, que esos empadronados en diseminado son relativamente recientes, debido al crecimiento de la población extranjera en las últimas décadas en el municipio, con más de 13 nacionalidades distintas entre sus residentes, que suman 175 en este momento, por 465 de nacionalidad española. Eso supone que más de uno de cada cuatro vecinos es extranjero. Destacan las colonias rumana (80), búlgara (36) africana, sobre todo de Mali (26) e hispanoamericana (11 hondureños, 5 colombianos, etc.).
Valverde
Sin embargo, el caso de Gomezserracín no es frecuente. Es más habitual lo que ocurre en Valverde del Majano (1.107 habitantes), segundo municipio de la provincia con más empadronados en diseminado, 39. En este caso, el alcalde, Javier Lucía, explica que la razón puede deberse a distintas circunstancias: la existencia de un antiguo caserío, el de Lobones, hoy en día un hotel rural, algunas viviendas en el Polígono Industrial Nicomedes García del municipio, construidas en la primera etapa de esta zona empresarial, y también chalets o viviendas junto a carreteras, como la CL-605, en dirección a Garcillán, por ejemplo, construidas en suelo rústico cuando la normativa todavía lo permitía o, al menos, no lo prohibía expresamente.

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que los municipios con mayor extensión de la provincia tienen varios diseminados, algunos en el término de núcleos agregados hace décadas al de cabecera.
Por ejemplo, destaca en el municipio de Segovia, el barrio incorporado de Fuentemilanos, el más distante a la ciudad, porque en su término se encuentra un diseminado con 18 empadronados. En Madrona hay otro con cinco habitantes y uno en Torredondo, así como en Las Serillas (núcleo de población entre la ciudad y Zamarramala) y en el propio término de Segovia. En la entidad local menor de Revenga, como en los barrios de Hontoria, Zamarramala y Perogordo, hay diseminados pero en este momento no tienen población empadronada.
Sumando todos los habitantes de los diseminados del municipio de El Espinar, suman 26 distribuidos así: 13 en término de El Espinar, 7 en el de San Rafael, 5 en Gudillos, y 1 en La Estación.
En Riaza (2.128 habitantes), sin embargo, es muy diferente porque con once núcleos de población y ocho diseminados, solo uno, en el término de la localidad de cabecera, registra empadronados, concretamente seis.
Algo similar ocurre en Santa María la Real de Nieva (883 habitantes), con 14 núcleos de población y todos ellos con edificaciones diseminadas, pero solo Villoslada, con 3, y Pascuales, con 14, tienen vecinos empadronados en diseminados. Además, en este último, el núcleo urbano de la entidad singular apenas cuenta con 7 residentes.
Sepúlveda (1001 habitantes) es otro de los municipios de gran extensión geográfica y varios núcleos de población (once) y todos ellos con diseminados pero muy escasamente poblados: 6 en término de Duratón, 3 en Villaseca, al igual que en el de la cabecera, y uno en Perorrubio.
El caso de Fuente el Olmo de Fuentidueña (180 habitantes) puede asimilarse al de Gomezserracín, por la existencia en su término de una destacada empresa dedicada al cultivo de frutos rojos y un diseminado con 32 empadronados, siete hombres y 25 mujeres.
Llama la atención que hay un total de 19 diseminados donde únicamente hay una persona empadronada, algo que ocurre también en dos entidades singulares: Castiltierra, en el municipio de Fresno de Cantespino, y Guijasalbas, en el de Valdeprados.
Además, hay dos entidades singulares donde no figura ningún empadronado: San Pedro de las Dueñas, en el municipio de Lastras del Pozo, y Moñibas, en el de Muñopedro.

Sin población, no despoblados
Del total de 275 diseminados de la provincia, 68 no tienen población pero sí edificios residenciales o viviendas; es decir, no deben confundirse con despoblados, donde apenas quedan ruinas o restos arqueológicos.
Por otra parte, entre los municipios donde no hay diseminados, según el Padrón, destaca por población Santiuste de San Juan Bautista (539, incluyendo los 16 del núcleo de Bernuy de Coca). En una de las zonas más despobladas de la provincia, la de los Navares (de Ayuso, de Enmedio y las Cuevas) tampoco los hay.
La cifra
En la provincia de Segovia hay casi medio millar de unidades de población (498), denominación algo equívoca, ya que setenta de ellos, al menos hasta el año pasado, no tienen habitantes empadronados, según los datos que recoge el Nomenclátor, un listado que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) todos los años con los datos del padrón que remiten los ayuntamientos.
